Caminaba como siempre, de la mano de mi hermana
mayor, luciendo orgulloso mi delantal blanco y
mi moño azul marino, esas 15 cuadras que
separaban mi casa de la escuela.
Ya para esa época eran las últimas caminatas que
debería hacer porque el año escolar llegaba a su
fin. Yo estaba en mi primer grado y para
entonces mi ocupación era solamente aprender de
mi maestra y mostrarles a mis padres cuanto
había progresado en todo lo que me enseñaban.
Diferentes circunstancias llevaron a mi padre a
dejarnos por un tiempo y buscar un futuro mejor
al otro lado del “charco” y de ahí en más
nuestras vidas cambiaron para siempre…
Todavía me queda el recuerdo de ese tiempo
vivido, y si tuve que crecer fuera de mi querido
país, me sirvió de mucho para valorar lo que no
se valora hasta que uno lo pierde.
Y ese sentimiento enorme de la pérdida de los
que ya no están, siento que corre por aquellos
hombres y mujeres que durante estos 40 años
desde la fundación de la Rel-UITA, allá por
noviembre de 1967 siguen luchando
incansablemente el día a día por querer buscar
un futuro mejor para todos.
Gracias por dejarme ser parte de esta familia.
Felicidades por estos 40 años de lucha.
Desde Buenos Aires les mando un fraternal
abrazo.
Nelson Godoy
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