España

Con Ignacio Fernández Toxo
Secretario general de CCOO
Los viejos modos de producción
deben cambiar

 

Elegido secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en el 9° Congreso de la Confederación (diciembre de 2008), Toxo se destaca por su sencillez, su gesto lacónico y su análisis punzante y meditado. Lo entrevistamos en el marco del 4° Congreso de la FECOHT, que sesionó hace escasos días en Baracaldo.

 

 

-¿Esta nueva crisis del capitalismo encuentra al movimiento obrero también en crisis?

-Hay un debilitamiento del pensamiento de la izquierda a nivel general. Esto ha influido y está influyendo en el movimiento sindical. La crisis nos ha pillado a mitad de camino en la construcción de una organización internacional sólida, luego de la fusión de las dos grandes confederaciones interna-cionales. Pero también con cierto reflujo del internacionalismo obrero a nivel planetario.

 

Mientras la globalización prácticamente ha eliminado las fronteras en el plano de las relaciones comerciales, sobretodo en lo que se refiere a las actividades financieras transnacionales, la dinámica de las grandes corporaciones va marcando el rumbo de los cambios políticos y sociales en cada uno de los países. Sin embargo, vemos un cierto repliegue internacionalista de las organizaciones sindicales, que nos hemos retraído a las acciones en nuestros propios países.

 

Afortunadamente, creo que estamos en condiciones de dar respuestas más cohesionadas, más coherentes con las necesidades que se derivan de un mundo globalizado y atendiendo a la defensa de los intereses de los trabajadores. Pero lo cierto es que esto nos ha pillado a contrapié.

 

-¿En qué se debe cambiar?

-Creo que hay una dinámica de trabajo que puede inducir la propia Confederación Sindical Internacional (CSI), que partiendo de una reflexión sobre el momento del desarrollo de las fuerzas productivas y el papel de las organizaciones de los trabajadores en un contexto tan complejo como el actual, generen más capacidad de sinergia entre las diversas organizaciones.

 

Por su parte, las federaciones sindicales sectoriales internacionales tienen un gran papel a cumplir, de coordinación, de cooperación, de elaboración de alternativas de carácter global. Tal vez comenzando por lo que pueda considerarse pequeños pasos. Aprovechar su presencia en las corporaciones transnacionales en los países de origen para, desde ahí, proyectar iniciativas que al calor de la proliferación de inversiones en otros lugares -no solo en países sino también de un continente a otro- permitan una nueva relación alrededor de elementos como la responsabilidad social corporativa, entre otros, y un papel renovado del movimiento sindical. La incipiente experiencia, todavía muy poco desarrollada, de los Comité Mundiales -en Europa más consolidada alrededor de los Comité de Empresa Europeos- son formas de organización de los trabajadores que en este momento deberían tomar una dinámica mayor, y sobre los que se debe invertir una buena parte de los recursos del movimiento sindical.

 

-Se destaca en vuestro discurso el abordaje al modelo de producción y su vinculación con los aspectos ambientales. ¿No crees que éste es un punto del cual el movimiento obrero se ocupa poco?

-Poco, a veces nada. Muy a contracorriente y no muy convencidos, vamos asumiendo los problemas que se derivan del cambio climático, de los retos y desafíos que se sitúan a partir de las rondas de conversaciones que dieron lugar a los Acuerdos de Kioto. A través de la Confederación Sindical Internacional (CSI), afortunadamente, hemos puesto en marcha un instrumento que es la Fundación Sustanlabor, que puede jugar un papel importante y resituar la función del movimiento sindical en el tema ambiental.

 

Lo que está claro es que también hemos sido pasto del discurso dominante, del productivismo por encima de otro tipo de consideraciones en una suerte de recorporativización de la acción del sindicato, muy superestructural en las relaciones transnacionales y muy corporativa en el ámbito de la empresa. Muy pegado, también, hay que decirlo, al interés del grupo donde trabajan nuestras organizaciones. Afortunadamente, esto está empezando a cambiar y, además, es una pura necesidad, no sólo por lo que supone en términos globales la necesidad de introducir un cambio en el modo de producción, priorizando elementos medioambientales, sino también porque en ello nos va la propia salud de los trabajadores.

