La
empresa Berruti de Sosa produce papa y
está ubicada en el kilómetro 132 de la
ruta 3. La semana pasada expulsó a once
trabajadores que desempeñaban tareas de
cosecha sin abonarles los haberes
correspondientes. Bajo amenazas, los
trasladaron hacia la ruta 3, en el
departamento de San José, donde los
abandonaron bajo una lluvia torrencial
sin ningún recurso. Además de este
atropello, los damnificados relataron
que trabajaban en condiciones de
semiesclavitud.
Enterada de esta situación la Unión de
Trabajadores Rurales y Afines del Sur del País (UTRASURPA),
junto a la Rel-UITA y al Plenario
Departamental de Trabajadores de San
José, coordinó una operación rescate y
la posterior ayuda y asesoramiento a
estos trabajadores.
Sirel
dialogó con
Germán
González, secretario
general de la UTRASURPA, para
conocer los detalles de esta situación y
las medidas sindicales que seguirán.
-¿Cómo se contactan
estos trabajadores contigo?
A metros de donde dejaron abandonados a estos once
trabajadores, hay una estación de
servicio donde trabaja el hijo de un
compañero del Sindicato de Obreros de
Frigorífico Maragato* (SOFRIM),
que se comunicó inmediatamente conmigo
para denunciar esta situación.
-¿Qué medidas se tomaron ante este
comportamiento insólito de la empresa?
-Rápidamente tomamos contacto telefónico con los trabajadores
y comenzamos desde la Rel-UITA y
el Plenario Departamental de
Trabajadores a gestionar una operación
de rescate. Cuando finalmente logramos
llegar al lugar, los trabajadores
estaban en la ruta, tapados con trozos
de plástico porque llovía intensamente.
El Sindicato de Funcionarios de la Salud
Privada prestó sus instalaciones para
que alojáramos a los trabajadores
mientras nos comunicábamos con la
empresa y coordinábamos el regreso de
estos compañeros al norte del país, de
donde son originarios.
-¿Cómo llegaron estos trabajadores a
esta situación?
-Los trabajadores manifestaron que el despido se había
originado cuando ellos se negaron a que
el patrón les bajara el sueldo; la
empresa pretendió bajar el precio que
pagaba por bolsa de papa cosechada, de
30 a 20 pesos (1,5 a 1 dólar
aproximadamente).
Los trabajadores aceptaron el despido pero solicitaron
permanecer en las instalaciones de la
empresa hasta que se les liquidaran sus
haberes, que además de ser un derecho
del trabajador, en este caso, era además
una necesidad pues todos viven en Salto,
a unos 500 kilómetros del lugar de
trabajo. Ante esta postura, el patrón
amenazó que si no se iban de inmediato
llamaría a la Policía, y acto seguido
los obligó a subirse a un camión y los
dejó abandonados en la ruta donde unas
horas después los fuimos a buscar.
-¿El UTRASURPA se comunicó con la
empresa?
-Sí, personalmente llamé al dueño de la empresa para hacerle
saber que su conducta estaba equivocada,
y que como Sindicato íbamos a tomar las
medidas necesarias para defender los
derechos de los trabajadores, además de
denunciar este atropello -que no se dio
sólo en este hecho puntual- sino que
también está ligado a una situación de
precarias condiciones laborales que los
trabajadores registraron con las cámaras
de sus celulares. Se iban rotando para
registrar todo porque no contaban con
energía eléctrica para cargarlos.
-¿De qué se trata exactamente?
-El responsable de la empresa,
Eduardo
Berruti, los tenía en
condiciones de semiesclavitud, vivían en
el casco de un ómnibus totalmente
deteriorado, sin techo, sin puerta. Como
se llovía todo, los trabajadores dormían
en el portaequipaje del antiguo
vehículo. El baño era un pozo en el piso
que iban tapando y corriendo a medida
que se llenaba, una silla playera con un
orificio en el medio, oficiaba de
inodoro y unos palos cubiertos con
nailon negro eran las paredes del baño.
Eduardo Berruti les
llevaba una canasta de víveres cada 15
días
–la cual cobraba a su antojo– y
ovinos –muchas veces enfermos– como
alimento. Cabe destacar que una vez que
hablamos con el dueño sobre la decisión
del Sindicato, el abogado de la empresa
Berruti de Sosa presentó una
denuncia de abigeato contra los
trabajadores, poniendo como prueba los
huesos encontrados en la zona donde
habitaban, siendo que esos restos son de
los animales que el mismo patrón llevaba
para que los trabajadores consumieran.
-¿Qué medidas adoptará el UTRASURPA?
-En una primera instancia presentamos la denuncia ante el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
en la ciudad de Salto, en la Inspección
General de Trabajo y estamos realizando
una denuncia pública en los medios
locales y, a través de la Rel-UITA,
a nivel internacional.
Pretendemos que con las evidencias recabadas por los propios
trabajadores, las autoridades
competentes tomen medidas disciplinarias
con esta empresa.