Directivos de las más poderosas centrales sindicales de
Brasil entregaron ayer un documento al Congreso en el que
proponen que la jornada laboral sea reducida de 44 a 40
horas semanales, a fin de contribuir a la generación de
empleos.
El
documento, respaldado por 1,5 millones de firmas, fue
recibido por el presidente de la Cámara de Diputados,
Arlildo Chinaglia, quien se comprometió a estudiar el
asunto.
Según el
presidente de la central Força Sindical, Paulo Pereira da
Silva, la reducción de la jornada laboral en un diez por
ciento generará de inmediato unos 2,5 millones de puestos de
trabajo.
El líder
sindical, que además es diputado, dijo que las centrales
obreras pretenden que la propuesta sea aprobada este mismo
año 'para poner lo más pronto posible en el mercado a los
trabajadores que están desempleados'.
El
presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT),
Arthur Henrique da Silva Santos, sostuvo que, además,
una medida de esa naturaleza permitirá que los trabajadores
mejoren su calificación profesional.
'Además
de pasar ocho horas por día en su empleo, un trabajador
gasta una media de tres a cinco horas en el viaje entre su
casa y el trabajo, por lo que no le queda tiempo para
estudiar y prepararse para buscar una mejor remuneración',
declaró da Silva Santos.
Los
sindicatos comenzaron la campaña en favor de la reducción de
la jornada laboral el 1 de mayo pasado, en medio de los
actos por la celebración del Día del Trabajo.
La
propuesta es rechazada por los empresarios, que la han
tildado de 'populista', y afirmado que una medida efectiva
para contribuir a una mayor generación de empleos sería
reducir la altísima carga tributaria y no la jornada
laboral.
El
director de Relaciones Institucionales de la Confederación
Nacional de la Industria (CNI), Marco Antonio Reis
Guarita, sostuvo que el 'mejor ejemplo del fracaso' de
la reducción de la jornada laboral es Francia, que en 1997
se limitó a 35 horas semanales y ahora está en pleno debate.
'La
reducción de la jornada laboral es algo anacrónico y deberá
ser rechazado por el Congreso', afirmó el portavoz de la
patronal de la industria.
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