EL Sindicato
de Trabajadores de la Industria de las
Bebidas y Similares (STIBYS) ha comenzado
una campaña de denuncia y sensibilización
sobre los efectos y consecuencias de las
jornadas extensas de trabajo que imponen
SABMiller, Pepsico y Coca Cola, y que a
menudo llegan a las 16 horas diarias. Sirel
dialogó con Carlos Reyes, presidente de la
Junta Directiva Central del STIBYS, para
conocer más sobre esa campaña y sus
antecedentes.
-¿Por qué surge esta campaña?
-En enero pasado suscribimos un Contrato Colectivo después de
18 meses de negociación. Uno de los puntos
esenciales era dejar definida la jornada de
trabajo, por lo menos la del personal de
“Ventas”, que son los que andan en la calle
atendiendo a la clientela. Según nuestra
legislación laboral este tipo de personal
que se desempeña fuera de las plantas no
puede exceder las 12 horas diarias de
trabajo, y así quedó establecido en el
Contrato. Pero ahora estamos viendo que en
este modelo neoliberal, las transnacionales
firman los contratos colectivos de mala fe,
los firman para no cumplirlos. Y este
problema lo estamos teniendo en
SABMiller, Pepsico y Coca Cola.
-¿Cómo es que no cumplen lo acordado?
-Las empresas aprovechan que la remuneración de esos
compañeros está conformada por un sueldo
básico al que se suman las comisiones sobre
lo que venden. Ante la perspectiva de ganar
un poco más, hay quienes aceptan extender
sus jornadas de trabajo, lo que debilita
nuestra organización y nuestros planteos,
porque tomando como ejemplo a quienes
trabajan 14 o 16 horas diarias, la empresa
exige que los demás hagan lo mismo. Además
de que esa extensión de la jornada es
totalmente inhumana, ocurre que por el tipo
de trabajo se hacen esfuerzos repetitivos
con cargas a veces bastante pesadas. A la
larga, esto afectará gravemente al
trabajador. En pocos años tendrá una columna
vertebral reventada y no podrá seguir
trabajando.
-¿Qué hace la empresa en esos casos?
-Busca la manera de deshacerse de ellos, de despedirlos, de
darles dinero para que se vayan. Estamos muy
preocupados con este tema, porque las
empresas se aprovechan de las necesidades de
algunos, o de la fortaleza física de otros,
en general los más jóvenes, para ponerles
delante la zanahoria de mayores ingresos.
Por eso el lema de nuestra campaña contra la
jornada extensa es: “Pan para hoy y
hambre para mañana”. Trabajar más de 12
horas en Ventas significa unos centavos más
hoy, pero mañana quedaremos lisiados,
enfermos y desempleados.
-¿Qué empresas están aplicando este régimen
de trabajo y por qué?
-Las transnacionales
SABMiller,
Pepsico
y
Coca Cola,
y lo hacen para reducir sus costos. Por
ejemplo, como los trabajadores van a
comisión no les pagan horas extras, no se
compran nuevos camiones ni se emplean más
personas, los sobrecargan de clientes y
cajas obligándolos a realizar jornadas de
más de 12 horas. Y si no cumplen con la
tarea del día, son sancionados o despedidos.
Ya está sucediendo, por ejemplo en La
Ceiba nos han despedido a un integrante
de la Junta Directiva Central, que al mismo
tiempo es presidente de esa Seccional; y en
la Seccional de Roatán se le puso una
semana de suspensión a un compañero porque
no atendió a la cantidad de clientes
requerida. Quiere decir que la empresa
prioriza la venta a cualquier precio, así
sea dañando la salud de los trabajadores.
Estamos movilizados contra el abuso de estas
empresas.
En un afiche que estamos preparando decimos que “Las
transnacionales
SABMiller, Pepsico y Coca Cola no sólo producen cervezas, refrescos y lisiados, sino que
también buscan dividirnos al asignar
temporalmente a unos pocos compañeros las
mejores rutas, discriminando a otros. Si
usted es uno de ellos, rectifique.
¡Defendamos el escalafón!”. Un ejecutivo de
la empresa decía que “Por el dinero baila el
perro”, y nosotros respondemos que por unos
centavos más no debemos perder nuestra
dignidad individual y colectiva.
-¿Cómo están reaccionando las empresas?
-Estamos alerta, porque en el Norte, donde han sancionado a
este compañero, el resto del personal ya ha
dicho que no harán jornadas de más de 12
horas, y es posible que la empresa tome
represalias en esa Sección, porque pensará
que la actitud de los compañeros es un mal
ejemplo para todos los demás. Por eso
estamos poniendo en antecedentes a la
UITA, y haremos gestiones ante las
autoridades del gobierno, porque estas
empresas son muy abusivas y pueden despedir
compañeros para provocar un conflicto. Esta
gente no entiende que tanto ellos como
nosotros debemos ajustarnos al marco de la
ley. Para ellos, a nivel global, la ley es
el abuso y la precariedad del trabajo. Es
importante que los compañeros tengan claro
que si no fuera por las conquistas del
STIBYS, como decimos en el afiche, aún
trabajando más y más ganaríamos menos que
ahora y seríamos tratados como los
subcontratados o temporales.
-¿Cómo es el régimen de trabajo excesivo en
concreto?
-En los meses pico la mayor parte hace entre 12 y 16 horas
diarias. Por si fuera poco, la empresa, por
ejemplo, diseña rutas de 50 clientes y 600
cajas, lo que es imposible que un chofer y
dos ayudantes logren atender en un día
normal de labor. Ocurre que a menudo les
quedan clientes sin atender, entonces la
empresa convoca al sindicato para acusar a
los compañeros de haber cometido una falta
grave, y empieza amenazando con un despido
hasta terminar con sanciones y suspensiones.
Ellos están abusando de estos mecanismos de
represión, ya que por una sanción o una
suspensión ningún sindicato hará una huelga.
Pero ya la gente está comprendiendo que no
sólo están en peligro su empelo y su salud,
sino también su organización sindical.
Nuestra campaña es para denunciar a estas
empresas abusivas y concientizar a aquellos
que aún no entienden que aceptando estas
jornadas extensas ponen muchas cosas en
riesgo, y tendrán pan hoy pero hambre
mañana.
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