En el marco
de un contexto político y social donde
abundan la violencia y la impunidad el
pasado 31 de diciembre de 2007, el compañero
Carlos Mancilla, fue víctima de un atentado.
Mancilla es dirigentes de la Confederación
de Unidad Sindical de Guatemala (CUGS) y
activo participante ante los reclamos por
justicia en el caso del asesinato del
dirigente del SITRABI, Marco Tulio Ramírez.
En diálogo con Sirel, comentó lo sucedido y
las medidas dispuestas para su seguridad al
tiempo que agradeció el apoyo del movimiento
sindical, tanto a nivel nacional como
internacional.
-¿Qué fue exactamente lo que sucedió?
-El pasado 31 de diciembre, mientras se celebraba la
tradicional fiesta de fin de año, los
vecinos escucharon además de los clásicos
estallidos de los fuegos artificiales,
otros, que correspondían a disparos de armas
de fuego, si bien no supieron ver ni
identificar a nadie, más tarde supimos que
impactaron en mi casa. Afortunadamente mi
familia y yo no estábamos en ese momento en
la vivienda.
-¿Hubo amenazas previas?
-Nada tan explícito como esto, hubo algunas llamadas
telefónicas, donde no decían nada, en
algunos casos pasaban música fúnebre, pero
esto nunca lo tomé como amenazas y nunca me
intimidó.
-¿A qué hechos vinculas este atentado?
-Teniendo en cuenta que en el barrio no poseo enemigos y que
se descartó también el intento de robo, lo
único que puedo vincular a este hecho es al
trabajo que desempeño. Desde el asesinato de
Marco Tulio, fui designado por la
Confederación para darle seguimiento a la
denuncia tanto a nivel nacional como
internacional. Participé de la Misión de la
UITA y en varias oportunidades fui
acompañado a reuniones por los compañeros
David Morales y Edwin Ranchos,
dirigentes locales, y a nivel internacional
de la UITA.
Además he participado de reuniones con la empresa BANDEGUA,
tanto en la ciudad de Guatemala como
Izabal, así como con la propia
ministra de Gobernación, solicitando la
seguridad personal y perimetral para los
miembros del SITRABI y los
trabajadores bananeros en general.
-¿Qué medidas legales tomaron luego de este
hecho?
-Inmediatamente denunciamos el hecho ante la Procuraduría de
los Derechos Humanos, a través de la oficina
de atención a los trabajadores. De ahí
solicitaron la apertura del expediente en el
Ministerio Público. En esa instancia frente
a mí y a la delegación de trabajadores que
me acompañaban, la Procuraduría de los
Derechos Humanos instó al fiscal para darle
inmediata prioridad. Pero hasta el día de
hoy ni el Ministerio Público, ni nadie ha
brindado una respuesta activa, exceptuando
que el viernes pasado me convocaron a una
reunión para ofrecerme seguridad personal,
pero del caso en sí no se sabe nada.
-¿Cómo percibes la reacción del movimiento
sindical ante este suceso?
-El movimiento sindical tanto nacional como internacional se
puso en acción de inmediato, además del
apoyo y seguimiento de la denuncia ante los
organismos competentes, convocaron una
conferencia de prensa para repudiar
públicamente el atentado. Agradezco
particularmente a la UITA, por la
atención y apoyo que nos ha brindado, la
solidaridad internacional que representa es
siempre bienvenida.
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