El ejército chileno ha iniciado una investigación al
constatarse que un grupo de soldados de la ciudad de Temuco,
en el sur de Chile, fueron utilizados para hacer el trabajo
de los obreros en huelga
La investigación se originó cuando el Sindicato de
trabajadores de la planta de Eulen, contratista al servicio
de CCU (Compañía Cervecerías Unidas), propiedad de un
consorcio entre Heineken y capitales chilenos,
denunció que un grupo de soldados había estado realizando
tareas en la planta que se encuentra en huelga legal desde
hace quince días.
Como respaldo de su denuncia, los sindicalistas exhibieron
fotos del grupo de soldados uniformados y con los símbolos
correspondientes a su batallón, apilaban cajas dentro de la
planta. La empresa habría recurrido a ese procedimiento como
forma de debilitar la huelga legal que está llevando
adelante el sindicato.
El comandante de la unidad se mostró sorprendido ya que,
cuando la empresa entró en contacto con él para ofrecerle un
trabajo extra a sus subordinados, no fue informado que la
planta se hallaba en conflicto.
"Es una situación extremadamente grave.
El Ejército no puede involucrarse en un conflicto entre
privados porque su rol es otro", dijo Marcelo Segura,
responsable local del Ministerio de Trabajo.
Pese a la
desprotección legal que padecen los obreros
subcontratados
de Eulen,
que no cuentan con las mismas garantías de los trabajadores
efectivos de CCU, han conseguido organizarse para llevar
adelante sus reclamos. Ahora deben enfrentar esta nueva
agresión a sus derechos, pese a que la huelga decretada está
amparada por la ley.
Ariel
Celiberti
© Rel-UITA
18 de
enero de 2007