dialogó con Luis Navarro,
secretario general del Sindicato “Armando Llanes”, para
conocer los últimos acontecimientos.
-¿Cómo sigue la situación en la
empresa?
-Desde que llegó el nuevo gerente
general en septiembre, Claudio Enrique Sales Costa,
introdujimos un paquete de trece puntos muy importantes,
pero sencillos y hasta fáciles de resolver, si es que
tuviera la voluntad de hacerlo.
Eran puntos que tenían que ver con el
respeto al Convenio Colectivo y, sobre todo, con
nuestros salarios y la estabilidad laboral.
Hasta la fecha, el señor Costa no ha
resuelto ninguno de esos puntos y nos ha estado
“entreteniendo”, aduciendo que él no estaba cuando se
tomaron acuerdos o pidiéndonos más tiempo para
“compenetrarse con los problemas existentes”.
Sin embargo, hemos sido víctimas del
deterioro de los beneficios y de nuestros salarios.
-¿Puede dar algunos ejemplos?
-En todas las áreas teníamos el
beneficio de poder comprar un queso que era sólo para
los trabajadores y no era de venta abierta.
La bolsa de 5 libras se vendía en 23
córdobas (1,3 dólar). El nuevo gerente decidió
unilateralmente ponerla en venta abierta y aumentarlo a
50 córdobas (2,8 dólares), disminuyendo la capacidad
adquisitiva del trabajador y quitando un beneficio que
está protegido por la Ley de Beneficios Adquiridos.
Consideramos esto como una agresión,
tanto al salario como a la legislación nacional.
La afectación del salario se está
dando en dos vías. En el Área de Venta se están
aumentando los precios de los productos por lo cual
disminuyen los volúmenes de venta y, por tanto, baja
también el ingreso de los trabajadores porque en esta
Área, donde se desempeñan casi 200 personas, los
operarios cobran por comisión.
Calculamos una disminución de entre
500 y 1.000 córdobas (28 y 56 dólares) en nuestros
salarios.
Al mismo tiempo, se están retirando
algunos productos y esto afecta a más de 60
trabajadores.
-¿Y en el tema laboral?
-Hemos visto un acrecentamiento de la
represión hacia los trabajadores. De manera unilateral
se retomaron los juicios laborales que se habían
detenido y congelado después de la huelga general y los
Acuerdos del marzo pasado. Existe una acción bastante
acelerada de obtener resoluciones en contra de los
trabajadores con el aval del Ministerio del Trabajo (Mitrab).
Ya fueron despedidos cinco trabajadores y se les está
negando sus liquidaciones.
Todo esto había quedado plasmado en
los Acuerdos de marzo, donde con el antiguo gerente, el
doctor Borgogna y el Ministro del Trabajo, habíamos
acordado “revisar” todos los casos pendientes de
despido. El espíritu de los acuerdos era congelar estos
despidos y de no agilizarlos. Ahora, el nuevo gerente no
los quiere reconocer, aduciendo que no fue él quien los
firmó.
Además, se está violentando el Código
del Trabajo porque a los trabajadores no se les quiere
reconocer su derecho a la liquidación.
Son trabajadores que a lo largo de
los años han demostrado ser disciplinados y buenos
obreros. Hay una persecución sindical contra de ellos.
Les anotaban faltas y causales inexistentes, creaban
mecanismos de acusación de mutuo acuerdo con algunos
funcionarios del Mitrab.
-¿Cuántos otros juicios están
pendientes de resolución?
-Todavía quedan doce juicios, y Sales
Costa nos aseguró que no va a seguir promoviendo estos
juicios. Él utiliza mucho la retórica y quiere que le
creamos, pero la verdad es que vino a matar a la empresa
y al sindicato. Nos preocupan, por ejemplo, algunas
expresiones que utilizó en nuestra presencia. Dijo que
para él dos meses en este país es mucho tiempo. Como que
piensa resolver algo que no sabemos qué es en menos
tiempo. Hasta el momento no ha resuelto nada, antes
bien, causó más conflicto.
-¿Siguen con la idea de que el
objetivo sea descapitalizar a la empresa, para después
venderla?
-Hemos visto una disminución de la
producción. Hoy, por ejemplo, no vino la cantidad de
leche que debe de entrar en la empresa. Faltaron casi 10
mil galones, lo que representa el 20 por ciento del
flujo diario. Hablamos de productos que no están
saliendo al mercado por los canales debidos. Se ha
suspendido la distribución de algunos productos y se van
a suspender otros más. Tenemos información de que
pretenden declararse en quiebra, vender la parte
italiana, negociar su dinero y dejar a los trabajadores
en la indefensión. Están apuntando a una
desestabilización económica y a una descapitalización de
la empresa, para después declarar la muerte del
sindicato. Nos van a ofrecer nuestra liquidación, pero
no estamos pidiendo esto sino que exigimos el derecho al
trabajo.
