Perú

Con Luis Ulloa Campos, secretario general del SUPNEP

El mar más rico de mundo

El Sindicato Único de Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú (SUPNEP) es una de las organizaciones sociales más consolidadas de Perú. Actualmente enfrenta dos situaciones bien distintas pero igualmente básicas para sus afiliados: las consecuencias de la malversación de sus fondos previsionales, y la firma de un tratado internacional que reduce la soberanía marítima del país de 200

a 12 millas. “Es como si achicaran el país a la mitad”,

dice Ulloa en entrevista con Rel-UITA.

 

-¿Cómo se conformó la Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador?

-Se fundó en 1965 como una iniciativa privada, gestionada de manera conjunta por los armadores pesqueros y los pescadores. Al principio, mientras los afiliados éramos todos jóvenes, la Caja recaudó con eficiencia, pero la administración fue muy corrupta, y en lugar de invertir el dinero para asegurar las pensiones de los futuros jubilados se terminó acabando con los fondos. Hoy existe un pasivo de aproximadamente 220 millones de dólares. El Congreso analizó el tema de nuestra Caja previsional, pero al tratarse de una entidad privada no puede intervenir.

 

-¿Quién la gestiona actualmente?

-Cuando se declaró la quiebra el Estado designó un interventor, y se integró una comisión con representantes de los pescadores jubilados y de los activos, y de los armadores pesqueros. Hasta ahora, sin embargo, esto no ha realmente funcionado. Nuestra propuesta consiste en que seamos tomados a cargo por la estatal Oficina de Normalización Previsional (ONP), y que a cambio esta reciba una compensación ya que el Estado le debe a nuestra Caja más de 30 millones de dólares, los armadores le deben casi 60 millones de dólares, y existe una deuda histórica del Estado con los armadores estimada en unos 180 millones de dólares. Si estas deudas fuesen canceladas y el dinero canalizado hacia la ONP, pensamos que los desequilibrios quedarían compensados.

 

-¿Quién les está pagando actualmente a los pescadores jubilados?

-Según la ley de nuestro país, un jubilado de nuestro gremio no debe ganar menos de 400 dólares mensuales, pero la Caja les está pagando 90 o 100 dólares, según el dinero que hay cada mes. Pero se sigue usando el dinero que están aportando los trabajadores actuales, ¿y qué pasará cuando estos se quieran jubilar? Nosotros seguiremos llevando nuestra propuesta porque estamos convencidos de que es la única viable en las actuales condiciones.

 

-¿Cuál es la situación con respecto al Acta de la Convención del Mar?

-Es un tratado internacional que involucra a 150 países y cuya aprobación nos afectaría muy seriamente, porque nuestra Constitución declara que mar territorial peruano se extiende hasta 200 millas de la costa, pero la Convención del Mar achica esa soberanía marítima a 12 millas. Es curioso que Estados Unidos sea uno de los países que más presiona para que se firme la Convención, pero él mismo no es firmante. Existe una amplia coordinación social que se opone a esta Convención, mientras que varios integrantes del gobierno, y personas muy identificadas con los intereses de Estados Unidos como Javier Pérez de Cuellar, están presionando para que el tratado quede aprobado antes de fin de año. Nosotros decimos que si se trata de un cambio constitucional, se debe llamar a un referéndum para que sea el pueblo quien decida y no un puñadito de funcionarios.

 

-¿Cuáles serían las consecuencias de la aprobación esta Convención?

-Para los pescadores sería la muerte laboral, porque antes se hacía pesca de costa, pero ahora y desde hace ya unos años Perú tiene una flota importante, y en crecimiento, de grandes naves que pescan en las 200 millas. Nuestro mar es el más rico del mundo, y para nosotros es toda nuestra vida. Pero además, no sólo perderemos riqueza ictícola, sino también grandes yacimientos subacuáticos de petróleo, de gas y de minerales que ya se conocen, pero que no tenemos por ahora capacidad técnica y de financiación para explotarlos. Quiere decir que no sólo perderemos los pescadores, sino que perderá todo el pueblo. La amenaza que esgrimen quienes presionan para la firma dela Convención es que si no nos plegamos Perú quedará fuera del circuito de los créditos internacionales y que nadie comprará los productos peruanos. Nosotros sabemos que no es cierto. También dicen que al firmar la Convención automáticamente quedará solucionado el diferendo fronterizo que existe desde hace muchos años entre Chile y Perú, pero sabemos que esto tampoco es verdad. Trabajaremos firmemente para consolidar y ampliar la coordinación popular de la oposición a este tratado.

 

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

15 de julio de 2005

  

  

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