Apenas diez meses después de haber abierto sus puertas, y a
pesar de las ganancias que venía registrando, el Casino
Domínico ubicado en la provincia de Higuey, a 200 kilómetros
al este de Santo Domingo, cerró sus puertas de forma
sorpresiva. En el trasfondo se configura una acción de
represión contra el sindicato recién constituido. Sirel
dialogó con Brasil Aguirre, presidente del Comité Gestor del
Sindicato de Trabajadores de Casino Domínico (SITRACADOM).
-¿Cuándo
comenzaste a trabajar en Casino Domínico?
-Trabajé en el Casino Domínico unos 16 meses. Antes de
que abriera al público y entrené al personal nuevo que
ingresaba.
-¿Cuándo
fundaron el Sindicato?
-El 8 de septiembre nos constituimos como Comité Gestor del
Sindicato de Trabajadores de Casino Domínico (SITRACADOM).
Presentamos todos los documentos como lo requiere la ley
dominicana, y apenas dos días después, el 10 de septiembre,
fuimos despedidos los tres integrantes del Comité Gestor.
Los que quedaron trabajando fueron víctimas de todo tipo de
presiones y chantajes, como exigirles que firmaran un
documento acusándonos de haber falsificado sus firmas en la
solicitud de personería. Les prometieron aumentos si
renunciaban a la organización y desarrollaron una campaña de
descalificación personal contra nosotros tres. Pero
afortunadamente, los despedidos hemos recibido un gran apoyo
de los compañeros y compañeras.
-¿No han
tenido contactos con la empresa o con el Ministerio de
Trabajo?
-Iniciamos una querella en el Ministerio donde un funcionario
nos aclaró que siendo integrantes del Comité Gestor del
Sindicato no nos pueden despedir, y por tanto los
licenciamientos son nulos. Y ocurrió que estando nosotros
allí, apareció la gerente de Recursos Humanos del Casino,
María Pérez. El funcionario la hizo llamar a su
despacho, pero cuando ella nos vio dijo que debía comprar
una tarjeta de teléfono móvil y enseguida regresaba, pero
nunca volvió. Fuimos hasta el Casino con un inspector
de Trabajo, pero la señora no quiso recibir al inspector,
quien labró un acta de infracción y le dejó una copia. La
empresa se niega a que entremos porque quiere destruir al
sindicato.
-Y ahora
cerraron el Casino…
-Cerraron supuestamente por tres meses, la gente está sin
trabajar desde el 22 de octubre y les pagaron apenas seis
días. La empresa alega falta de fondos. La ley dominicana
permite que las empresas, en acuerdo con la Secretaría de
Trabajo, cierren tres meses al año, pero la Secretaría aún
no dio su fallo. Mientras yo estaba trabajando sabíamos que
sólo en el área de juegos la empresa estaba ganando casi dos
millones de dólares mensuales, sin contar los slots y demás
servicios. Pero es claro que la intención de ellos es
quebrar el sindicato. Tienen la esperanza de que en estos
meses la gente encuentre otros empleos y renuncie a trabajar
con ellos. Tan claro está, que el día que cerraron los
despidieron a todos diciéndoles: “¡Miren qué linda
Navidad van a pasar ustedes ahora gracias a Brasil y al
sindicato!”.
-¿Cuántos empleados hay en Casino Domínico?
-En promedio éramos 160 personas, de las cuales un 65 por
ciento son mujeres y no menos de diez están embarazadas.
-¿Hubo
una audiencia conciliatoria?
-Antes de eso nos mandaron un funcionario judicial con el
dinero de nuestras prestaciones, pero nosotros lo
rechazamos, porque a pesar de que estamos en condiciones
económicas difíciles, no queremos aceptar este despido
ilegal e injusto. El jueves 30 hubo una audiencia, a la que
asistieron los abogados de la empresa y a nosotros nos
estaban apoyando Alberto Barrow, de la UNI y
Wilson Montero, del SITRAUC, pero ellos
solamente dijeron que no habrá conciliación. La audiencia se
trasladó al 14 de enero de 2009. Ahora la presión está en la
Secretaría de Trabajo que tiene 15 días para decidir si
acepta o rechaza el cierre del Casino.
Sirel
dialogó también sobre este caso con Wilson Montero,
presidente del Sindicato de Trabajadores de Unilever Caribe
SA (SITRAUC).
-¿Tu
participaste en la audiencia de conciliación?
-Sí, pero fue muy breve porque la empresa se negó a
conciliar. Pero parece claro que la intención es destruir
este sindicato que recién iniciaba su camino. Han cerrado
las puertas y les deben dinero a los trabajadores y
trabajadoras. La Secretaría debe decidir si acepta el cierre
del Casino, y en ese caso, deberá establecer las
pautas de reanudación de la actividad. Normalmente, en estos
casos se conmina a las patronales a retomar a los
trabajadores suspendidos por el cierre. Claro que quizás
algunos o muchos ya estarán trabajando en otro lado, ya que
aquí comienza la temporada alta. Es así que esperan
deshacerse de la mayor parte del personal y con ellos del
sindicato.
-¿No hay
seguro de desempleo?
-No, aquí no tenemos ese beneficio, así que la gente queda en
la calle, y entre ellos hay varias mujeres embarazadas y
otras en licencia por maternidad reciente.
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