Después de 60
horas de ocupación de la planta y de ejercer el control de
parte del proceso productivo, los trabajadores del Sindicato
de Obreros de Calnu (SOCA) consiguieron sus objetivos y,
sobre todo, eludieron con madurez las diversas trampas que
les tendieron en el camino.
-¿Cuál
fue el origen de este conflicto que motivó la ocupación de
la planta de Calnu?
Eduardo
Jardim (EJ)
-El
conflicto se originó porque la negociación colectiva se
trancó en dos puntos: la plantilla completa de los
trabajadores que habían participado de la zafra 2004, ya que
la empresa dejaba afuera a 30 compañeros que habían
ingresado a trabajar en la empresa en ese mismo año; y el
segundo punto era la reivindicación de los domingos
diferenciales que incluían un porcentaje extra aparte del
jornal, que los teníamos pero los perdimos en 2000. Veníamos
negociando eso en los Consejos de Salarios hasta la última
reunión del viernes 19 de agosto, cuando se trancó.
Ese mismo viernes nos declaramos en conflicto por el poco
avance obtenido, la zafra había comenzado el 15 de agosto
con total desprolijidad de la empresa que por primera vez
nos citaba personalmente, sin organigrama y en forma
telefónica. Inmediatamente se armó en Bella Unión una
comisión mediadora para tratar de resolver el diferendo
entre SOCA y Calnu, en la que participaron un edil de la
Junta Local Autónoma y Electiva de Bella Unión, el cura
párroco local, un compañero de UTAA y un productor
integrante de la directiva de la Asociación de Plantadores
de Caña.
Durante los tres días siguientes mantuvimos 15 horas de
reuniones en las que no se lograron avances y comenzamos las
medidas de lucha con una hora de paro por turno durante tres
días. Como en ese lapso no logramos un diálogo para seguir
negociando, aumentamos las medidas de paro a dos horas por
turno y por día, y ahí la empresa trató de abortar la zafra
poniendo un aviso público de que cesaban algunas secciones
de la fábrica, lo que nos daba la pauta de que se iba a
parar la zafra. Fue cuando entonces el sindicato decidió la
ocupación de la planta industrial. Habíamos dicho que no
permitiríamos que quedaran afuera compañeros que ya estaban
trabajando ni que se cortara la zafra.
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Uruguay 8-09-2005
Conflicto
SOCA – CALNU
La
Asociación de Plantadores de Caña de Azúcar
valora intervención de la UITA
|
-¿Qué
pasó en esa asamblea?
Junior
Belén (JB)
-La asamblea fue el viernes 26 y por unanimidad se decidió
la ocupación de la planta. Éramos aproximadamente 400
compañeros, el 95 por ciento de la plantilla total de
trabajadores de Calnu, salvo el personal jerárquico que
responde a la empresa y que no es afiliado al sindicato.
-¿Cuántas horas de ocupación fueron y que ocurrió durante la
misma?
(EJ)
-Fueron 60 horas de ocupación en las que hacíamos turnos de
ocho horas. Lo interesante y lo importante para nosotros fue
la responsabilidad manifestada por todos los trabajadores;
queríamos evitar por todos los medios que se generaran
pérdidas económicas. En cuatro o en cinco horas debíamos
tomar rápidas decisiones para que el azúcar que estaba en la
sección de cocción con mieles no se perdiera y junto con
ella algunos equipos que la contenían. Intentamos negociar
con la empresa, primero haciéndole un planteo para que
colaborara supervisando algunas tareas de maniobra
relacionadas con la presencia del azúcar.
Los técnicos de la empresa se negaron, y entonces le hicimos
un planteo a la comisión mediadora de que necesitábamos
algunos elementos indispensables como el abastecimiento de
gasoil para las máquinas, la liberación de almacenes para
que ante la eventual rotura de algún equipo se pudiera ir a
buscar repuestos, ya que teníamos instrumentadas guardias
gremiales mecánicas y eléctricas. Pero la empresa se negó a
ese tipo de colaboración, y lo único que conseguimos fue que
nos dieran el gasoil y que, ante una eventual necesidad, se
nos suministrara algún repuesto. Lo que planteaba la empresa
era que las secciones en las que había material, mieles y
azúcar, quedaran bajo el mando y responsabilidad de la
empresa a pesar de la ocupación. Ante esto manifestamos que
la planta estaba tomada en su totalidad y que viendo la
negativa de colaboración los trabajadores optábamos por
hacer todo ese tipo de maniobras.
Con la colaboración impresionante de los compañeros tomamos
decisiones y logramos liquidar los tachos de cocimiento que
eran nuestra mayor preocupación, solucionar el tema de las
mieles, y en definitiva el balance es que no hubo pérdidas.
