La
empresa sostiene que el Pacto Colectivo es incompatible con el Sindicato. Acosa
y despide a trabajadores sindicalizados y niega derecho a la negociación
colectiva.
Bavaria S.A.,
subsidiaria de la
multinacional sudafricana SABMiller, parece empeñada a impedir a toda
costa que en sus plantas pelechen las organizaciones sindicales, y para ello
recurre a interpretaciones amañadas de la legislación laboral, al acoso y
despido de los trabajadores que se sindicalizan, y a montajes jurídicos en
contra de las organizaciones sindicales que han tratado de surgir, tanto de
empresa, como de rama. Y lo que es peor: lo hace, sin que el Ministerio del
Trabajo actué cumpliendo su deber de protección de la libertad sindical.
Así lo han denunciado
directivos de la CUT Nacional y de Sinaltrainbec (sindicato de
rama en la industria de alimentos y bebidas) quienes se mostraron muy
preocupados, y aterrados, por los extremos a los que está llevando Bavaria
su ya tradicional política antisindical.
La última manifestación de
esa política se dio cuando Bavaria devolvió el pliego de peticiones que
presentó Sinaltrainbec en conjunto con Sintraceba (sindicato de la
planta de Barranquilla), alegando razones que ambos sindicatos descalifican por
amañadas.
El Estado no hace nada al respecto. “La SABMiller es una multinacional intocable
en este país”. |
La primera de ellas es que
el pliego presentado es extemporáneo, porque todos los afiliados a
Sinaltrainbec suscribieron el pacto colectivo vigente en Bavaria
desde febrero de 2011 hasta marzo de 2014. “Sería una pretensión exagerada,
inequitativa e ilegal pretender beneficiarse de dos convenios colectivos, en
detrimento de los trabajadores que continúan adheridos al pacto colectivo”,
alega la empresa en la carta de motivos para devolver el pliego.
Cita también otros tres
motivos: vicios de procedimiento en la presentación del pliego (que los
sindicatos desestiman); que la ley laboral no consagra la negociación con
sindicatos de industria; y que Bavaria tiene en trámite una demanda
contra Sinaltrainbec por presuntas irregularidades en el proceso de
afiliación de los trabajadores y la fundación de algunas subdirectivas.
Para Fabio Arias,
Fiscal Nacional de la CUT, quien ha venido asesorando el proceso de la
creación del sindicato de industria en Bavaria, los argumentos de la
empresa son una “arbitrariedad monumental, incluso temeraria”, y una manera de
ganar tiempo para ver cómo acabar con el sindicato. Con el agravante, según este
directivo, de que el Estado no hace nada al respecto. “La SABMiller es una
multinacional intocable en este país”, anotó.
Además consideró un
precedente terrible el hecho de negarle a un sindicato de industria, como
Sinaltrainbec, el derecho a presentar y negociar pliego de peticiones,
cuando ésa en Colombia es práctica habitual en muchas empresas del sector
privado.
En el mismo sentido opinó
Carlos Alfonso Ortiz, presidente nacional de Sinaltrainbec, para
quien el proceder de Bavaria es violatorio del libre derecho de
asociación sindical (artículo 39 de la Constitución Nacional), del de
negociación colectiva (artículo 55 C.N), de los convenios 87 y 98 de la OIT
y de otros tratados internacionales; además de la jurisprudencia de de la Corte
Constitucional, y de la Corte Suprema de Justicia, entre ellas, la más reciente
de la sala de casación laboral contra la empresa Bimbo de Colombia, que
afirma que la negociación colectiva no está sujeta a ningún tipo de
condicionamientos, y menos aún a la vigencia de un Pacto Colectivo.
Entre el 28 al 30 de mayo
de este año se realizó una asamblea nacional de delegados de cada planta para
someter a aprobación el pliego de peticiones. “Es un modesto pliego que contiene
reclamaciones urgentes de mejora de las condiciones económicas y de trabajo y en
beneficios de nuestras familias”, señala Carlos Ortiz, pliego que se
presentó en forma simultánea a la presidencia de la compañía y a cada sucursal.
Hubo problemas en la planta de Duitama, donde la gerencia se negó a firmar el
recibido, lo mismo que en Bucaramanga, donde hubo que enviarlo por correo
certificado. “Además nos dijeron que teníamos que enviarles las copias de las
actas de las asambleas donde se aprobó el pliego y la comisión negociadora,
cuando eso es de reserva interna del Sindicato”.
El directivo recordó el
largo historial de violaciones de derechos laborales que arrastra esta
multinacional, que la colocan como una empresa enemiga del ejercicio de la
actividad sindical, y que le han valido múltiples demandas.
