La Confederación Sindical de Trabajadores de El Salvador (CSTS)
y sus organizaciones afiliadas, saludan en este 1o
de Mayo a los trabajadores y trabajadoras de El Salvador y
del mundo
En esta fecha conmemoramos la lucha heroica de los mártires
de Chicago en 1886, obreros y obreras de la industria,
artesanos, pequeños propietarios con mínimos medios de
producción, que luego se organizaron en sindicatos contra la
explotación capitalista que pagaba con míseros salarios lo
producido en largas jornadas laborales, con condiciones de
trabajo de alta inseguridad, en un contexto de
discriminación laboral y sindical, legislación a favor del
poderoso e institucionalidad corrupta.
A los trabajadores y trabajadoras
de todo el país y del mundo, a todos y todas quienes luchan
día a día por lograr mejores condiciones de vida y de
trabajo, a la opinión pública nacional e internacional,
manifestamos:
Primero:
Demandamos del gobierno de
Mauricio Funes,
de los órganos legislativo, judicial y de las gremiales
empresariales las necesarias acciones institucionales en pro
de condiciones de trabajo decente, ajustadas a los
lineamientos de mejoramiento de la democracia participativa
y la justicia social a través de instrumentos como el
Programa Nacional de Empleo, la Política Nacional de Empleo
y el Pacto Mundial por el Empleo (PME).
Solicitamos que en la discusión de estas políticas el
sector laboral esté representado por dirigentes de
organizaciones sindicales legítimas y no como en la
actualidad que quienes están allí son falsos dirigentes.
Segundo:
Como clase trabajadora organizada, pretendemos revertir las
formas de explotación capitalista del siglo XXI rechazando
cualquier forma de contratación laboral que no asegure el
pago salarial del tiempo efectivamente laborado, la
subcontratación y la tercerización, lo que precariza y
desregula el empleo, deteriorando los derechos laborales
conquistados hace más de 100 años, y tutelados por las
legislaciones como fuentes de derecho nacional e
internacional (jornada laboral, contrato de trabajo,
seguridad social, horas extras, nocturnidad, vacaciones,
aguinaldos y otros derechos).
Tercero:
Rechazamos y condenamos la alianza entre los representantes
de la empresa privada y falsos representantes laborales en
el Consejo Nacional del Salario Mínimo, que con la venia del
gobierno acordaron el pasado 28 de abril un
MISERABLE E INDECENTE
incremento de
8 por ciento
al salario mínimo, lo que representa, por ejemplo, para el
sector agrícola un aumento de 7,76 dólares al mes -es decir
0,26 centavos diarios-, lo cual no responde a la realidad
económica y al alto costo de vida.
Cuarto:
Que el pacto o acuerdo fiscal debe abordarse con patriotismo
y sentido de nación. Los sectores empresariales y quienes se
apropian de la riqueza producida deben reconocer que el
cumplimiento de la tributación a la renta y al patrimonio,
sin mecanismos de elusión y evasión fiscal, son elementos
indispensables para lograr acuerdos nacionales en la
concreción de mecanismos de distribución de la riqueza que
mejoren los índices de desarrollo humano y el ingreso
familiar.
La política tributaria debe conducirnos a que quienes
detentan el gran capital y reciben millonarias ganancias,
deben pagar impuestos acordes a ello.
Quinto:
Queremos pleno respeto a las libertades sindicales en lo
público y lo privado, y un cambio sustancial en el ejercicio
de la tutela laboral y sindical todavía dependiente de
políticas antilaborales y antisindicales.
Apoyamos el mejoramiento constante en el Ministerio de
Trabajo que permita mayor protección del desarrollo
organizativo y democrático de los trabajadores y
trabajadoras.
Aún observamos en el Estado y en la empresa privada una
clara tendencia a menospreciar los derechos de los
trabajadores y trabajadoras, como la libertad sindical y el
ejercicio pleno al derecho a la organización, la negociación
colectiva y la huelga, particularmente en los casos de las
empresas
DIGAPAN,
LIDO,
CALVO,
INFOD,
FAMOLCAS,
PRODUCTOS
CARNICOS,
Impresiones
Apparel;
Alcaldías
de
Ilopango,
San
Salvador
y
Mejicanos,
e instituciones autónomas como
LNB,
INPEP,
FSV,
TSE
y de funcionarios de izquierda con prácticas de derecha.
Sexto:
Denunciamos y rechazamos la no entrada en vigencia para este
mes de mayo de la LEY GENERAL DE PREVENCION DE RIESGOS EN
LOS LUGARES DE TRABAJO.
Esto se debe a maniobras ilegítimas o negociaciones amañadas
de falsos dirigentes sindicales aglutinados en el
MUSYGES,
que en alianzas con las cúpulas empresariales atropellan los
derechos de la clase trabajadora.
Señalamos que esta ley es producto de la lucha de
organizaciones sindicales comprometidas con la protección de
la seguridad laboral y exigimos su aplicación inmediata por
respeto al sacrificio de tantos trabajadores y trabajadoras
que han muerto por enfermedades contraídas en el trabajo o
se han accidentado por fallas en la gestión y en la
prevención de riesgos.
Séptimo:
Demandamos del gobierno de Mauricio Funes no continuar
apoyando a dirigentes sindicales corruptos enquistados en el
Consejo Económico y Social (CES), identificados como MUSYGES,
ya que practican acciones antiéticas, pactando en
conveniencia con sus intereses personales y sus compromisos
con los sectores empresariales y del gobierno, pretendiendo
con ello desestabilizar las posibilidades de una
reconstrucción sana y transparente de nuestra economía y
desarrollo social.
Octavo:
Al señor Presidente de la República, a su gabinete Social,
Económico y de Seguridad Pública, le pedimos hacer
verdaderos esfuerzos para detener la corrupción
institucionalizada, garantizando a la población la seguridad
ciudadana y que cada salvadoreño y salvadoreña tenga la
certeza de que su economía personal va a mejorar, que su
cobertura social está a su servicio, y que su integridad
física, sicológica y social están defendidas y protegidas de
la delincuencia y del crimen organizado en toda nuestra
República.
A la clase trabajadora la exhortamos a seguir en la lucha
histórica por mejores condiciones de vida y medio
ambientales, por acciones organizadas que lleven a disminuir
la pobreza de nuestra gente, dando pie a profundizar las
acciones éticas, la denuncia de la corrupción, el ejercicio
pleno de los derechos laborales y sindicales y la lucha por
la seguridad ciudadana.
¡Viva la clase obrera salvadoreña!
¡Vivan las mujeres y hombres sindicalistas!
¡Viva el 1o de Mayo!
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