El pasado
domingo 4 de febrero se fundó en la ciudad portuaria de La
Unión, El Salvador, la seccional por empresa Calvo Conservas
El Salvador del Sindicato de Trabajadores de la Industria
Pesquera y Actividades Conexas (SGTIPAC). Este fue el
resultado de un esfuerzo de varios meses en el que han
tomado parte trabajadoras y trabajadores de Calvo Conservas,
activistas sindicales y comunales de esa ciudad portuaria,
la Federación del Alimento (FESTSSABRHA) -afiliada a la
UITA-, la Confederación Sindical (CSTS) y el CEAL.
En el pasado, las empresas del Grupo Calvo han estado
en el centro de la atención laboral de este país
centroamericano. En junio de 2006, la empacadora española de
atún, luego de despedir a 600 trabajadores y trabajadoras,
amenazó con cerrar sus operaciones en El Salvador si
no se aprobaban los convenios 87 y 98 de la OIT, dado
que este es un requisito para acceder al SGP+Plus Europeo,
un acuerdo que le permite a los países miembros exportar sin
aranceles a la Unión Europea y del cual se beneficia
Calvo. Dichos convenios fueron aprobados por la
Asamblea Legislativa salvadoreña en agosto de 2006, junto a
un paquete de reformas laborales que, a juicio de las
organizaciones sindicales, vaciaban de contenido los
convenios que se acababan de aprobar. El gobierno
salvadoreño se negó durante años a la ratificación de estos
convenios internacionales argumentando que eran
inconstitucionales. Finalmente, ante la inminente pérdida de
los beneficios económicos de El Salvador ante el
SGP+Plus Europeo, el Ejecutivo presentó el paquete de
reformas al Poder Legislativo urgiendo su aprobación.
La planta empacadora de atún se
estableció en 2003 en El Salvador
y ha anunciado periódicamente más
expansiones de su capacidad y de sus
ganancias. El Grupo Calvo
cuenta con varias empresas: Calvo
Pesca, Calvo Consignataria,
Harinas Calvo y Calvo
Conservas; en esta última se
desempeña la mayoría de los 2 mil
trabajadores y trabajadoras en la
planta de Punta Gorda, en La Unión. |
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En 2004 las empresas Calvo también llamaron la
atención pública al despedir cerca de 300 trabajadoras que
habían hecho un paro espontáneo, dadas las graves
condiciones de inseguridad laboral y que también intentaban
formar un sindicato.
Simultáneamente con la formación del nuevo sindicato, las
empresas Calvo anunciaron que ya han recontratado a
los despedidos del año pasado y que están incrementando la
producción y las ventas. Sin embargo, las trabajadoras y
trabajadores en La Unión argumentan que, aunque esto es
cierto, las cargas laborales se han incrementado y también
ciertos abusos.
Según los fundadores de la seccional Calvo del
SGTIPAC, el esfuerzo de organización sindical responde
al deseo de trabajadoras y trabajadores de la atunera de
mejorar las condiciones de trabajo en esta planta ya que,
según sus testimonios, actualmente son “graves y
tormentosas”. Por ejemplo, las trabajadoras han relatado
que durante el paro espontáneo de 2004 ocurrió un “problema
industrial” con el aire de la planta que provocó que varias
decenas de trabajadoras cayeran desmayadas. Asimismo, se
registraron varios accidentes industriales que han incluido
amputaciones de miembros de las personas afectadas. Los
trabajadores se quejan de las largas jornadas que se
efectúan día y noche sin interrupción y sin los descansos
estipulados por la ley, descargando los barcos atuneros y
procesando el producto. A cambio, reciben salarios muy
bajos, aún para esta zona rural de El Salvador.
Para colmo de males, los gerentes y encargados de la
producción acostumbran insultar con palabras soeces a
trabajadoras y trabajadores y les despiden por faltas
insignificantes o arbitrarias, sin sus prestaciones de ley.
En el pasado, el 90 por ciento de la
producción de esta planta atunera
era exportado a Europa, sin
embargo, según informes de la misma
empresa, en la actualidad está
creciendo el porcentaje que es
vendido a Estados Unidos en
el marco del CAFTA y también en el
mercado local. |
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Por su parte, organizaciones en España y en Brasil
han confirmado a sus pares salvadoreñas que las empresas
Calvo en esos países participan de la negociación
colectiva con las organizaciones sindicales, lo cual debería
también aplicarse en El Salvador pues, de lo
contrario, se estaría ante una práctica conocida como de
“doble estándar laboral”.
La Atunera Calvo tiene una importancia estratégica en
la zona de La Unión, ya que es la empresa insignia que se ha
instalado en el puerto de Cutuco, que estuvo abandonado por
varias décadas y donde la actividad económica decayó
considerablemente durante la guerra civil en los años 80.
Las organizaciones que han acompañado el esfuerzo de
sindicalización de las y los trabajadores de Calvo
han solicitado dirigir cartas al representante legal de
Calvo Conservas El Salvador, con copia al embajador de
España en El Salvador, invitándole reconocer
al más breve plazo a la seccional sindical por empresa
Calvo Conservas El Salvador del SGTIPAC, y a
buscar el entendimiento obrero-empresarial sentándose ante
una mesa de negociación para tratar los más graves y
urgentes reclamos de las trabajadoras y trabajadores de esta
planta, que es una de las inversiones más importantes de
este consorcio atunero fuera de España.
El Grupo Calvo en El Salvador
tiene en sus manos la oportunidad de dar el ejemplo y sentar
un precedente en el cumplimiento efectivo de los Convenios
87 y 98 de la OIT relativos a la libertad sindical.
Asimismo las organizaciones solicitan a todos y todas que
envíen la siguiente carta al Ministro de Trabajo de El
Salvador, Luciano Calvo Pumpido, para que, sin
más demoras, otorgue el reconocimiento legal a la seccional
del SGTIPAC.
En El Salvador,
Gilberto
Ernesto García
©
Rel-UITA
9 de febrero de 2007 |
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FOTO:
elsalvador.com
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