Nicaragua
Victoria de los trabajadores de Coca Cola
El buen sabor de la lucha |
El
pasado 3 de agosto Coca Cola, FEMSA, solicitó la cancelación
de
los contratos de trabajo de los dirigentes sindicales Daniel
Reyes, secretario general, Azalía Flores, secretaria de
finanzas, y Noé Morales, secretario de propaganda y
deportes. La unidad y movilización de los trabajadores más
el respaldo internacional logró su reincorporación.
Sobre esta situación hablamos con Julio Hernández García,
secretario de asuntos laborales del Sindicato Único de
Trabajadores (SUT).
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Daniel Reyes, Noé Morales y
Azalía Flores |
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-¿La lucha sirvió?
-¡Claro, y cómo! La lucha fue inclaudicable,
desde el momento en que se realizó la asamblea general para
tratar los pro-blemas en la planta y el despido de los
dirigentes, resolviéndose que continua-ríamos movilizados
hasta su reintegro. Creamos mucha presión, ante la empresa y
ante el Ministerio de Trabajo que no está desempeñando un
papel acertado. Es lamentable que además de padecer los
problemas generados por la gerencia, los trabajadores
debamos enfrentar la actitud distante del Ministerio. Sin
embargo, gracias a la movilización de nuestra gente, el
apoyo recibido por representantes de la Asamblea Nacional,
la Federación de Trabajadores de la Alimentación y varios
sindicatos a nivel nacional e internacional, logramos el
reintegro.
-Ustedes han recibido por primera vez el
respaldo de organizaciones de países lejanos como la
Argentina.
-Por primera vez, es cierto.
-¿Qué se siente?
-Es importante saber que en el fragor de la lucha
no estamos solos. Que otros sindicatos nos acompañan y están
decididos a marchar junto a nosotros en la defensa de
nuestras reivindicaciones y derechos. Que en una reunión
efectuada en Buenos Aires, a tantos miles de kilómetros de
aquí, se haya abordado nuestro conflicto ante gerentes de
FEMSA por parte de los compañeros de la Federación Argentina
de Trabajadores de Aguas Gaseosas; es algo muy estimulante.
-Superada esa situación lamentable, ahora
vuestro sindicato retribuye la solidaridad recibida
respaldando a los compañeros de Parmalat que fueron
despedidos por organizar su sindicato.
-Sucede que en este país para muchos empresarios
y autoridades del gobierno, “sindicato” es una mala palabra.
Que se despida trabajadores por el simple hecho de haberse
organizado sindicalmente, pone en tela de juicio nuestra
institucionalidad y nuestro sistema democrático.
Gerardo Iglesias
© Rel-UITA
15 de octubre de 2004
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