Brasil   TRABAJADORES RURALES

    EN DIÁLOGO

Con Elio Neves

Comisión tripartita otorga certificación laboral a usinas de caña de azúcar

 

El presidente de la Federación de Empleados Rurales Asalariados del Estado de Sao Paulo (FERAESP), Elio Neves, dialogó con Sirel acerca del significado del “sello de buenas prácticas” otorgado a 169 usinas sucroalcoholeras de Brasil.

 

 

-¿Qué significa el “sello de buenas prácticas” que la Presidencia de Brasil acaba de entregar a algunas usinas de caña de azúcar?

-Es una certificación otorgada en el marco del Compromiso Nacional para Perfeccionar las Condiciones de Trabajo en la Caña de Azúcar firmado en junio de 2009 entre empresas, trabajadores y gobierno. Hasta ahora recibió el apoyo de 250 usinas en todo el país interesadas en participar. De ellas, 169 ya fueron auditadas para verificar el cumplimiento del Compromiso.

 

Ello implica, entre otras cosas, la ausencia de trabajo tercerizado, la eliminación total de vinculación entre la remuneración de cualquier servicio brindado por la empresa y las retribuciones a los trabajadores, mayor transparencia para evaluar y pagar la cantidad de caña cortada, respeto a las normas de salud y seguridad en el trabajo y valoración positiva de las negociaciones colectivas, entre otras cosas.

Tenemos la expectativa de que se pueda llegar a una certificación social. Nuestra posición es que el gobierno debe ser parte del proceso y no intermediario o mediador.

 

-¿Quién realiza la auditoría?

-Una empresa privada seleccionada, con representantes de la usina y del Sindicato. La verificación se realiza en los lugares de trabajo.

 

-¿Qué certifica exactamente ese sello?

-La semana pasada, la presidenta Dilma Rousseff entregó certificados que atestigua el cumplimiento de ese Compromiso Nacional por parte de estas 169 usinas auditadas. Ese certificado de “empresa comprometida” permite integrar una “lista de conformidad” que está abierta al público en la página web de la Secretaría General de la Presidencia.

 

El sello es adjudicado por una Comisión Nacional de Diálogo y Evaluación del Compromiso Nacional que de nuestro lado está integrado por la Confederación Nacional de Trabajadores en la Agricultura (CONTAG) y por nuestra FERAESP; también la integran las empresas y el gobierno.

 

-¿Qué ventajas otorga este sello a las empresas?

-Ninguna desde el punto de vista comercial o de las relaciones con el gobierno. Tiene un valor ético que es reconocido como tal por el gobierno y por los trabajadores.

 

-¿Qué pasa con las otras usinas?

-Ellas continúan siendo auditadas, pero aún no están aptas para recibir el sello.

 

-¿El sello es permanente?

-No. El certificado tiene validez solamente por un año y le corresponde a cada usina auditada y aprobada por unanimidad de la auditoría. No puede ser extendida a otras usinas de una corporación, por ejemplo. 

 

Ahora entramos en la segunda fase de la negociación que es la renovación del Compromiso. La idea es llegar a generar una certificación laboral más detallada y profunda en un proceso que involucra a trabajadores, empresas y gobierno.

Hay que destacar que en todo este proceso de construcción del sello de buenas prácticas, fue decisiva la presión del movimiento sindical y la Rel-UITA jugó un papel fundamental, denunciando en el plano internacional las pésimas condiciones de trabajo en el sector.

 

-¿Por qué una certificación laboral y no social?

-Porque entendemos que la definición de “laboral” está centrada sobre todo en la relación de empleo, en la tarea concreta que se desarrolla o ejecuta. En una certificación social entran aspectos de la vida de los trabajadores que no están contemplados en esta negociación, como la vivienda, la educación, la salud fuera del trabajo, entre otros.

 

Tenemos la expectativa de que se pueda llegar a una certificación social. Nuestra posición es que el gobierno debe ser parte del proceso y no intermediario o mediador. Debemos llegar a eso mediante políticas públicas específicas, lo que incluye determinar cómo verificará el gobierno el cumplimiento de los compromisos asumidos.

 

Por medio de las auditorias nosotros realizamos una verificación porque nuestra participación está garantizada, pero una certificación social involucra al Estado, al Ministerio de Trabajo, al Poder Judicial, al Ministerio Público. Es una negociación que trasciende al gobierno, pero que exige un compromiso de su parte para verificar los compromisos y determinar políticas públicas.

 

Lo que estamos alcanzando con estas 169 empresas es un instrumento más para avanzar hacia la certificación social.

 

Hay que destacar que en todo este proceso de construcción del sello de buenas prácticas, fue decisiva la presión del movimiento sindical y la Rel-UITA jugó un papel fundamental, denunciando en el plano internacional las pésimas condiciones de trabajo en el sector.

 

-¿Cuál es la situación de las negociaciones colectivas correspondientes a este año?

-Ya están en desarrollo. Las usinas están ofreciendo 7 por ciento de reajuste salarial, pero aún no hemos recibido una propuesta sobre un piso salarial. La FERAESP está participando de las negociaciones con la expectativa de alcanzar un 10 por ciento de incremento en los salarios. Hay algunas huelgas puntuales, pero en general la negociación está abierta y en marcha.

 

   

 

En Montevideo, Carlos Amorín

Rel-UITA

26 de junio de 2012

 

 

 

 

Foto: Gerardo Iglesias

 

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