Evaluar
el camino recorrido e identificar nuevas estrategias para seguir creciendo y
fortaleciendo el trabajo desarrollado en estos años, fueron los objetivos de la
3era Reunión del Comité Ejecutivo de la FELATRAC, que se realizó el pasado 22 de
agosto en Honduras.
Fundada el 7 de
mayo de 2008 en Buenos Aires, Argentina, la Federación Latinoamericana de
Trabajadores de Coca Cola (FELATRAC) no ha dejado de crecer y actuar en
defensa de los intereses de los trabajadores de Coca Cola en la región.
“A dos años de
su existencia, la FELATRAC no sólo es una realidad sino una necesidad que
todos los sindicatos del sector reconocen como un instrumento imprescindible, al
cual deben continuar fortaleciendo de cara al futuro”, dijo el secretario
general de la Regional Latinoamericana de la UITA, Gerardo Iglesias,
durante la presentación que inauguró el evento.
Después de
solidarizarse con la justa lucha del pueblo hondureño, los delegados de
sindicatos de doce países de América Latina
analizaron la situación de cada país con respecto a la relación con Coca Cola.
También “se revisó la agenda que la FELATRAC llevará a la reunión con
Coca Cola Company en Atlanta, Estados Unidos, en octubre próximo, y
se aprobó la conformación definitiva del Comité Ejecutivo”, explicó Pablo
Quiroga, secretario general de la FELATRAC.
La actividad recibió el saludo caluroso de la Junta Directiva y delegados de las
diferentes seccionales del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la
Bebida y Similares (STIBYS) de Cervecería Hondureña (SABMiller)
“Vivimos la misma situación que viven ustedes en sus países, y buscamos la forma
de contrarrestar la precarización del trabajo.
En este sentido, nos sumamos al trabajo que está haciendo la UITA, al que
hacen todos ustedes. Tenemos que estar unidos y articulados, porque las
conquistas que no se defienden, son conquistas que se pierden”, dijo Neptalí
Castro, secretario general del STIBYS.
Con 64 sindicatos en once países de la Región, la FELATRAC es hoy un
instrumento para “articular fuerzas, definir y desarrollar estrategias desde la
unidad de acción.
Es una respuesta a una coyuntura donde la debilidad del movimiento obrero, en
muchos de nuestros países, se explica a través de su confusión ideológica, su
desorientación programática y su dispersión organizativa”, concluyó Iglesias.
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