El
impulso que el Congreso de Honduras está dando a un supuesto “Plan Solidario de
Empleo Anticrisis”, ha desatado la fuerte protesta de los sectores sociales,
populares y sindicales aglutinados en la Resistencia. Una nueva ofensiva del
gran capital nacional e internacional, en medio de una creciente militarización
de la región, apunta a desestabilizar y desarticular al movimiento social y
criminalizar la protesta.
Para analizar ese contexto,
Sirel conversó con José Luis Baquedano, secretario general adjunto de
la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH).
-¿Cuáles son los contenidos del
Plan de Empleo Anticrisis que promueve el Congreso Nacional?
-Es un proyecto político que
pretende impulsar una mayor flexibilización y precarización laboral, a través de
contratos de trabajo por hora y de media jornada.
Una propuesta que de ninguna
manera va a resolver el grave problema del empleo, ni mucho menos el del valor
del salario versus el costo real de la canasta básica.
Son trabajos transitorios, sin
beneficios sociales. Una total explotación de la mano de obra, que de hecho va a
modificar de forma ilegal el Código del Trabajo y la relación obrero-patronal.
La empresa privada ha hecho un
negocio con el desempleo. Los niveles son tan elevados que los trabajadores se
someten a cualquier vejamen y propuesta que le haga el patrón.
-¿De qué manera ese Plan va a
afectar a los trabajadores y trabajadoras?
-Trabajando por horas y
totalmente precarizados, no van a poder organizarse sindicalmente, no van a
tener acceso a ninguna prestación laboral. Van a ser explotados y con salarios
de hambre. Las mismas organizaciones sindicales van a salir gravemente
afectadas. Eso es parte del plan desestabilizador.
El gran capital nacional e
internacional, en contubernio con los políticos, están tratando de sentar un
precedente muy peligroso, no solamente en Honduras, sino en toda la región.
-¿De qué manera se está
violentando el Código del Trabajo?
-La legislación laboral es
categórica al indicar que sólo existen tres tipos de jornada laboral: ocho horas
en la jornada matutina, siete en la vespertina y seis en la nocturna. Asimismo,
define los contratos de trabajo en permanente, temporal y a destajo.
En ningún momento habla de
contratos por hora o de trabajo de media jornada. Además, se están violentando
los Convenios 98 y 87 de la OIT.
-¿Estas medidas son algo
coyuntural o forman parte de una estrategia más amplia?
-Se trata de un plan
estratégico bien definido. Quieren flexibilizar la norma laboral de hecho, ya
que nunca hemos permitido una reforma al Código del Trabajo.
Se quiere favorecer a la
empresa privada y usar estas medidas a nivel político. La crisis no es culpa de
los trabajadores. Los sectores golpistas hicieron desmanes con los fondos
públicos, y ahora pretenden paliar la situación a costa del sudor del pueblo.
-¿Qué medidas van a tomar?
-Ya sacamos un comunicado
rechazando esta medida. Además, pedimos una reunión con el Presidente del
Congreso y con el Presidente de la República.
Les vamos a plantear que se
respete el Convenio que firmamos con los diputados, en el que acordamos que
ningún proyecto de ley que afecte a los trabajadores y trabajadoras puede ser
discutido y aprobado sin haberlo previamente consensuado con las Confederaciones
sindicales.
Además, vamos a exigir que se
ponga en práctica el Plan Nacional de Generación de Empleo Digno. Ese Plan fue
consensuado de forma tripartita antes del golpe, en el seno del Consejo
Económico y Social, y cuenta con el apoyo de la OIT.
-¿Qué piden al movimiento
sindical internacional?
-Hacemos nuevamente un llamado
a que nos apoye en esta lucha. No es algo que ocurre solo en Honduras. En
Panamá están masacrando a los trabajadores, en Guatemala siguen asesinando al
pueblo organizado. Hay una creciente militarización en toda la región, con
nuevas bases y tropas estadounidenses.
Necesitamos del apoyo para
fortalecer al movimiento sindical centroamericano, ante esta estrategia para
desestabilizar al movimiento social y criminalizar la protesta.
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