Un
mercado en creciente expansión que se
apresta a abordar la inminente zafra de
verano con mucha expectativa, no es
suficiente para que la mayor compañía
cervecera del Perú atienda el pliego de
reclamos de su sindicato de obreros
compuesto por 320 trabajadores
El pasado
martes 28 el Sindicato de Obreros
Cerveceros Backus y Johnston (SOCBJ) dio
por terminada la etapa de conciliación
con la empresa en la sede del Ministerio
de Trabajo. Después de mantener
varias reuniones en las cuales los
dirigentes sindicales y los
representantes de la Unión de
Cervecerías Peruanas (UCP) Backus y
Johnston no llegaron a ponerse de
acuerdo, los trabajadores se reunirán en
asamblea este viernes 1 de diciembre
para decidir las acciones de lucha.
Podría optarse por una huelga a
iniciarse el próximo 11 de diciembre.
La UCP nació
en 1996 de la unión de las principales
empresas cerveceras nacionales. Tras
varios cambios de capital, actualmente
es una subsidiaria de la inglesa Sab
Miller y se encuentra en sostenido
proceso de crecimiento. Tiene ocho
productos de marca en el mercado y se
apresta a lanzar un nuevo modelo de
envase que, según informaciones
periodísticas, demandará una fuerte
inversión publicitaria.
En ese
contexto, el secretario general del
SOCBJ, Raúl Acerro Acuña, no entiende la
resistencia de la empresa a presentar
una respuesta integral al pliego de 46
puntos elevado por este gremio.
“El mercado
cervecero nacional está creciendo en
forma notable, sin embargo, pese a las
enormes utilidades y ganancias que esta
expansión significa para la empresa, no
se quiere reconocer el aporte del
trabajador en este proceso”, señaló.
Refirió que
la mayor producción demanda una recarga
en la labor que realizan en las plantas
de Lima, Chiclayo y Trujillo, estas dos
últimas ubicadas en ciudades de la costa
norte de la capital. “Si invierten en
maquinaria y tecnología de punta, por
qué no lo hacen de igual forma en el
capital humano, que luego se va a
revertir en la mejora de la producción”,
se preguntó el dirigente sindical que
lleva 21 años en la compañía.
De los 46
puntos del pliego, el sindicato ha
solicitado la atención prioritaria de
los referidos al aumento general,
bonificación por turnos, seguridad en el
empleo para evitar los despidos
arbitrarios, categorización laboral, y
nivelación de salarios, a fin de
terminar con la inequidad en el
ejercicio de sus derechos.
Según
manifestó Acerro Acuña, los trabajadores
de las plantas de provincias ganan mucho
menos que los de la capital, pese a
cumplir las mismas funciones. De igual
modo, operarios nuevos que cumplen
responsabilidades similares a los que
tienen mayor tiempo de servicio son
remunerados con montos inferiores de
hasta 30 soles (USD 9,3 aprox).
La empresa
ha respondido fijando un tope en el
incremento que no satisface la
expectativa de los obreros, y también
seleccionando puntos del pliego
referidos únicamente a la asignación
familiar y por estudios, y a las becas
para los hijos de los trabajadores.
El Sindicato
planteó un aumento general de 15 soles (USD
4,7) diarios. En el proceso de
negociación colectiva redujeron el monto
hasta los 7 soles (USD 2.2), sin
embargo, los representantes de la
cervecera no se han movido de su oferta
inicial fijada en 4 soles (USD 1.2).
Los
trabajadores tienen en mano las
informaciones que dan cuenta del
crecimiento del mercado cervecero en 18
por ciento durante 2006 con respecto al
año pasado. “La empresa nos dice que
somos los operarios mejor pagados, pero
nuestros salarios van de los 1.800 a
3.000 soles (USD 560 a 930)”, precisa el
dirigente.
Esos montos
equivalen en dólares a 562 y 937
aproximadamente, y pudieran resultar
altamente atractivos para una realidad
donde 18 de los 24 millones de
habitantes del país viven en situación
de pobreza y pobreza extrema. Sin
embargo, no lo son tanto si consideramos
a una familia de seis integrantes, con
hijos e hijas en etapa escolar, técnica
o universitaria, en proceso de adquirir
una vivienda propia con servicios
básicos, y asegurar atención integral en
salud, lo elemental para el ejercicio de
una vida digna.
Los
trabajadores están dispuestos a escuchar
un nuevo planteamiento de la cervecera y
esperarán hasta este viernes, pues ese
día a primera hora estarán reunidos en
asamblea para decidir si van a la huelga
a partir del 11 de diciembre, reeditando
la que protagonizaron en 2004, cuando
paralizaron la planta de Lima durante 22
días.
“Nosotros
mantenemos abiertas las puertas del
diálogo, si nos llaman, acudiremos a
conversar. Ellos se están preparando
para luchar con la competencia, entonces
con más razón les pedimos que eviten un
conflicto interno. Aguardaremos una
contra propuesta justa y equitativa”,
afirmó el secretario general del
Sindicato.
Entretanto,
la publicidad de los diferentes
productos de Backus se escuchan por la
radio, se divisan en paneles y se ven
por televisión, sin que la mayoría
repare en el hecho de que su cerveza
preferida puede llegar a sus labios por
el esfuerzo de electricistas, mecánicos,
cocineros, electrónicos y otros
operarios que han puesto su experiencia
al servicio de un producción de primera
calidad.
La empresa
sí lo sabe, pero aún le cuesta valorar
con justicia el aporte de sus
trabajadores en los éxitos logrados por
su firma. Como dice Raúl Acerro, “Somos
obreros altamente calificados, lo que se
invierte en nosotros retorna a la
producción”. Lo cual es evidente en el
incremento del consumo en los mercados
nacional y extranjero, que la ha llevado
a una producción de 300.000 cajas
diarias de cerveza.
En Lima, Mariela Jara
©
Rel-UITA
30 de noviembre de 2006 |
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