Uruguay
Bella Unión en caída
libre
CALNU:
despidos, privilegios y azúcar
brasileña
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Directivos del Sindicato de Obreros de
Calnu (SOCA), denunciaron
el despido de nueve trabajadores así
como los abultados sueldos
que perciben jefes y directores del
ingenio y el ingreso a Uruguay
de azúcar brasileño con destino
ilegal.
El viernes 6 de febrero por la tarde la sede del SOCA
en la ciudad de Bella Unión (Artigas), luce concurrida y
agitada. El motivo es que hace una hora nueve trabajadores
de CALNU recibieron telegramas colacionados de la
administración del ingenio comunicándoles sus despidos.
Los dirigentes del sindicato, reunidos en carácter
grave y urgente, expresan a representantes de
Rel-UITA que pese a estar ante un hecho consumado,
conforman un gremio fuerte y hay disposición de responder
con medidas de lucha a lo que consideran una traición a los
acuerdos entre el sindicato y la empresa.
Carlos Píriz, presidente del SOCA, explica que CALNU
cuenta con 140 trabajadores estables que ascienden a unos
500 durante la zafra y en el período de refinado –que
culminó a fines de enero– el número de plazas se reduce
aproximadamente a 200.
Actualmente el ingenio entró en su período de
“mantenimiento” que cada año es más largo debido a que las
zafras resultan más cortas. Los otrora siete meses de zafra
se han reducido a dos meses.
También preocupa al sindicato que para el
mantenimiento se ocupe sólo al personal estable y que cuando
se efectúan contratos la administración de CALNU recurra a
empresas tercerizadoras que no tienen en cuenta a los
zafreros del ingenio.
La fábrica –continua Píriz– está deteriorada,
“se cae en pedazos”,
y la producción es el resultado de la experiencia y del
esfuerzo de los trabajadores. En la última zafra se logró
aumentar el área sembrada en mil hectáreas, pero hubo
dificultades con el riego y los insumos llegaron tarde.
De esta situación el sindicato responsabiliza a la
administración de CALNU la cual debería reclamar al gobierno
del presidente Jorge Batlle un nivel más alto de subsidios
que de un 80 por ciento ha descendido al 30 por ciento.
En junio de 2003 se desató un conflicto entre
trabajadores y directivos que fue superado con acuerdos
entre las partes gracias a la mediación de los ediles de la
Junta Local y de José García, cura párroco de Bella Unión
Uno de estos acuerdos fue el compromiso de la empresa
de que no habría despidos de personal –“reestructura”– sin
que mediara una
“jubilación bonificada” para los trabajadores
damnificados.
Mientras esta iniciativa se encuentra
“a la espera de su
tratamiento en el Parlamento, la empresa despide a nueve
compañeros”, señala Píriz y manifiesta su
indignación agravada por el hecho de que “allegados al
Consejo de Administración de CALNU” dijeron a los
trabajadores que se despediría a 45 compañeros, pero la
administración jamás llamó a representantes del sindicato
para considerar esa eventualidad.
Privilegios y azúcar brasileño
Abayubá Jardím, secretario del SOCA expresa a Rel-UITA
que CALNU depende financieramente de la transnacional
MAN
la cual maneja a la distribuidora de azúcar en Uruguay,
Trazen.
Inicialmente CALNU poseía acciones de Trazen
equivalentes a dos tercios y Azucarlito a un tercio;
posteriormente CALNU vende un tercio de sus acciones a MAN
la cual actualmente proporciona el crudo y distribuye el
producto elaborado. Y, agrega Jardím, desde 1992 a la fecha
los trabajadores han perdido más del 50 por ciento de su
salario real y otros beneficios.
“Hemos cedido terreno por
conservar la fuente de trabajo pero ahora no podemos
retroceder más”, sostienen los sindicalistas y
señalan que pese al desastre financiero de CALNU se
mantienen los privilegios de los directores.
“La torta está muy mal repartida”, dice Píriz: el sueldo de
37 jefes equivale al sueldo de cien peones.
Los sueldos del personal jerárquico superan los 20 mil
pesos (667 dólares). Cifra abusiva si se considera la crisis
de la industria.
“Extraoficialmente sabemos que los directores no perciben
menos de 40 mil pesos mensuales, y algunos cobran dos
sueldos como Sergio Serra vicepresidente del Consejo de
Administración de CALNU y a la vez presidente de la empresa
Greenfrozen, y Luis Frusto y Enrique Yemini, presidente y
secretario de CALNU respectivamente que representan al
ingenio en la distribuidora Trazen”.
Finalmente los sindicalistas denunciaron un hecho que
califican de gravísimo: el ingreso de azúcar blanco en
camiones desde Brasil a Bella Unión y desde donde es
transportado a Montevideo. El azúcar blanco que ingresa al
país sólo debería tener como destino el sector industrial y
nunca al consumidor particular, sin embargo se vende al por
menor sin ningún tipo de control bromatológico.
“Cualquier boliche de
Montevideo y del Interior compran bolsas de 50 quilos, las
fraccionan y las venden”, lo cual perjudica
tanto a CALNU como a Azucarlito.
El SOCA ha denunciado estos hechos al Parlamento, pero
hasta ahora no hay respuesta. Píriz se pregunta cuál es la
razón para que este azúcar ingrese al país en bolsas con el
logo de CALNU y dice que la administración del ingenio
respondió al sindicato que es un asunto de la transnacional
MAN.
Carlos Caillabet
© Rel-UITA
9 de febrero de 2004
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