 

-Porque esta crisis financiera impacta a millones de trabajadores, pero el devenir de una crisis ambiental…

-…nos lleva prácticamente a todos por delante. Debemos ser muy conscientes de ello, porque los viejos modos de producción que nos han traído hasta aquí en una carrera desarrollista deben ser sustituidos por otros sustentables en el plano ambiental. En un planeta con más de 6 mil millones de personas, con la mayoría de los países esperando niveles de desarrollo equiparables a los que permiten las condiciones de vida del primer mundo, no es posible sostener esos modos de producción que conocemos.

 

-Hay que cambiar…

-Sí, y además sabemos también que los combustibles fósiles son finitos, tienen un horizonte finito; más tarde o más temprano, aunque solo sea por eso, deberán ser sustituidos por otras fuentes de generación primaria de energía. Y esto está llamado a revolucionar el mundo de las relaciones industriales.

 

-Empleo verde…

-En las iniciativas que estamos intentando poner ahora en las mesas de negociación entre las organizaciones empresariales y el gobierno en nuestro país y en Europa, estamos haciendo una apuesta por el desarrollo de las energías renovables. En un modelo de cara a un desarrollo con sustentabilidad los empleos deben ser verdes, en el marco de una transformación hacia fuentes energéticas más limpias, más compatibles con el ambiente. Esto está muy lejos de suponer un retroceso: en la energía eólica estamos encontrando un nicho de empleo que en nuestro país ya toma una presencia creciente en la economía.

 

-Volviendo a la crisis, ¿el bombardeo mediático que se padece en España sobre la crisis, no es funcional a grupos conservadores en lo político y empresarial?

-La crisis es omnipresente como bien tú lo dices. Pero ha habido un tiempo en el cual la crisis ya estaba presente entre nosotros y los actores políticos fundamentales -particularmente el gobierno de la nación frene al criterio de CCOO, entre otros- se negaban a reconocer la situación. Esto ha llevado a retrasar la adopción de medidas que pudieran haber servido para anticipar algunas soluciones a esos problemas, sobre todo a los efectos sobre las personas. Ahora hemos llegado a un punto donde el crecimiento del desempleo es fortísimo. España ya no absorbe el crecimiento de la población activa, aunque ya ha dejado de llegar una gran cantidad de trabajadores inmigrantes, y además destruye empleos como en el sector de la construcción, que fue el primero que lo inició, y también en la industria. Así ya hemos pasado los 3.500.000 parados.

 

Toda esta situación es funcional para que ahora se hable con insistencia desde los lobbies empresariales sobre la necesidad de introducir una reforma laboral y el recorte de los derechos laborales y prestaciones sociales, lo cual desde CCOO no vamos a permitir.

 

-Estás en el mejor lugar y en el peor momento ¿lo sientes así?

-No, no, en absoluto. Antes de salir elegido como secretario general de las CCOO tenía la responsabilidad de la conducción del diálogo social en España por nuestra Confederación, y ya estaba en el ojo del huracán. Cierto que ahora tengo más responsabilidad. Espero que esta situación sea transitoria y, entre otras cosas, es también una fase apasionante. He vivido desde la Federación del Metal de CCOO situaciones tan o más complejas que ésta, en plena crisis industrial vinculada a la entrada de España en la Comunidad Europea, con todo el desmantelamiento de las siderurgias, de la construcción naval y otras que me tocó negociar. Lo pasé peor en aquel momento que ahora… espero.

 

Intervención de Ignacio Fernández Toxo en el 4° Congreso de la FECOHT

 

En Bilbao, Gerardo Iglesias

Rel-UITA

8 de abril de 2009

 

 

 

Foto: Gerardo Iglesias

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