La ocupación fue acompañada por un escribano público tanto
cuando tomamos como cuando procedimos a la liberación de la
fábrica. No se constató ninguna pérdida, más allá de que
buscaron por todos los medios de encontrar cosas que
pudieran implicar nuestra responsabilidad. Se labraron actas
y eso marcó el grado de responsabilidad que tenemos los
trabajadores. Esto reafirma nuestros cuestionamientos a esa
enorme estructura jerárquica y burocrática que tiene la
empresa, sabemos que si se nos da la posibilidad los
trabajadores podemos perfectamente hacer funcionar la
fábrica.
-¿Cuándo
y por qué se levantó la ocupación?
(JB)
-En esas 60 horas de ocupación se mantuvieron arduas
negociación en las que intervino la comisión mediadora,
ampliada ahora con la participación del Ministerio de
Trabajo y la secretaría del PIT-CNT. Tratamos de llevar lo
mejor posible la ocupación y llegar a término negociando.
Así se llegó al domingo 28 donde logramos que la empresa se
comprometiera a dar ingreso a 12 de los 30 compañeros
desafectados en la planta industrial, y a pagarle el salario
y los beneficios a otros tres, afectados a tareas
comunitarias en la zona de influencia de la planta
industrial pero con los mismos derechos, salarios y
beneficios que los trabajadores que están dentro de la
planta.
Aseguramos el domingo diferencial a partir de la zafra 2006,
el 70 por ciento de lo que significa el jornal libre de
domingo, la empresa en principio trató de supeditar el
domingo diferencial al aumento en las ventas lo que le daría
una mayor ganancia; decían que si se llegaba a la venta de
3.300 toneladas mensuales –la actual es de 2.000 toneladas
mensuales– en el próximo año estarían en condiciones de
otorgarnos ese beneficio. Esas 3.300 toneladas significarían
el 70 por ciento del mercado nacional, y logramos conseguir
el 70 por ciento de los domingos a partir de la zafra 2006
sin ningún tipo de condiciones. Acá no entra ningún tipo de
recuperación de mercado ni ningún tipo de prerrogativas por
parte de la empresa. También logramos recuperar un beneficio
que perdimos en 2000: una sección importantísima de la
planta industrial como el salón de azúcar, de envasado,
descansaba los domingos, y ahora lo volverá a hacer a partir
de la zafra 2006. Para ese entonces, además, seguramente
estos 30 compañeros a los que se les complicó este año ya
habrán generado antigüedad y pasen a la plantilla zafral
teniendo así asegurado el trabajo en el próximo año.
-Con
estos dos puntos acordados se cierra la instancia de los
Consejos de Salarios, ¿cómo los evalúan, y cómo sale el SOCA
de este conflicto?
(EJ)
-Nosotros ya vamos por el segundo período en la conducción
del sindicato, y un objetivo que nos habíamos planteado este
año era recuperar en los Consejos de Salarios beneficios que
en algún momento habíamos perdido.
La evaluación que hacemos es que de poco sirvió, porque a
pesar de todo ese esfuerzo de los trabajadores la empresa
está hoy en serias y peores dificultades, manteniendo una
estructura jerárquica que permanentemente hemos criticado.
Por eso decimos que la empresa utilizó todo esto porque, a
nuestro entender, pretendía boicotear la propuesta de este
nuevo gobierno referida al Programa Sucroalcoholero, la
empresa quería que a través de este conflicto los
trabajadores también presionáramos al gobierno a los efectos
de conseguir el 70 por ciento del mercado. El gobierno está
haciendo los esfuerzos necesarios y eso ya de a poco se está
dando.
En el otro
aspecto salimos fortalecidos como sindicato porque no
dejamos a ningún compañero zafral sin un salario, y eso para
nosotros es importante. También rescato el grado de
responsabilidad que mencioné antes, ya que se produjo una
situación extremadamente delicada: inmediatamente que
ocupamos la fábrica, calle por medio, se instaló un
campamento de productores desde el cual estuvieron
continuamente provocando, tomando alcohol y provocando, y de
parte de los trabajadores jamás se respondió a esa
incitación a la violencia.
Estábamos a
15 kilómetros de Bella Unión y cualquier tipo de situación
irresponsable por parte de los productores podría haber
desencadenado algo realmente grave. Creo que los
trabajadores supimos en todo momento conservar la calma,
saber que era de enorme responsabilidad lo que estábamos
haciendo, todo el mundo colaboró, todo el mundo contribuyó y
bueno, toda esta situación de conflicto y una vez superada
nos da fuerza. La asamblea tenía que refrendar el acuerdo
que habíamos hecho los dirigentes, había casi 400 compañeros
y el apoyo fue unánime. La gente actuó con una madurez
excepcional.
Rubén
Yizmeyián
© Rel-UITA
8 de
setiembre de 2005
*
Vicepresidente y secretario del SOCA.