Desde
hace un año Bordón es delegado del Sindicato de Nestlé,
empresa en la que trabaja en el área de mantenimiento. Con
él, Sirel repasó la recientemente concluida instancia de
negociación de los Consejos de Salarios tripartitos,
reinstalados en Uruguay por el nuevo gobierno tras 15 años
sin funcionar.
Roberto Bordón y Hugo Porro |
-¿Cuántos años tiene el sindicato de Nestlé Uruguay?
-Nestlé tenía presencia en Uruguay desde finales de la
década del 50, pero recién en 1982 se alzó con el total del
paquete accionario. El sindicato, a su vez, se reinstaló
hace 20 años, en 1985, a la salida de la dictadura.
-¿Con cuántos trabajadores cuenta la empresa?
-Somos casi cien trabajadores, de los cuales treinta estamos
sindicalizados, pertenecientes a la sección de producción.
Ahora estamos apuntando a agremiar a la parte
administrativa, donde trabaja mucha gente. Si excluimos las
gerencias y los mandos de confianza, cerca de 50 por ciento
de los trabajadores de la firma están afiliados al
sindicato.
-¿Cómo está integrada actualmente la comisión directiva del
gremio?
-Funcionamos bajo la estructura de un colectivo de seis
personas que trabajamos en tres comisiones: Organización,
Prensa y Propaganda y Finanzas. Víctor Laborde, Walter
Bermúdez y yo somos los encargados de esas áreas.
-¿Qué evaluación han realizado de las negociaciones en los
Consejos de Salarios?
-Esta instancia significó retomar el ejercicio del diálogo,
de la negociación. Estábamos como quietos, estancados, y nos
sirvió para aumentar los vínculos con los demás sindicatos.
El propio funcionamiento de los Consejos nos llevó a tener
que participar con empresas que no tenían nada que ver con
nuestro rubro, pero con mucho en común en el área de los
trabajadores. Así fue como hicimos una propuesta en común y
comenzamos a trabajar dentro del Grupo 1 de Alimentación,
subgrupo 7. El objetivo es seguir reuniéndonos y trabajar
conjuntamente para poder acercar a compañeros del café, un
sector en el que hay siete empresas representadas en la
Cámara de la Alimentación, pero otras permanecen fuera de
ella, lo cual es un gran problema.
-¿Cuáles fueron los principales logros obtenidos en esta
instancia?
-Víctor Laborde y yo –ambos del sindicato de
Nestlé–
representamos a todos los trabajadores cafeteros en los
Consejos de Salarios. El de
Nestlé es el
único sindicato existente en este sector. Dentro del
contexto general nosotros, que estábamos en un mejor nivel,
fuimos los menos favorecidos, pero lo teníamos asumido desde
el comienzo de las negociaciones. En cambio, trabajadores de
empresas cafeteras que hasta ahora no cobraban aguinaldo
empezaron a cobrarlo, mientras que otros que durante años no
tuvieron aumentos ahora lo tendrán.
Los que más ganaron en estas negociaciones fueron los
trabajadores que están en una posición de desprotección, que
no gozaban de aumentos salariales o de beneficios y ni
siquiera estaban sindicalizados. Se presentaban muchas
diferencias entre las empresas.
Aun así, los Consejos de Salarios no colmaron todas las
expectativas. De los 3 puntos principales de la primera
plataforma general que hicimos, logramos la homologación de
los convenios anteriores y que no se discriminara a nivel
salarial a los trabajadores tercerizados, que a igual
función correspondiera igual sueldo. Hay un sindicato de
tercerizados que laudó solamente a nivel salarial pero no
pudieron alcanzar otros beneficios.
En algunas empresas incluidas en otros capítulos del
subgrupo 7 directamente se conquistó que no hubiera
tercerizaciones, y en otras que sólo las hubiera en el área
de limpieza o en lo relativo a tareas puntuales de
mantenimiento.
Obtuvimos también que se modificara la base de cálculo de la
prima por antigüedad, que antes por ley se liquidaba por el
sueldo mínimo nacional. En la liquidación de las licencias
logramos que se hiciera sobre el 100 por ciento del salario,
y, en el caso de los mensuales, por jornales trabajados.
Por otra parte, conseguimos que las empresas se
comprometieran a pagar los aguinaldos atrasados.
-Al notar la desprotección de tantos compañeros de otras
empresas, ¿qué sienten al contar con un convenio colectivo
como el que ustedes tienen con Nestlé?
-Lo más positivo de este proceso no es que nosotros contemos
con un sindicato y los demás no, sino poder trasmitir
nuestra experiencia a compañeros de otras empresas. Para
nosotros también fue positivo tratar con otros delegados.
Recordemos que en los casi 12 años de dictadura militar, más
los 15 en que no funcionaron los Consejos de Salarios,
perdimos cuadros sindicales, compañeros referentes que
trasmitían conocimientos y experiencias, al tiempo que se
hizo evidente en muchos trabajadores el desconocimiento de
la función del sindicato.
-¿Cómo se relacionaron con los empresarios en estas
instancias de negociación?
-Ellos sentían la falta del ejercicio de venir a dialogar
con los trabajadores, cosa que no les gusta mucho. Nuestra
posibilidad de hablar hacía que en los Consejos las
decisiones no fueran algo vertical, a diferencia de todos
estos años pasados. Pero ellos también sacaron cosas
positivas. Ahora cuentan, por ejemplo, con un instrumento
para reclamar y denunciar a aquellas empresas que trabajan
en negro, que no reconocen nada y que les plantean una
competencia desleal. Creo que se han dado cuenta de la
importancia de esta instancia.
-¿Qué bondades destacarías del convenio colectivo que tienen
los trabajadores de Nestlé?
-Lo fundamental es que contamos con un convenio colectivo
con todos los beneficios desde 1985. De este convenio
colectivo que acabamos de firmar y que tendrá vigencia por
un año destacaría el hecho de haber actualizado y laudado
los mínimos en todas las categorías, lo que ha llevado a que
el conjunto de los trabajadores del café perciba un salario
mínimo que sobrepasa los 7.000 pesos (unos 290 dólares,
bastante más del doble que el salario mínimo nacional).
-¿Qué seguimiento le dan a la política de Nestlé a nivel
internacional?
-La información que manejamos es a través de la UITA, a la
cual estamos afiliados desde mediados de 1993. Empresas
transnacionales como
Nestlé
fueron las que propulsaron la globalización, y como
trabajadores no podemos mantenernos al margen de estos
fenómenos. Tenemos que estar al tanto de la política de
regionalización de la producción de esta transnacional, de
cómo encara en otros lados las tercerizaciones. No perder de
vista que hay muchos problemas que nos son comunes a
trabajadores de diferentes países es muy importante para
nosotros.
Quiero destacar, por último, el apoyo que recibimos de la
Secretaría Regional Latinoamericana de la UITA en las
negociaciones de los Consejos de Salarios (donde contamos
con la asesoría del contador Hugo Porro), y también de
instituciones como la Federación de Obreros y Empleados
Molineros y Afines (FOEMYA), y de Rodolfo Ferreira, del
Sindicato Único de Obreros Panaderos y Afines (SUOPA), que
también colaboraron con nosotros.
Rubén Yizmeyián
© Rel-UITA
14 de setiembre de 2005