Se ha estimado en 240.000 los ejemplares escapados desde jaulas de la
firma Mainstream, lo que puede causar graves impactos en el ecosistema y
especies marinas locales.
La organización internacional
de conservación marina Oceana solicitó al gubernamental Servicio Nacional de
Pesca (SERNAPESCA) de Chile la entrega de información sobre un nuevo
escape masivo de salmones de la empresa Mainstream, ocurrido recientemente en la
sureña Región de los Lagos.
El pasado 31 de diciembre la
empresa reportó el escape de salmones desde sus balsas jaulas, culpando del
suceso al fuerte viento y oleaje. Hasta ahora, SERNAPESCA ha estimado en
240.000 los ejemplares escapados, sin embargo, aún no existe una cifra
definitiva sobre la magnitud de este evento.
Según Alex Muñoz,
director ejecutivo de Oceana, los escapes de salmones constituyen uno de los
problemas ambientales más graves asociados a su cultivo. "Por ser especies
exóticas e introducidas producen impactos severos en los ecosistemas y especies
marinas locales", advirtió.
El ambientalista aclaró que su
petición de información al gobierno se basa en la importancia de conocer "tanto
la real magnitud del hecho, como la condición sanitaria en que se encontraban
los salmones escapados, porque no sería extraño que estos peces hayan estado
infectados con el virus ISA u otra enfermedad habitual".
Severos efectos
De acuerdo a Oceana, como los
salmones son especies introducidas en Chile no son pocos los impactos que
generan en el ecosistema marino. El organismo sostiene que estudios científicos
han documentado casos de depredación de especies nativas o de organismos que les
sirven de alimento, la cruza con peces nativos, y la transmisión de enfermedades
a peces silvestres. También, muchas de las especies nativas afectadas por los
salmones escapados son recursos pesqueros para pescadores artesanales, lo cual
genera pérdidas económicas en ese sector.
A pesar de las altas cifras de
escape de salmones ocurridos en Chile, a juicio de Oceana la regulación
actual es muy débil: esencialmente sólo obliga a las empresas salmoacuícolas a
tener un plan de contingencia ante eventos de escapes, lo que no ha significado
mayores medidas de prevención ni de reparación para los sectores afectados.
“Es urgente contar con una
regulación de los escapes de salmones que obligue a las empresas a prevenir,
informar y mitigar tales escapes y que, además, establezca sanciones cuando
éstos hayan sido intencionales o negligentes”, concluyó Muñoz.
Cristian
Frers
15 de enero de 2009
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