Cerca
de dos mil afiliados de la Unión de Trabajadores del
Turismo, Hoteleros, y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA)
participaron ayer en la movilización que inauguró un conflicto que
se irá profundizando progresivamente con medidas de fuerza cada vez
más amplias. El Sindicato se apronta para una lucha prolongada.
-¿Cómo fue la movilización de ayer?
-Consideramos que fue exitosa porque hubo unos 1.700 trabajadoras y
trabajadores con los que fuimos a expresarnos ante la sede de la Asociación
de Empresarios de Capital Federal. Allí difundimos nuestra disconformidad
con respecto a las condiciones salariales del gremio, sobre todo en lo
atinente a los trabajadores en negro. La respuesta masiva a nuestra
convocatoria, a pesar de la escasa preparación que tuvo la medida, demuestra
que ante la negativa de los empresarios nuestro gremio está en disposición
de movilizarse ampliamente y reivindicar sus derechos.
La
movilización provocó que los empresarios nos llamaran para concertar futuras
reuniones. Nuestra respuesta fue que mientras ellos no acepten nuestras
reivindicaciones salariales no nos reuniremos nuevamente. Ya nos reunimos
muchas veces y de nada sirvió. Ellos contestaron que piensan que puede haber
una propuesta adecuada, y convocaron a los presidentes de todas las
Asociaciones de Empresarios del país a una reunión el martes 15 en la sede
de la Federación Empresaria que se encuentra aquí, en Buenos Aires. Por esto
hemos resuelto hacer otra movilización –esta vez con más tiempo y más
fuerte– ese mismo martes para expresar nuestra protesta ante todos los
dirigentes empresariales del país.
Igualmente, ayer se realizaron movilizaciones en las ciudades de Mendoza y
Comodoro Rivadavia, y se están programando otras para el jueves 10 en
Córdoba, Rosario, Bariloche y en las ciudades clave. Por supuesto que si
esto continúa estaremos movilizados todo el verano, en toda la costa,
manteniendo un conflicto permanente. También iniciaremos paros sorpresivos y
escraches en locales donde sabemos que hay trabajadores en negro y
subdeclarados. Las medidas de fuerza irán creciendo paulatinamente.
-Esta movilización puede afectar seriamente la afluencia de turistas a la
Argentina, así como el turismo interno.
-Totalmente. Y también porque después les va a tocar a los hoteles cinco
estrellas que se verán afectados por este conflicto. Nosotros ya les hemos
planteado nuestra posición, ellos están estudiando sus posibilidades de
atender nuestras reivindicaciones, pero esperamos hasta el martes, después
lanzaremos también allí el conflicto. Ya hicimos una movilización en el
hotel Sheraton,
donde se paró un Congreso al que asistían 1.500 personas que se vio
totalmente afectado. Entramos manifestando dentro del hotel, con nuestras
pancartas y nuestros bombos, entorpeciendo de tal forma la actividad que se
debió suspender.
-¿Cuáles son los ingresos de los trabajadores del sector?
-El salario mínimo se ubica en unos 250 dólares mensuales. A esto se llegó
con decretos gubernamentales, no por acuerdo con los empresarios. El
gobierno levantó el mínimo en unos 50 dólares, lo que provocó un
achatamiento de la escala salarial entre las categorías profesionales y de
establecimientos. Por ejemplo, hoy un trabajador de un hotel de cinco
estrellas está ganando lo mismo que otro de un local de una sola estrella.
Por eso planteamos un restablecimiento de las escalas salariales y la
diferenciación de los salarios entre categorías de establecimientos. Están
ocurriendo situaciones insensatas. Hay trabajadores de zonas netamente
turísiticas como algunas de Buenos Aires, donde los restoranes trabajan a
full mediodía y noche, se está pagando salarios más bajos que en La Quiaca,
una ciudad bien al norte de la Argentina, o que en la provincia de Salta,
donde a pesar de no ser una zona típicamente turística se pagan salarios más
altos que en Capital Federal o que en grandes establecimientos que trabajan
con la capacidad colmada. Esta barbaridad viene durando demasiado tiempo y
llegó el momento de decir: hasta acá llegamos. Porque hay empresarios muy
fuertes que se escudan detrás de aquellos mucho más débiles que no pueden
pagar los aumentos, se aprovechan de la situación para no dialogar, no
negociar y seguir pagando en negro. Han llegado a la perversión de pagarles
más a los que están en negro que a los declarados, porque a los primeros les
entregan parte de lo que deberían aportar a la previsión social.
-¿Se preparan para una lucha prolongada?
-Creemos que esto va a llevar tiempo, pero empezamos bien. Simultáneamente
con las movilizaciones, seguiremos dándole apoyo a un proyecto de ley que ya
fue aprobado en la Comisión Laboral de la Cámara de Diputados, en el que se
establecerá que los trabajadores del sector deben cobrar un porcentaje de
sus retribuciones de acuerdo a la productividad de los establecimientos
donde se desempeñan. Quiere decir que el salario del trabajador estará
vinculado a los ingresos de la empresa, para de esa manera no tener que
enfrentar los problemas de hoy. Los empresarios se oponen porque si prospera
esa ley, los trabajadores se convertirán en inspectores fiscales, porque al
controlar sus salarios sobre la venta real se eliminarían los márgenes de
evasión que existen hasta ahora.
Entrevista de Carlos Amorín
© Rel-UITA
10 de noviembre de 2005
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