Uruguay

Con Felipe Carballo

Una victoria ejemplar

de los trabajadores citrícolas

 

Tras la coronación como campeón de la Liga Nacional de Básquetbol –segundo deporte del país– con el patrocinio de Caputto Hermanos, empresa líder en citricultura, hoy Salto, departamento del litoral norte uruguayo identificado con la producción de naranja, festeja el triunfo de miles de trabajadores del sector tras un conflicto ante esa misma empresa y sus filiales contratistas. Carballo, representante del Sindicato Único de Obreros Rurales y Agroindustriales (SUDORA) y directivo de la Unión Nacional de Asalariados, Trabajadores Rurales y Afines (UNATRA) , detalla los alcances de esta importante conquista

  

 

-¿Por qué se llegó a la huelga general de los trabajadores citrícolas de Salto?

-Llegamos a esta medida de fuerza tras 48 horas de negociación con el Ministerio de Trabajo, la empresa CORALER SA (léase Caputto Hermanos o Citrícola Salteña) y las contratistas que trabajan para esta sociedad anónima. Previamente no habíamos alcanzado un acuerdo sobre la fijación de una pauta salarial por la negativa de los contratistas a aceptar delegados sindicales en las cuadrillas en los montes de naranjas y algunos descuentos que se aplicaban a los obreros, por ejemplo el transporte. Luego de buscar varios caminos de entendimiento y haber lanzado varias propuestas no quedó otra opción que la huelga. La medida fue decidida por los trabajadores en asamblea en la noche del martes 22 donde definimos un paro por 24 horas que se prolongó hasta las 72 horas. Solicitábamos la reinstalación de la mesa de negociación que se había levantado ese martes para tratar los puntos antes mencionados.

 

-¿Cómo se dio la intervención del nuevo Ministerio de Trabajo y qué papel jugó en este conflicto?

-La UNATRA mantuvo una entrevista con el director Nacional de Trabajo, Julio Baraibar, a quien le trasmitimos la situación conflictiva que se estaba dando con los trabajadores rurales y la necesidad de aumentarles el sueldo. Cuando solicitamos su mediación, el ministerio, a través de la Dirección Nacional del Trabajo (DINATRA), convocó en 48 horas a la patronal para

instalar el lunes 21 de marzo una mesa de negociación y envió un representante al departamento de Salto. El ministerio llevó la propuesta de fijar un mínimo salarial. En la reunión del día 22, en la que nosotros planteamos nuestros reclamos y las empresas sus reparos, la UNATRA señaló que los trabajadores aspiraban a más. No nos pusimos de acuerdo y no nos quedó otra alternativa que tomar una medida de fuerza para reinstalar las negociaciones, que este lunes 28 a la noche llegaron a feliz término entre los trabajadores y la patronal. Queremos dejar constancia que sin la participación del Ministerio de Trabajo no hubiéramos retomado la negociación.

 

-¿Cuáles son los puntos principales del acuerdo?

-En primer término nos permitió fijar un jornal. Desde ahora, cuando el trabajador ingrese a la quinta, sabrá que se le asegura un jornal de 120 pesos uruguayos (aproximadamente 5 dólares americanos) cosechando 19 cajones o menos; a partir del cajón número 20 se le pagará en forma extra 5,3 pesos por cajón producido (aproximadamente 20 centavos de dólar). Eso va a significar un incremento en la remuneración de muchos trabajadores y dará certezas a los nuevos arrancadores de naranjas que comienzan recién a cosechar y a menudo no sabían con qué jornal se encontrarían. Lo mismo sucede con esos viejos trabajadores que hacen 20 o 25 zafras de una actividad pesada, de gran desgaste físico, que tampoco sabían con cuánto dinero se iban a recibir tras andar corriendo dentro de los montes por más de 8 horas al día. Esto contempla de alguna manera ese sentido humano de asegurar un jornal igualitario, un promedio, a todos los trabajadores, independientemente de la cantidad de cajones que produzcan. Y por encima de ese promedio un plus, con el que se quedaban antes los contratistas.

Otra de las reivindicaciones alcanzadas es que no se descontará el transporte para ir a trabajar (15 pesos diarios) del salario, que era una actitud ilegal. Otra reivindicación que no hace al bolsillo pero sí a la dignidad de los trabajadores y al respeto de la Constitución Nacional, es el reconocimiento a la existencia de una organización sindical que nuclea a todos los trabajadores de la naranja de Salto. Se nos reconoció un delegado sindical por cada cuadrilla. Esto constituyó una gran victoria, luego de 7 años en que se ha manoseado a los trabajadores, se les ha rebajado el salario y no se les permitía organizarse sindicalmente.

 

-¿Cuántas cuadrillas participan de la tarea y cuántos trabajadores integran cada una?

-Hay unas 40 cuadrillas, con 30 o 32 compañeros cada una.

 

-La fortaleza y la unidad del gremio quedó plasmada en la decisión unánime de ir a la huelga.

-Sí, más de mil trabajadores paralizaron totalmente sus actividades, demostrando su respaldo al sindicato de SUDORA, a su dirección, a sus delegados en defensa de la dignidad del respeto de sus derechos.

 

-¿Cuántos trabajadores citrícolas tiene el departamento?

-Son más de 5.000, agrupados en diferentes empresas y en diferentes galpones. SUDORA tiene ya unos 2.000 afiliados, y a partir de este importantísimo acuerdo es probable que el nivel de afiliación crezca.

 

-En los próximos días se instalará, por primera vez para los trabajadores rurales en la historia del Uruguay, una negociación tripartita en el marco de los Consejos de Salarios. Allí estarán representados el Estado, los empresarios y los sindicatos nucleados en UNATRA. ¿Qué opinión te merece este hecho?

-Es una conquista esencial. Históricamente los trabajadores rurales hemos realizado marchas, paros y huelgas, con el fin de establecer una mesa de negociación y un ámbito tripartito en donde hablar de igual a igual con las patronales, con el propio gobierno. Hoy lo logramos, en el nuevo escenario político reinante en el país, no sólo para discutir sobre política salarial sino para abordar otros temas que figuran en la plataforma reivindicativa de los asalariados rurales, como son las condiciones de trabajo. Estamos hablando de un sector de la población uruguaya cercano a las 140 mil personas, entre los que cotizan a la seguridad social y quienes laboran “en negro”. Los trabajadores rurales han sido discriminados desde siempre. Nunca se los ha consultado, ni siquiera cuando en 1943 se elaboró un estatuto especial para ellos. Para cobrar el seguro de desempleo, por ejemplo, a los trabajadores de industria y comercio se les exige 150 jornales, pero a los asalariados rurales el gobierno anterior había decretado que se les exigiera 250 jornales. La formación de los consejos de salarios es muy importante para comenzar a devolver lo que les han venido quitando hace muchas décadas.

 

- ¿Cuál es tu reflexión final en cuanto a la dilucidación de este conflicto citrícola en Salto?

-Fue una demostración de la fuerza que tienen los trabajadores cuando deciden organizarse, unirse, movilizarse. Nosotros decidimos no mirar para otro lado, no lavarnos las manos, sino más bien poner todo lo que tenemos para organizar a los asalariados rurales del Uruguay

y GANAMOS !!

 

  

 

Rubén Yizmeyián

© Rel-UITA

31 de marzo de 2005

 

 

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