-¿Qué significa la firma de este acuerdo para el SOCA?
-Es la
concreción de un viejo anhelo por el cual se ha luchado durante muchos
años. Desde que tomamos las riendas del Sindicato, en 2002, hemos dado
la pelea para cambiar de sistema en la empresa, ya que no veíamos un
futuro posible para los trabajadores; la inestabilidad laboral era muy
importante. Se terminaba cada zafra sin saber si habría otra al año
siguiente debido a las tremendas dificultades financieras que tenía la
empresa. Cuando surgió esta posibilidad, cuando empezamos a hablar de
los alcoholes carburantes, fuimos conociendo este proyecto que apoyamos
desde un principio. Supimos de todo esto a partir de la UITA, por
intermedio de Leonardo de León, y después se sumó la Universidad de la
República. La UITA y la Universidad realizaron un seminario en Bella
Unión en el cual se habló y explicó el proyecto sucroalcoholero. Por
suerte el actual gobierno tomó esta propuesta y nosotros hemos
colaborado lo más posible para concretarlo.
-No
habrá sido fácil...
-Por
supuesto que tuvimos muchas dificultades, porque la empresa se oponía a
estos cambios. Hay unos cuantos que siempre han vivido de este sistema
que termina ahora, con la firma de este Convenio. Empieza una nueva
etapa, no sólo para los trabajadores sino para todo Bella Unión, y creo
que para el país entero; el desafío es construir la alternativa del país
productivo por el que tanto hemos luchado y que este gobierno está
dispuesto a concretar.
-¿A que se debieron las escaramuzas de último momento en las
negociaciones para el traspaso del ingenio CALNU a ALUR?
-A que
hay gente que, aún pasando mal, mantienen una actitud soberbia de cuando
tenían la sartén por el mango. Hay empresarios que se sienten
despojados, porque CALNU era una cooperativa de grandes productores. En
realidad, ya no tenían nada, con excepción de una deuda de más de 30
millones de dólares con la banca del Estado, o sea con la sociedad
uruguaya. Hacía tiempo que el ingenio ya no les pertenecía, pero algunos
pusieron piedras en el camino hasta el último minuto, e intentaron
presionar para salir lo mejor parados que pudieran. Por eso quisieron
agregar una petición de dinero después que se había firmado el
preacuerdo entre todas las partes. Por suerte el gobierno, por
intermedio del Ministro de Ganadería, José Mujica, rechazó totalmente la
exigencia de esos empresarios y advirtió que si no retiraban sus
planteos recomendaría al presidente Vázquez dejar el acuerdo sin efecto,
y al Banco República que ejecutara las deudas de los propietarios del
ingenio. A esto se agregó que la población de Bella Unión estaba atenta,
dispuesta a movilizarse para defender el proyecto sucroalcoholero que
recogió la adhesión popular, como lo probaron las 3.500 firmas de apoyo
recogidas hace algunos meses entre pobladores y pobladoras de Bella
Unión.
-¿Cuántos trabajadores hay en CALNU?
-En el
ingenio somos unos 130 trabajadores estables, y durante la zafra
llegamos a ser algo más de 500.
-¿Cuánto duran las zafras?
-Hasta
1992 duraban seis o siete meses, pero hoy apenas llegamos a dos meses.
Esperamos que con este proyecto sucroalcoholero se lleguen a plantar 10
mil hectáreas de caña de azúcar lo más pronto posible; esto permitirá
regresar a las zafras de siete meses como antes, lo que comenzaría a
paliar la grave situación socioeconómica que vive la mayoría de la
población de Bella Unión.