La facturación de la pesquera española ascendió en el año
2010 a 2.165 millones de dólares, un 6,2 por ciento superior a lo registrado en
2009, y el resultado bruto de explotación (Ebitda) el año pasado fue de 226
millones de dólares, un 9 por ciento superior al ejercicio anterior.
Por zonas geográficas, Pescanova facturó en España
1.100 millones de dólares durante el 2010, un 1,9 por ciento más que en el 2009;
mientras que en la Unión Europea (UE) las ventas se situaron en
522 millones de dólares, un 7,94 por ciento más; y en el resto de países en 594
millones de dólares, un 14,1 por ciento superior.
La firma destacó ante las autoridades españolas que, durante
el 2010, continuó "consolidando su estrategia empresarial, tanto en el área de
extracción y producción de productos de origen pesqueros como en el área de los
mercados, al potenciar su actividad marquista".
Según lo informado por la compañía, "la actividad de
obtención de recursos mediante la pesca supera las 100.000 toneladas de pescado,
lo que supuso el mantenimiento de las cuotas de pesca del grupo", y aseveró "que
las cuotas de mercado de la marca Pescanova en el sector de alimentos
congelados en España mantuvieron la línea de crecimiento".
También destaca que en el 2010 intensificó sus actividades de
innovación y desarrollo en la prospección de nuevas áreas de pesca, rentables y
sustentables, y que el desembolso por este concepto se situó en más de 8
millones de dólares.
Pescanova
pronosticó que sus resultados continuarán una tendencia alcista en el 2011,
debido a la "positiva evolución" de la actividad pesquera y marquista y a la
previsible evolución favorable de la UE y el euro.
En nuestra región, Pescanova opera en Argentina,
Brasil, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Perú, Uruguay y
Venezuela.
Los olvidos de
Pescanova
Al informar sobre sus resultados en 2010, Pescanova
olvidó mencionar por lo menos dos hechos que ese año la tuvieron como
protagonista.
El primero, tiene que ver con la Cumbre de los Pueblos
“Enlazando Alternativas 4”, celebrada en Madrid entre el 14 y el 18 de
mayo del año pasado, donde se llevó a cabo una sesión del Tribunal Permanente de
los Pueblos (TPP). En esa ocasión Pescanova, junto a 39 compañías
transnacionales con base en la UE enfrentó acusaciones por violación de
los derechos humanos y laborales, contaminación y destrucción ambiental.
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El segundo fue una multa de medio millón de dólares y un
período de probation (estar a prueba) corporativa durante cinco años
aplicada por un tribunal de Miami a Pescanova USA. La compañía se
declaró culpable de comprar la carga de cuatro contenedores de 96.984 kilos de
merluza negra congelada proveniente de Argentina, los contenedores habían
llegado a Port Everglades con un valor mayorista declarado de 1,2
millones de dólares, pero sin cumplir con los requisitos estipulados por la Ley
de la Convención de los Recursos Marinos Vivos de la Antártida.
La fuerte demanda de merluza negra y los altos precios a que
se cotiza en el mercado han convertido a esta especie en una de las más
sobrepescadas y sometidas a captura ilegal en el mundo. Que la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) considere
la captura de este recurso como pesca ilegal, al parecer tiene a Pescanova
sin cuidado.
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