En efecto, desde cuando en
el año 2005 SABMiller compró la compañía al Grupo Santodomingo, dejó ver
claramente la que sería su política sindical: de entrada exigió como condición
la entrega de la compañía “saneada” de sindicatos. Lo que efectivamente ocurrió.
Sinaltrabavaria, tras una lucha obrera que incluyó una huelga de más de
dos meses de duración, quedó tan débil que la empresa procedió a desmantelarlo,
apelando a la fórmula de los retiros voluntarios y al arreglo con los dirigentes
que quedaron del menguado sindicato. Además implementó un proceso acelerado de
modernización de las plantas y cierre de algunas cervecerías antiguas, lo que
implicó la salida de muchos trabajadores. Hasta que finalmente
Sinaltrabavaria fue disuelto y liquidado.
Desde entonces el clima laboral en Bavaria empeoró, con
el desmonte gradual de todos los derechos convencionales que tenían los
trabajadores del régimen anterior, la persecución implacable a todos aquellos
que intentaran formar un sindicato, y la imposición del Pacto Colectivo.
El calvario de Sinaltrainbec en Bavaria
Las subdirectivas de
Sinaltrainbec en las plantas de Bavaria se empezaron a conformar en
febrero de 2012. Y al día de hoy lograron afiliar 75 trabajadores: 25 de ellos
en la planta de Yumbo (Valle), 20 en Bucaramanga, 18 en Duitama, 10 en
Barranquilla (es de anotar que en esta ciudad hay 72 trabajadores afiliados a
Sintraceba) y 2 en la planta de Itagüí. Pero de ese total 5 fueron
despedidos y 4 fueron presionados para hacerlos renunciar al Sindicato.
Porque no ha sido
fácil para Sinaltrainbec plantar presencia en Bavaria. Desde el
mismo momento de la creación de las subdirectivas empezó la persecución y el
amedrentamiento a los trabajadores para impedir su afiliación al sindicato, como
también el despido y la presión contra los ya sindicalizados. En la planta
Duitama 4 de éstos renunciaron al sindicato por presiones de la empresa, a 2 los
despidieron en Bucaramanga, y en la planta de Yumbo, donde el acoso ha sido
particularmente recalcitrante, despidieron a 4 trabajadores: Ricardo
Rodríguez, Jaime Angulo Acosta, Ricardo Rodríguez y Jorge
Eliecer Granoble. Este último es el presidente de la subdirectiva, quien por
acción de tutela logró su reintegro.
En su página Web, SABMiller informa que su planta de trabajadores directos es de
4.100, mientras que los tercerizados ascienden ya a 3.500, o sea casi la mitad
de su planta de personal. |
“Pero me aislaron en la fábrica para que no pueda tener contacto con mis
compañeros, y no continúe desarrollando actividad sindical. Todo ese acoso le
ha creado un ambiente muy negativo al Sindicato. Nadie se quiere afiliar, no hay
garantías. Incluso los trabajadores evitan hasta arrimársele a uno por el temor
a perder el empleo”, señaló Granobles a esta agencia de información.
Néstor Acevedo Ruiz,
padre de 5 hijos y cabeza de hogar, con más de 20 años de antigüedad como
operador de calderas en la planta de Bucaramanga, fue uno de los despedidos, el
5 de mayo. En carta que envió a la directora territorial del Ministerio del
Trabajo en esta ciudad, calificó su despido como parte de la “política de
exterminio sindical” implementada en SABMiller, y asimismo expresa las
razones por las cuales él y sus compañeros decidieron afiliarse al Sindicato:
“Por
la aplicación de un pacto colectivo que no colma nuestras expectativas; por
despidos sin ninguna justificación; por los continuos accidentes de trabajo como
consecuencia de las recargas laborales, ya que hay labores que
antes hacían 2 o 3 personas, y ahora las hace una sola; enfermedades
profesionales provocadas por las malas condiciones en los sitios de trabajo; y
condicionamiento de los salarios, ya que antes nos pagaban de acuerdo con el IPC
más un punto, y regía a partir de enero del siguiente año.
Ahora es el IPC pero el punto nos lo acondicionaron al cumplimiento de las
metas, nos los pagan en bonos descontables en quincenas, que SABMiller
impone a su antojo y conveniencia, y como si esta humillación no bastara, el
aumento rige a partir de julio”.
Sobre todas estas
anomalías e irregularidades, Fabio Arias dijo que desde hace 4 meses han
solicitado al Ministerio y al Viceministerio de Trabajo que convoquen a
Bavaria para que deje de perseguir al Sindicato y de echar a los dirigentes
sindicales, sin que hasta ahora la CUT haya recibido respuesta alguna.
