Con Antranic Adourián
Coca Cola quita el sueño |
Los trabajadores reclamaban horarios menos tiránicos, más humanos, pero la
empresa no cedía. Los trabajadores decidieron no hacer horas extras en los
turnos cuestionados. La empresa interrumpió cualquier diálogo con el
sindicato que, de inmediato, suspendió las horas extras en toda la planta.
Ahora, nadie duerme en Coca Cola.
-¿Cuáles son
los antecedentes de la actual diferencia con la empresa?
-A partir del
último conflicto de 2002 hubo una serie de reestructuras cuya principal
consecuencia fue la reducción de personal, cerca de 40 puestos de trabajo
perdidos, y se instauraron algunos cambios operativos, entre otras cosas,
horarios muy atípicos para el gremio. El sector más afectado por este cambio
fue el de “carga”, donde se establecieron tres horarios, uno de 6 a 14
horas, otro de 15:30 a 23:30, y otro que empezaba a las 16 horas y terminaba
a las 24. Si bien esto se instrumentó a título de prueba durante un período
acotado, finalmente fue permaneciendo en el tiempo.
-¿Qué
consecuencias tuvieron estos cambios?
-Estos
horarios afectaron a las familias, a la vida personal y social de los
trabajadores que en algunos casos tenían tres semanas continuas de trabajo
en el horario de 16 a 24 horas, lo que implicaba dificultades con el
transporte; algunos llegaban a las 2 o 3 de la mañana a sus casas. Varios de
estos problemas se fueron paliando con la introducción de taxis y remises al
final de los turnos, pero lo que no era posible arreglar era que la gente
quedaba desconectada de la vida de su hogar, de su familia.
Esto provocó
muchas asambleas y debates internos y se resolvió que el turno en cuestión
dejara de hacer horas extras. La empresa respondió cortando el diálogo por
completo con el Sindicato, sobre éste y todos los demás puntos que se venían
discutiendo.
-Una actitud
muy drástica. ¿Cuál fue la respuesta del Sindicato?
-La
consecuencia es que en este momento tenemos cortadas las horas extras en
toda la planta en solidaridad con los trabajadores de ese turno, y además en
rechazo a la reacción de la empresa. Esta situación se prolongará hasta que
se discuta el tema, y si ello no sucede seguramente se tomarán otras medidas
suplementarias.
A esto se
agrega una cierta incertidumbre ante el cambio en la gerencia general que se
concretará la próxima semana, ya que el gerente general actual, Andrés
Coleman, pasará a desempeñarse en Venezuela siendo sustituido por el ex
gerente general de Paraguay Refrescos, Jorge Chazarreta. Esta situación está
siendo observada con inquietud por los trabajadores y viene siendo analizada
por el sindicato. Esto viene unido a otros temas no menores, porque como lo
que establece una cláusula del convenio colectivo de
Coca Cola entre septiembre y
octubre se debe discutir ciertas adecuaciones en el aguinaldo y sobre un
bono que el año pasado se pagó pero que este año, dadas las circunstancias,
todavía no hemos tenido siquiera oportunidad de discutir.
Entrevista de Carlos Amorín
© Rel-UITA
26 de octubre
de 2005