Se hizo hincapié en la grave crisis
alimentaria que atraviesa el país
No fue casual que las mayorías de consignas
y pancartas, hicieran referencia a los altos
precios de los alimentos. En el último año
el fríjol rojo, principal alimento de la
familia salvadoreña,
aumentó un
70 por ciento.
“Para que alcance el pan, los frijoles y la
tortilla, terminemos con 19 años de
pesadilla” rezaba la manta de fondo al acto
principal que se desarrolló en la plaza
Gerardo Barrios, haciendo referencia al
tiempo de gobernar que lleva el partido
conservador ARENA. Pero antes de llegar a la
plaza, las decenas de miles de personas que
salieron a marchar, recorrieron las
principales calles de San Salvador, en un
desfile lleno de colorido y marcado para la
esperanza de un cambio de gobierno en el
próximo año 2009.
La principal concentración de manifestantes
se llevó a cabo en la plaza de El Salvador
del Mundo. Una marcha de estudiantes
universitarios y otra de estudiantes de
secundaria, confluyeron previamente cerca
del hospital Bloom para unirse a la altura
del paso a desnivel de la 25 Av. Norte al
grupo principal.
Diferentes manifestaciones de creatividad se
dieron a lo largo de la marcha. El bloque de
organizaciones de mujeres abría con una
batucada y con consignas exigiendo igualdad
y haciendo conciencia sobre los problemas
estructurales que afectan doblemente a las
mujeres. Una carroza que llevaba dibujos de
funcionarios conocidos, era el símbolo de la
administración y el partido gobernante que
van de salida. Un estudiante disfrazado de
“la calaca mexicana” ejemplificaba el hambre
y la escasez de alimentos.
En el acto principal la mesa que presidía
era integrada por dirigentes de las
organizaciones sociales y del partido FMLN,
incluyendo a los candidatos a la presidencia
y vicepresidente; Mauricio Funes y
Salvador Sánchez Ceren.
La CSTS y FESTSSABHRA,
afiliada a la UITA, fueron parte de
las organizaciones convocantes a la marcha y
al acto principal. Destacó la participación
de una delegación de la seccional Calvo
Conservas del SGTIPAC quienes
partieron desde horas de la madrugada desde
la oriental ciudad de La Unión, y
sindicalistas de SITRAES del sector
campesino de Tacuba quienes a bordo de
cuatro buses también madrugaron desde el
occidental departamento de Ahuchapan.
Parafraseando el himno de la unidad, no
había duda que “llegaron unidos desde el
oriente al occidente.”
Ya en el acto central, bajo el abrasante
calor que alcanzó los 42º C, Ricardo
Calderón, del Frente Sindical
Salvadoreño y de la CSTS tuvo a su
cargo la participación en nombre de las
organizaciones sociales convocantes y
enfatizó sobre los altos precios de los
alimentos y la crisis económica que afecta a
las grandes mayorías, a raíz de los
impuestos gubernamentales que afectan los
combustibles que de por si han tenido una
alza mundial.
Seguidamente, Salvador Sánchez Ceren
candidato a la vicepresidencia del FMLN,
recalcó que cuando el pueblo decide lanzarse
a las calles lo hace por millares y
millares. El dirigente político proveniente
del principal sindicato de maestros del
país, recalco la resistencia heroica frente
al neoliberalismo, que el movimiento
sindical y social ha mantenido durante los
20 años de gobiernos conservadores, que han
evitado su desaparición pese a las
dificultades del modelo económico.
El plato fuerte fue el candidato a la
presidencia Mauricio Funes. Siempre
acompañado de Vanda Piñeiro su
esposa, Mauricio arranco la euforia
de quienes con dificultad se acercaban lo
más posible a una tarima adornada con
canastos, un recipiente autóctono usado para
recolectar café y cereales.
Mauricio,
empezó haciendo un tributo histórico ya que
en ese mismo lugar, aparte de haber sido
sede de incontables protestas en los años
obscuros antes y durante el conflicto donde
las organizaciones siempre se manifestaron
“desafiando los poderes establecidos”: ahí
mismo el pueblo recibió la alegría de los
acuerdos de paz en 1992.
Posteriormente fustigó al gobierno y al
presidente Saca por haber manifestado
que los problemas que se atraviesan son
causados por agentes externos y que el
gobierno poco o nada puede hacer por
solucionarlos. Mauricio detalló
algunas de sus propuestas para impulsar lo
que denominó un “Cambio Seguro” de Gobierno
que consisten en “reconstruir el tejido
productivo” en la agricultura y ganadería
que ha sido afectada por la apuesta durante
los últimos 20 años, a la importación de
alimentos.
Asimismo se comprometió a impulsar una
política de aumento de salarios
“responsable” y a promover acciones que
permitan a los medianos y pequeños
empresarios poder “pagar mejores salarios” a
sus trabajadores. Realizó una mención
especial a los jubilados y jubiladas y se
comprometió a aumentar sus pensiones
mínimos. Así como invitó a todos los
partidos políticos a realizar un “Acuerdo
Nacional” de manera inmediata para enfrentar
con medidas de impacto y emergencia, la
crisis económica y alimentaria mundial.
Asimismo llamó a todos los empleados
públicos a tener seguridad que no van
implementar despidos masivos al llegar al
gobierno, sin embargo anoto que los únicos
que tienen que temer son quienes hayan
“metido las manos en el erario público” o
aquellos asesores que remunerados con
grandes salarios han estado tomando las
malas decisiones que han afectado al pueblo
salvadoreño. Casi al finalizar, aseguró que
su gabinete tendrá “una clara conciencia de
servicio público honesto y probo, con un
alto sentido de solidaridad para con los más
necesitados” pero que frente a la cripta de
Monseñor Romero podía asegurar que
tendrían “una opción preferencial por los
pobres”.
Al final del discurso, y congruente con la
enorme esperanza que la población
salvadoreña encuentra en su carismática
figura, los asistentes le pedían un
autógrafo sobre cualquier cosa; un CD, una
pañoleta en la cabeza, una camisa, una
pancarta. Una señora de avanzada edad le
pidió tocar las fotos de sus hijos que
padecen una grave enfermedad. Mientras un
borrachín eufórico gritaba “ !!!Ese es el
campeón!!!”
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