Julio
Falla, presidente de la Federación Nacional
de Trabajadores, Sector Alimentos, Bebidas y
Afines (FNT-CGTP-ABA), conversó con Sirel
sobre los resultados de la recientes
elecciones generales en las que, por primera
vez en la historia de la República de Perú,
un Presidente es electo con el respaldo de
las provincias en donde viven miles de
peruanas y peruanos que han sido siempre
postergados y engañados.
-¿Cómo han recibido los trabajadores el
resultado de las elecciones?
-En las elecciones del pasado 5 de junio los
trabajadores apostamos por el cambio. El
proyecto de Ollanta Humala proponía
acciones de inclusión social con rostro
humano, y en el tema laboral la desaparición
de las tercerizadoras y de los Contratos
Administrativos de Servicios (CAS) en
el sector público, el respeto a los derechos
laborales de los trabajadores y el derecho a
la sindicalización.
-¿Cómo se expresó ese respaldo?
-Se reflejó en la campaña, pues como
Confederación General de Trabajadores del
Perú (CGTP) y la Federación
hemos divulgado el proyecto de Ollanta
Humala. Recorrimos el país para
conversar principalmente con los jóvenes
universitarios, para contarles cómo fue el
gobierno de Fujimori, y eso caló.
También fue importante el respaldo del
Premio Nobel de literatura Mario Vargas
Llosa, y del ex presidente Alejandro
Toledo, quien públicamente anunció que
apoyaba la candidatura de Ollanta.
-¿Por qué los trabajadores se inclinaron
por Ollanta Humala?
-Porque Keiko Fujimori representaba a
la dictadura de su padre, Alberto
Fujimori, y de su socio Vladimiro
Montesinos, gobierno que estuvo signado
por asesinatos, persecución, violaciones a
los derechos humanos, corrupción,
esterilizaciones forzadas de mujeres de la
sierra, del campo, de las zonas marginales.
No olvidamos que Fujimori fue quien
barrió los derechos laborales en el Perú,
cerró el Congreso de la República, eliminó
el Tribunal Constitucional, es decir,
desapareció el Estado de Derecho. Sabíamos
que, si salía elegida, quienes gobernarían
con Keiko Fujimori eran Rafael Rey
y Martha Chávez, entre otros
siniestros personajes que actuaron con su
padre. Lo cierto es que la mayoría no nos
dejamos ganar por las campañas del miedo
impulsadas por la ultraderecha y los grupos
de poder económico.
-¿Qué fue lo que más te impactó de la
campaña?
-El compromiso de los jóvenes
universitarios, quienes se lanzaron a la
calle liderados por la Coordinadora Fujimori
Nunca Más, que jugó un rol fundamental.
-¿Cuáles son las expectativas?
-Esperamos que el nuevo gobierno respete la
libre sindicalización, la libertad sindical
sin discriminación ni exclusión, que se
garantice el Trabajo Decente en el país, se
respeten las ocho horas de trabajo y los 30
días de vacaciones.
Que las utilidades sean repartidas justas y
equitativamente y que se corte el cerco
etáreo para que peruanos y peruanas mayores
de 30 años también puedan acceder a los
empleos, ya que actualmente lo hacen sólo
los más jóvenes; pero sobre todo esperamos
que termine la explotación de las
tercerizadoras, porque si una empresa crece
también lo debe hacer el número de
trabajadores. No es justo que se tercericen
sistemáticamente las áreas de producción.
También esperamos que se instale la
negociación tripartita: empresarios,
trabajadores y Estado, como lo hacen
Uruguay, Argentina y Ecuador.
-¿Han presentado alguna sugerencia al
Presidente electo?
-Como CGTP hemos presentado una hoja
de ruta para que a partir del 28 de julio
–fecha de asunción del nuevo Presidente-
comience una reestructuración urgente del
Ministerio de Trabajo (MINTRA).
Hay que hacerle una reingeniería total,
desde los inspectores laborales hasta los
funcionarios administrativos que otorgan los
registros sindicales, porque eso se ha
convertido en una mafia. Le hemos pedido a
Ollanta Humala que el nuevo Ministro
de Trabajo atienda a todos, no sólo al
empresariado, y que el organismo recupere la
labor tuitiva que tuvo antes de la dictadura
de Fujimori.
Esperamos que luego de la instalación del
nuevo gobierno cesen los atropellos de los
cuales hemos sido víctimas los trabajadores,
y que se fortalezca al movimiento sindical
en el país.
Formar un sindicato actualmente es casi un
delito, porque a las 48 horas despiden a los
dirigentes. Lo mínimo que le pedimos a este
nuevo gobierno es que ponga las reglas sobre
la mesa y las haga respetar.
Ahora compete a todos asegurar que este
gobierno sí cumpla, que se respeten los
derechos, que se haga justicia, que se
erradique la corrupción. Vamos a estar
atentos para que el nuevo gobierno honre sus
promesas. Hemos apostado por el cambio y
esperamos que no nos defraude.
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