Tercerización a granel
Otro aspecto digno de
resaltar en este informe es que, en contravía de la política de formalización
laboral anunciada por el Gobierno y los compromisos plasmados en Plan de Acción
en Derechos Laborales, Bavaria sigue ahondando su política de
tercerización laboral. En su página Web informa que su planta de trabajadores
directos es de 4.100, mientras que los tercerizados ascienden ya a 3.500, o sea
casi la mitad de su planta de personal.
Según lo denuncia
Sinaltrainbec, hoy Bavaria terceriza, entre otros, los servicios de
carga dentro de la empresa, el tratamiento del agua, aseo, cafetería y la
mensajería, todas éstas labores misionales, porque son de curso habitual y
permanente en la empresa. Antes tercerizaba mediante cooperativas de trabajo
asociado, pero después del Decreto 2025 de junio del año pasado empezó a hacerlo
a través de las Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS), y no dejó de contratar
con empresas de empleo temporal. Hay trabajadores que llevan 15 y más años de
servicios por contrato temporal.
SABMiller
tiene su matriz en Sudáfrica y el centro de dirección mundial en Londres. Para
América Latina la dirección está en Colombia, donde su operación es la
mayor en la región. Por eso también tomamos nota de las palabras de Luis
Alejandro Pedraza, coordinador en Colombia de la Unión Internacional
de Trabajadores de Alimentación (UITA), quien dijo que esta federación ha
denunciado en todos los idiomas lo que está pasando en SABMiller Colombia,
“pero al Ministerio del Trabajo eso le resbala, y la multinacional se muere de
la risa”, anotó.
El Pacto reconoce el recargo nocturno después de las 6 de la tarde, pero en la
práctica es después de las 10 de la noche. Tampoco respeta los horarios de horas
extras. Los trabajadores deben laborar más de las dos horas extras diarias que
establece la ley, hasta 3 o 5 horas más les imponen. |
Recalcó asimismo que la
política antisindical de SABMiller se extiende a nivel mundial, de ahí
que los sindicatos afiliados a la UITA que tienen convención colectiva en
las empresas de esta multinacional, casi siempre están en conato de conflicto
porque ésta ha hecho hasta lo imposible para acabar con los sindicatos. “Hasta
ahora no ha podido porque se ha dado una alianza internacional a través de la
UITA en el sentido de que si hay un problema en un país, en todos los países
los sindicatos reaccionan”, anotó.
Una empresa con doble discurso
“Esta empresa tiene un
doble discurso. Por ejemplo, tiene un código de ética en el que dice respetar el
derecho de asociación sindical, y a raíz del actual conflicto laboral ha
repartido volantes en los que lo recalca, pero al mismo tiempo amedranta a los
trabajadores para que no se afilien y despide a los que se sindicalizan, además
compra testimonios para iniciar procesos jurídicos contra las organizaciones
sindicales. Es lo que ha hecho con los sindicatos que han tratado de surgir en
los últimos años: a todos los ha demandado con testimonios comprados y los ha
acabado”, señaló el presidente de Sinaltrainbec.
Y ni siquiera cumple con
lo contenido en el Pacto Colectivo, asegura por su parte Fabio Arias, de
la CUT. El Pacto reconoce el recargo nocturno después de las 6 de la
tarde, pero en la práctica es después de las 10 de la noche. Tampoco respeta los
horarios de horas extras. Los trabajadores deben laborar más de las dos horas
extras diarias que establece la ley, hasta 3 o 5 horas más les imponen.
Bavaria en contra de la historia
Consultado por esta
Agencia de Información, el director general de la Escuela Nacional Sindical,
José Luciano Sanín Vásquez, conceptuó:
“No es posible que una
empresa multinacional pueda en Colombia, sin recibir sanciones, en
completa impunidad, realizar todo tipo de acciones para destruir la posibilidad
de que sus trabajadores pertenezcan a una organización sindical, y a través de
ella negociar sus condiciones de trabajo. No son legítimos, ni tienen sustento
legal los argumentos de Bavaria. Es absurdo que la empresa señale que un
sindicato de industria no puede presentar pliego de peticiones, y mucho menos
que la existencia de un pacto colectivo impide la realización de una negociación
colectiva. Permitir estas argucias equivaldría a aceptar que en Colombia
la existencia de los derechos de asociación sindical y negociación colectiva
están sometidos a la voluntad de las empresas”.
“El Ministerio del Trabajo
debería subrayarle a Bavaria que en Colombia la libertad sindical
está consagrada en la Constitución, en los convenios de OIT y en las
leyes laborales, y que atentar contra la libertad sindical está sancionado con
pena de prisión, según el artículo 200 del Código Penal. Y sobre todo, el
Ministerio de Trabajo debe hacer uso de la facultad de sancionar a toda empresa
que atente contra el derecho de asociación y negociación colectiva.
Esperamos que lo haga
antes de que Bavaria cumpla su cometido: destruir de nuevo la
organización sindical”.
|