Uruguay

Con Cristina Otero

19 de agosto

Día Nacional de la Trabajadora

y el Trabajador Domésticos

 

En noviembre de 2006, el poder legislativo uruguayo sancionó la ley 18.065, que regula el trabajo doméstico, constituyendo de esta forma un avance para los más de 100 mil trabajadores y trabajadoras de ese rubro en el país. Sin embargo, no les fue posible llegar a la negociación colectiva hasta el 19 de agosto de 2008, donde fueron convocados por primera vez a los Consejos de Salarios*. El 90 por ciento de los trabajadores del sector doméstico son mujeres y un 50 por ciento aún no está registrado en la previsión social.

 

Sirel dialogó con Cristina Otero, secretaria de Organización del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas del Uruguay (SUTD), quien comentó los avances de la organización sindical y su trascendencia para las y los trabajadores de este sector.

 

-¿Qué significa para ustedes este día?

-Hoy, 19 de agosto, se celebra por primera vez en Uruguay el Día de la Trabajadora y el Trabajador Domésticos, y me atrevo a decir que es un hecho histórico; como tal lo estamos viviendo. Es un logro muy importante porque más allá de que sea feriado no laborable y pago, nos brinda la visibilidad que durante años no tuvimos.

 

-¿Cuándo se formó el sindicato?

-En 1985, pero no tuvo continuidad ni mayor trascendencia hasta que en 2005, la central de trabajadores PIT-CNT hizo un llamado a la reconstrucción de la organización sindical del sector doméstico. A partir de entonces las trabajadoras y trabajadores hemos venido organizándonos para alcanzar las diferentes metas planteadas.

 

-¿Cuántas afiliadas tienen actualmente?

-Somos más de 600 trabajadoras afiliadas, esto en la capital, Montevideo. En el interior el tema es más complejo, resulta bastante difícil organizar a estas trabajadoras por diversas razones: el contexto socio económico es diferente, en las ciudades del interior “todos se conocen”… A pesar de esto consideramos que no es imposible organizarlas. Hemos viajado al interior en distintas oportunidades para conversar con las compañeras y compañeros y difundir los derechos de las trabajadoras y trabajadores domésticos. Si bien falta mucho por hacer, esto es un buen comienzo.

 

-Desde su nueva fundación en 2005 hasta la convocatoria a los Consejos de Salarios, ¿cómo fue el proceso?

-La primera inquietud del Sindicato fue con respecto a los salarios. Para las trabajadoras domésticas los aumentos salariales se pautaban mediante decreto, y no a través de la negociación colectiva como para el resto de las ramas de actividad. En busca de una solución comenzamos a golpear puertas. Desde 2005, cuando se retoman los Consejos de Salarios, hasta 2008 -cuando logramos el compromiso del entonces ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi en buscar una contraparte para que negociara con nuestro sindicato- estuvimos golpeando puertas.

 

Esta situación se dio porque en una primera etapa se planteó a la Cámara de Comercio como contraparte negociadora, pero la misma se negó a aceptarlo, argumentando que no era representativa del sector doméstico. Hasta que la Liga de Amas de Casa asumió como contraparte en 2008 no pudimos negociar en el ámbito tripartito.

 

-A partir de entonces, ¿cuáles han sido los logros más destacables?

-El primero a destacar es que se haya formado el Grupo 21 (sector doméstico) en los Consejos de Salarios, porque a partir de entonces pudimos, a través de la negociación colectiva, mejorar los salarios, las condiciones laborales, la antigüedad y todos nuestros derechos como trabajadores. Actualmente estamos discutiendo los fueros sindicales y la categorización del sector, ambos muy importantes para avanzar en la equiparación de los derechos laborales.

 

-¿Cuáles son las metas del SUTD a corto plazo?

-Contar con un local propio para el sindicato. Hasta ahora nos reunimos en locales prestados por otros gremios y estamos muy agradecidas por eso, pero es primordial tener un lugar físico, entre otras cosas, porque existe un número importante de trabajadoras del interior que están trabajando en la capital que cuando se enferman o tienen que someterse a alguna cirugía, no tienen dónde quedarse. Por lo que muchas veces terminan volviendo antes de recuperarse a las casas donde trabajan, y por consiguiente no hacen el reposo necesario. Tener un local propio nos permitiría poder cobijar a estas trabajadoras en caso que lo soliciten.

 

También es nuestra meta continuar afiliando compañeras y compañeros, tanto del interior como de Montevideo, y mejorar los salarios, que aún son bajos en relación con las horas trabajadas (ndr: el salario mínimo de un/a trabajador/a del hogar es de 4.600 pesos, alrededor de 200 dólares)

 

-¿Qué mensaje enviarías a las trabajadores y trabajadoras del hogar de América Latina?

-Les diría que organizarse es muy importante para mejorar las condiciones laborales en sus diversos aspectos. La unidad de la clase obrera es primordial a la hora de defender nuestros derechos.

En Montevideo, Amalia Antúnez

 Rel-UITA

19 de agosto de 2009

 

 

 

 

* Instancia de negociación tripartita.

Fotos: Gustavo Villarreal

 

 

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