En Los Álamos no hay Sindicato que valga. Es una de las más
de diez fincas bananeras que posee el multimillonario
empresario y político Álvaro Noboa, quien controla un
imperio* levantado y alimentado con la sangre y el sudor de
su propio pueblo. Ángel Rivero es presidente de la
Federación Nacional de Trabajadores Agroindustriales,
Campesinos e Indígenas Libres del Ecuador (FENACLE), y
dialogó con Sirel sobre la actual persecución sindical en
Los Álamos.
-¿Cuáles son los antecedentes de esta situación?
-En mayo de este año 700 trabajadores y trabajadoras de la
finca Los Álamos eligieron una Directiva sindical
provisional como lo manda la ley laboral, pero todos sus
integrantes fueron despedidos inmediatamente. Al mismo
tiempo se había designado a los miembros de la Comisión
Especial que es la que se encarga de negociar los Pliegos de
Peticiones, y también fueron todos despedidos.
Poco después se obtuvo la autorización judicial para
funcionar como Sindicato y se volvió a nombrar una Directiva
que debía permanecer durante dos años, pero la empresa
comenzó a llevar a los dirigentes uno por uno a su sede en
Guayaquil, donde los presionaba para que renunciaran a sus
cargos.
|
|
|
En mayo de este año los trabajadores de Los
Álamos eligieron una Directiva sindical
provisional, pero todos sus integrantes fueron
despedidos inmediatamente |
|
|
-¿En qué consistía esa presión?
-En una amenaza de despido, pero si renunciaban, el
administrador les ofrecía un papel firmado asegurándoles
estabilidad laboral. Obviamente fue un engaño, ya que pueden
despedirlos cuando ellos quieran. Solo dos rechazaron las
presiones y se negaron a renunciar.
En vista de esto, los trabajadores y trabajadoras convocaron
a una Asamblea General Extraordinaria en la cual nombraron
otra vez una Directiva a la que se integraron los dos
compañeros que no habían renunciado.
Pero el pasado 7 de diciembre la empresa despidió al
compañero Lester Freire, que había sido elegido
secretario general del Sindicato, e inmediatamente lo
expulsaron de la vivienda que ocupaba dentro de la hacienda
junto a su familia. Pusieron un camión en su puerta y tuvo
que cargar sus cosas e irse.
-¿Cuál es el argumento de la empresa para estos despidos?
-Dicen que es por reducción de personal, pero no es cierto.
Ahora mismo están diciendo que habrá una nueva tanda de
despidos, y todos sabemos que se trata de una persecución
sindical contra la nueva Directiva.
-¿Esto ocurre habitualmente en esta empresa?
-Ya es tradicional en Los Álamos, apenas se comienza
a organizar un Sindicato empiezan los despidos.
-¿Cómo es la finca?
-Son más de 3.200 hectáreas cultivadas con banano por unos
1.200 trabajadores y trabajadoras, y se ubica al sur del
Ecuador. Esto es propiedad de Álvaro Noboa,
empresario y político, quien gusta ser citado como el hombre
más rico del país y una de las mayores fortunas de
América Latina.
|
|
|
En Ecuador el término sindicato está satanizado,
y de diálogo social los empresarios no quieren
saber absolutamente nada |
|
|
-¿Esto fue denunciado en el Ministerio de Relaciones
Laborales?
-Sí, lo hemos denunciado ahora y antes en reiteradas
oportunidades, pero los inspectores y otros mandos medios de
ese organismo son presa fácil de la presión de la compañía.
La prueba es que aún no logramos inscribir al Sindicato en
el Ministerio, a pesar de los numerosos expedientes que
hemos presentado.
En Ecuador esta persecución es lo habitual, tanto en
el ámbito rural como urbano. El término sindicato está
satanizado, y de diálogo social los empresarios no quieren
saber absolutamente nada. Hasta el punto de que existen
listas negras en las cuales figuran los nombres de quienes
han intentado formar sindicatos. Estos trabajadores tienen
muchas dificultades para conseguir empleo en otras
empresas porque esta lista circula entre las compañías.
-¿Cuánto gana en promedio un trabajador en Los Álamos?
-Normalmente gana el salario mínimo que son 264 dólares
mensuales por diez o doce horas de trabajo diarias.
-¿Con qué marca y adónde exporta Noboa el banano que se
produce en Los Álamos?
-La marca es Bonita, y exporta a Estados Unidos
y Europa mediante su propia exportadora. Últimamente
están utilizando un sello que dice Banacol y que lo
colocan ocultando el de Bonita.
-¿Cómo piensan continuar ante esta situación?
-Desgraciadamente la ley que tenemos vigente no protege al
trabajador ni al dirigente sindical. El empresario puede
despedir a cualquiera con una indemnización equivalente a un
mes de salario por cada año trabajado. Es una cantidad
irrisoria para estas compañías. Hemos presentado denuncias
en el Ministerio, y aunque no tenemos muchas esperanzas
vamos a aguardar unos días a ver si toma alguna acción que
contenga a la bananera.
Pero la única posibilidad real de resistencia que tenemos
por ahora son nuestros aliados internacionales, es la
presión que se pueda ejercer desde afuera hacia adentro,
mediante la solidaridad internacional.
En el país está en proceso una reforma del Código Laboral,
donde estamos tratando de incidir para que exista una mayor
protección a la actividad sindical y a los derechos
laborales en general, pero hasta llegar allí aún nos falta
bastante.
|