Durante 26 años fue la máxima dirigente de
la Federación de Trabajadores de la
Alimentación de UGT, ahora Agroalimentaria.
Compañera muy querida en América Latina, ha
sabido dejar una huella de amistad, cariño y
solidaridad sindical.
En cada actividad internacional de la
UITA, y a pesar de los esfuerzos,
todavía muchos espacios aparecen detentados
por hombres. España era la
diferencia. Dos mujeres, Cecilia Sanz,
de Comisiones Obreras (CCOO), y
Blanca Uruñuela, de la Unión General de
Trabajadores (UGT), eran las máximas
dirigentes de las Federaciones de nuestro
sector. Cecilia aún continúa como
secretaria general y Blanca ahora
ocupa otro lugar de labor en la Confederal
de la UGT. Luego de algunos años sin
vernos, fue un placer compartir un café y
esta entrevista con esta brava y simpática
compañera.
-Blanca: la gente te extraña ¿en qué andas?
-En una etapa muy distinta de mi vida. Fui
22 años secretaria general de la Federación
de Trabajadores de la Alimentación, Bebidas
y Tabacos y luego de la fusión con el sector
agrícola, cuatro años secretaria general de
la Federación Agroalimentaria. Creo que
nosotros tenemos nuestro tiempo, y no
podemos estar toda la vida en una misma
organización. Mi idea era “irme para casa”,
pero una semana antes del Congreso
Confederal de la UGT, Cándido
Méndez me propuso integrar la Comisión
Ejecutiva Confederal. Bueno, lo hablé con la
familia, con los amigos, y todos me
aconsejaron que pasar del 100 al 0 sin
escalas iba a resultar algo traumático. Así
que ahora estoy en la Comisión Ejecutiva
Confederal en la Secretaría de Formación
Sindical y Acción Cultural.
-¿Cuántos años hace que estás en la
Confederal?
-Desde 2005.
-Se te ve muy bien…
-(risas) Bueno, gracias. Aunque tengo más
años, quiero que lo sepan los compañeros y
los amigos de América Latina…
-¿Cuántos años?
-Ah no, yo no cuento esas cosas…
-Te inicias como militante sindical durante
la dictadura franquista.
-Si en 1975 – 1976. Y nuestro sindicato
ingresó en la UGT en 1977.
-¿Y cómo evalúas esta España en relación con
aquella?
-En España estamos infinitamente
mejor, la democracia y la libertad son una
realidad. Con la llegada de Rodríguez
Zapatero se ha mejorado bastante, y
se está mejorando socialmente. Pero hay que
seguir avanzando y trabajar mucho con la
juventud.
-Porque la democracia trajo libertades pero
no bienestar a los jóvenes.
-Hay tres colectivos que están especialmente
tocados por la precariedad: los
jóvenes, las mujeres y
los inmigrantes, que pasaron de ser 300 mil
trabajadores en 1998 a 4,5 millones en la
actualidad.
-¿Cómo explicas ese supuesto desinterés de
la juventud por la cuestión sindical?
-Hay varios factores. Antes militar
activamente en un sindicato y en un partido
político justificaba el ser joven. Ahora hay
otras prioridades. Pero lo cierto es que
conforman un sector donde la precariedad del
trabajo influye en todos los órdenes de sus
vidas. Ellos cambian de empleo todo el
tiempo, porque la práctica general es que
trabajen con contratos de tres meses, dos y
hasta un mes. Entonces, ¿cómo haces para
estructurar tu vida familiar y social en
esas condiciones? Si hoy estás aquí, y
mañana sin trabajo y luego por dos meses en
otro lado.
-Ahí marcas la diferencia, antes se
ingresaba en una empresa y generalmente era
para toda la vida, así que imagino que
tienes mucho trabajo con la formación
sindical de los jóvenes.
-Y con la cultura. Porque sabes que la
UGT este año cumple 120 años de vida.
UGT siempre apostó fuertemente a la
formación y la cultura, y desde su fundación
en 1888 hasta 1936, las sedes de la UGT
se llamaban Casas del Pueblo. Eran espacios
de educación, de cultura, de servicios,
donde el pueblo se organizaba. Esa historia
debemos rescatarla, porque ella nos enseña
que siempre ha sido difícil, pero siempre
algo se pudo hacer.
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