Una Misión que integran todas las
centrales brasileñas partió el pasado
sábado 31 con destino a Ginebra, Suiza,
para entrevistarse con altas jerarquías
de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), ante la cual presentarán
quejas formales contra el gobierno de
Brasil.
La Misión lleva por objetivo exponer
ante el director general de la OIT,
Juan Somavía, una denuncia del
movimiento sindical brasileño contra el
Ministerio Público de Trabajo del actual
gobierno que, según Neuza Barbosa,
secretaria nacional de Planificación y
Recalificación Profesional de Força
Sindical e integrante del Comité
Ejecutivo Latinoamericano de la
UITA, “interviene
desde hace años y de manera frecuente en
la vida sindical, sobre todo
interfiriendo en el flujo normal de las
contribuciones de los trabajadores y
trabajadoras hacia sus sindicatos”.
Es bastante habitual que esta Secretaría
de Estado obligue a los sindicatos a
firmar declaraciones de “ajuste de
conducta” que agreden, limitan y atentan
contra la libertad sindical.
Neuza
afirmó a Sirel que se han hecho
varios intentos de modificar este
comportamiento del Ministerio de
Trabajo, pero todo fue infructuoso. “Ahora
esta Misión oficializará la denuncia
ante la OIT, ya que las centrales
entendemos que se trata de una práctica
antisindical que interfiere en la
capacidad financiera de las
organizaciones complicando y limitando
su accionar. La intención parece ser la
de acabar con la organización sindical”.
Este comportamiento, inclusive, se ha
incrementado en los últimos años, a lo
que se suma una nueva modalidad de
inhibición de la acción sindical
implementada por la Justicia del Trabajo
mediante los llamados “interditos
prohibitorios”,
que consisten en la prohibición para los
sindicatos de realizar Asambleas o
cualquier otra manifestación en las
puertas de los centros de trabajo, bajo
amenaza de pagar multas siderales.
“Entendemos que si la justicia tiene
sospechas concretas de que un sindicato
mantiene prácticas que dañan los
derechos de los trabajadores –sostuvo
Neuza–,
ella debe actuar como corresponde, como
ordena la ley, investigando y castigando
a los culpables, pero no es correcto que
interfiera en las negociaciones de los
trabajadores, que intervenga e influya
en los Convenios Colectivos, porque eso
es muy lesivo para los trabajadores y
sus organizaciones”, concluyó.
Asimismo, la Justicia Laboral ha
condenado a algunas organizaciones
sindicales a devolver sumas astronómicas
de dinero en función de contribuciones
cobradas años atrás y que ella entiende
fueron percibidas indebidamente, so pena
de aplicar un sistema de multas y
recargos que hacen la supuesta deuda aún
más impagable para los sindicatos.