Sirel
entrevistó a Henri Lindholm, secretario
general del Sindicato Finlandés de la
Alimentación y la Bebida (SEL), quien
informó sobre la firma el convenio
colectivo y sus alcances.
-¡Felicitaciones por el nuevo convenio colectivo!
-Bueno, sabemos y agradecemos vuestra
preocupación. En realidad
fue una gran lucha y el martes 18
firmamos el convenio. Se trató de la
cuarta propuesta del Conciliador del
Estado.
Logramos rechazar la mayoría de las pretensiones
de los empleadores de ampliar la jornada
de trabajo y deteriorar las condiciones
de empleo.
No habrá jornadas de 10 horas, ni
semanas de 50 horas.
Esos puntos polémicos fueron resueltos en
consulta con el grupo de trabajo durante
la conciliación y el proceso de
negociación. Ahora
SEL tiene el convenio firmado hasta el año
2014.
-¿Los satisface este nuevo convenio?
-Estamos muy satisfechos. Fue un largo proceso y
muy cansador para todos, por eso es
comprensible que exista decepción en
algunos compañeros y compañeras. El
aumento salarial no fue tanto, fue
solamente 1,5 por ciento para el primer
año.
Pero en lo personal, considero que es un
resultado justo.
-¿Qué es lo más destacable del convenio?
-Lo más importante es que logramos impedir que
los empleadores impusieran la ampliación
del horario laboral. No fue nada menor,
ahora el trabajo extraordinario depende
de la voluntad de cada persona y también
debe contar con la aprobación del
delegado sindical de planta. Además,
este convenio está más en línea con los
convenios de otros sectores.
-¿Cuál es tu evaluación?
-Creo que el Sindicato sale fortalecido. Hay
delegados sindicales que participaron
por primera vez en un conflicto,
estuvieron en los piquetes frente a las
fábricas. Es una experiencia valiosa.
Ahora, debido a este largo conflicto, contamos
con nuevos activistas y los empleadores
no lograron imponer sus peores cláusulas
ni debilitar al Sindicato.
Fue una batalla difícil, porque el Conciliador
actuó más afín con las posturas de los
empleadores. Es decir, luchamos en dos
frentes: con los empleadores y con el
gobierno. Con seguridad con una
administración menos conservadora, las
negociaciones no hubiesen sido tan
difíciles.
Hoy es hora de celebrar, respirar hondo y volver
al ritmo normal de trabajo. De agradecer
la solidaridad de otros sindicatos, como
el apoyo de los electricistas; de los
compañeros suecos que pararon los
repartos de empresas finlandesas en
Suecia; de los sindicatos de
Rusia
y de ustedes, de América Latina,
algo que valoramos profundamente.