-¿Por qué se llegó a la huelga general de los trabajadores
citrícolas de Salto?
-Llegamos a esta
medida de fuerza tras 48 horas de negociación con el
Ministerio de Trabajo, la empresa CORALER SA (léase Caputto
Hermanos o Citrícola Salteña) y las contratistas que
trabajan para esta sociedad anónima. Previamente no habíamos
alcanzado un acuerdo sobre la fijación de una pauta salarial
por la negativa de los contratistas a aceptar delegados
sindicales en las cuadrillas en los montes de naranjas y
algunos descuentos que se aplicaban a los obreros, por
ejemplo el transporte. Luego de buscar varios caminos de
entendimiento y haber lanzado varias propuestas no quedó
otra opción que la huelga. La medida fue decidida por los
trabajadores en asamblea en la noche del martes 22 donde
definimos un paro por 24 horas que se prolongó hasta las 72
horas. Solicitábamos la reinstalación
de la mesa de negociación que se había levantado ese martes
para tratar los puntos antes mencionados.
-¿Cómo se dio
la intervención del nuevo Ministerio de Trabajo y qué papel
jugó en este conflicto?
-La UNATRA mantuvo una entrevista con el director Nacional
de Trabajo, Julio Baraibar, a quien le trasmitimos la
situación conflictiva que se estaba dando con los
trabajadores rurales y la necesidad de aumentarles el
sueldo. Cuando solicitamos su mediación, el ministerio, a
través de la Dirección Nacional del Trabajo (DINATRA),
convocó en 48 horas a la patronal para
instalar el lunes 21 de marzo una mesa de negociación y
envió un representante al departamento de Salto. El
ministerio llevó la propuesta de fijar un mínimo salarial.
En la reunión del día 22, en la que nosotros planteamos
nuestros reclamos y las empresas sus reparos, la UNATRA
señaló que los trabajadores aspiraban a más. No nos pusimos
de acuerdo y no nos quedó otra alternativa que tomar una
medida de fuerza para reinstalar las negociaciones, que este
lunes 28 a la noche llegaron a feliz término entre los
trabajadores y la patronal. Queremos dejar constancia que
sin la participación del Ministerio de Trabajo no hubiéramos
retomado la negociación.
-¿Cuáles son
los puntos principales del acuerdo?
-En primer
término nos permitió fijar un jornal. Desde ahora, cuando el
trabajador ingrese a la quinta, sabrá que se le asegura un
jornal de 120 pesos uruguayos (aproximadamente 5 dólares
americanos) cosechando 19 cajones o menos; a partir del
cajón número 20 se le pagará en forma extra 5,3 pesos por
cajón producido (aproximadamente 20 centavos de dólar). Eso
va a significar un incremento en la remuneración de muchos
trabajadores y dará certezas a los nuevos arrancadores de
naranjas que comienzan recién a cosechar y a menudo no
sabían con qué jornal se encontrarían. Lo mismo sucede con
esos viejos trabajadores que hacen 20 o 25 zafras de una
actividad pesada, de gran desgaste físico, que tampoco
sabían con cuánto dinero se iban a recibir tras andar
corriendo dentro de los montes por más de 8 horas al día.
Esto contempla de alguna manera ese sentido humano de
asegurar un jornal igualitario, un promedio, a todos los
trabajadores, independientemente de la cantidad de cajones
que produzcan. Y por encima de ese promedio un plus, con el
que se quedaban antes los contratistas.
Otra de las
reivindicaciones alcanzadas es que no se descontará el
transporte para ir a trabajar (15 pesos diarios) del
salario, que era una actitud ilegal. Otra reivindicación que
no hace al bolsillo pero sí a la dignidad de los
trabajadores y al respeto de la Constitución Nacional, es el
reconocimiento a la existencia de una organización sindical
que nuclea a todos los trabajadores de la naranja de Salto.
Se nos reconoció un delegado sindical por cada cuadrilla.
Esto constituyó una gran victoria, luego de 7 años en que se
ha manoseado a los trabajadores, se les ha rebajado el
salario y no se les permitía organizarse sindicalmente.
-¿Cuántas
cuadrillas participan de la tarea y cuántos trabajadores
integran cada una?
-Hay unas 40 cuadrillas, con 30 o 32 compañeros cada una.
-La fortaleza
y la unidad del gremio quedó plasmada en la decisión unánime
de ir a la huelga.
-Sí, más de mil trabajadores paralizaron totalmente sus
actividades, demostrando su respaldo al sindicato de SUDORA,
a su dirección, a sus delegados en defensa de la dignidad
del respeto de sus derechos.
-¿Cuántos
trabajadores citrícolas tiene el departamento?
-Son más de 5.000, agrupados en diferentes empresas y en
diferentes galpones. SUDORA tiene ya unos 2.000 afiliados, y
a partir de este importantísimo acuerdo es probable que el
nivel de afiliación crezca.
-En los próximos días se instalará, por primera vez para los
trabajadores rurales en la historia del Uruguay, una
negociación tripartita en el marco de los Consejos de
Salarios. Allí estarán representados el Estado, los
empresarios y los sindicatos nucleados en UNATRA. ¿Qué
opinión te merece este hecho?
-Es una conquista esencial. Históricamente los trabajadores
rurales hemos realizado marchas, paros y huelgas, con el fin
de establecer una mesa de negociación y un ámbito tripartito
en donde hablar de igual a igual con las patronales, con el
propio gobierno. Hoy lo logramos, en el nuevo escenario
político reinante en el país, no sólo para discutir sobre
política salarial sino para abordar otros temas que figuran
en la plataforma reivindicativa de los asalariados rurales,
como son las condiciones de trabajo. Estamos hablando de un
sector de la población uruguaya cercano a las 140 mil
personas, entre los que cotizan a la seguridad social y
quienes laboran “en negro”. Los trabajadores rurales han
sido discriminados desde siempre. Nunca se los ha
consultado, ni siquiera cuando en 1943 se elaboró un
estatuto especial para ellos. Para cobrar el seguro de
desempleo, por ejemplo, a los trabajadores de industria y
comercio se les exige 150 jornales, pero a los asalariados
rurales el gobierno anterior había decretado que se les
exigiera 250 jornales. La formación de los consejos de
salarios es muy importante para comenzar a devolver lo que
les han venido quitando hace muchas décadas.
- ¿Cuál es tu reflexión final en cuanto a la dilucidación de
este conflicto citrícola en Salto?
-Fue una demostración de la fuerza que tienen los
trabajadores cuando deciden organizarse, unirse,
movilizarse. Nosotros decidimos no mirar para otro lado, no
lavarnos las manos, sino más bien poner todo lo que tenemos
para organizar a los asalariados rurales del Uruguay
y GANAMOS !!
Rubén Yizmeyián
© Rel-UITA
31 de marzo de 2005