-En estos días se está hablando
mucho de una nueva empresa de capital nacional,
CENTROLAC, que va a comenzar a operar el próximo enero.
¿Tiene algo que ver con esta situación?
-Cuando se comenzó a construir
CENTROLAC había un gran rótulo que decía “Centro de
Acopio de Parmalat”. Ahora se llama CENTROLAC y surge
como una empresa autónoma. No tenemos informaciones
exactas de quiénes son los socios, pero parece que
detrás está el Grupo Lafise, dueño del 49 por ciento de
las acciones de Parmalat Centroamérica SA.
CENTROLAC está perfilada para la
exportación y no para el mercado nacional, aunque
quieren hacer creer lo contrario. Así que no representa
una competencia para Parmalat. La verdadera competencia
de Parmalat es la propia Parmalat, por su actitud
antiobrera y antisindical.
-¿Creen que un cambio de dueño
podría ser un problema para los trabajadores?
-No tenemos inconvenientes sobre
quién va a ser el dueño de Parmalat y aceptamos la
reorganización que quieren hacer, siempre y cuando se
respete la estabilidad de los trabajadores y quede
intacta la estructura del sindicato.
Siempre pasa lo mismo. Te dicen que
te van a dar la liquidación y que te van a recontratar,
pero después recontratan con discrecionalidad.
Lo que creemos es que de los actuales
600 trabajadores recontratarán sólo a 200, y para echar
a andar la producción contratarían a 400 nuevos
trabajadores. De esa manera desbaratarían a la
organización sindical. En una segunda etapa eliminarían
los 200 trabajadores que hayan quedado.
Es una agresión brutal en contra de
los trabajadores y del sindicato, y estamos planeando
medidas para defender nuestro trabajo, que consideramos
una prioridad.
-¿Cuándo creen que la empresa
podría concretar ese plan?
-El período más delicado entre las
festividades tradicionales de diciembre y antes de la
toma de posesión del nuevo Presidente de la República
–el 10 de enero de 2007-, porque habrá muy poca atención
por parte de los medios de comunicación para un problema
como el nuestro. Estamos convencidos de que nos quieren
atacar y destruir en ese momento, y al mismo tiempo se
quiere enviar un mensaje político al país. La situación
nos preocupa mucho, y también por eso estamos esperando
hacer oficial nuestra afiliación a la UITA. Estábamos
esperando la llegada a Nicaragua del Secretario general
de la Rel-UITA para organizar una Asamblea General pero,
al mismo tiempo, ya hemos desarrollado la discusión
interna con todos los trabajadores y hay un total
consenso.
-Falta un mes y medio para la toma
de posesión del nuevo Presidente. ¿Qué esperan del nuevo
gobierno? ¿Creen que ese cambio pueda de alguna manera
ayudar a mejorar las relaciones entre empleados y
empleadores?
-Somos un sindicato gremial y vamos a
seguir defendiendo los derechos de los trabajadores con
cualquier régimen socioeconómico y sociopolítico que
exista, e independientemente del partido que esté en el
gobierno. Vamos a tener una posición gremialista, y esto
lo hemos decidido a nivel de dirigencias sindicales del
país, durante un encuentro a nivel nacional que hubo la
semana pasada.
La posición gremial de las
organizaciones es el futuro para los trabajadores. El
hecho de que pronto va a asumir un gobierno que, en los
años 80, tuvo un papel muy beligerante a favor de la
clase trabajadora, no significa que las cosas vayan a
ser iguales. Por lo tanto, las organizaciones sindicales
vamos a mantener un perfil gremialista y vamos a
defender los derechos de los trabajadores frente al
empleador, independientemente de su posición política.
Lo que sí percibimos es que hay una
intención por parte del Grupo Lafise y del representante
interventor del gobierno italiano, de destruir la
organización sindical antes del 10 de enero. Para
destruir al sindicato son capaces de destruir hasta la
empresa, pero cualquier cosa que ocurra le vamos a dar
una gran difusión nacional e internacional.
-¿Tuvieron últimamente algún
contacto con el Ministerio del Trabajo?
-Con el Mitrab vamos a tener una
reunión en los próximos días. Le vamos a pedir al
Ministro que, en los días de gestión que le quedan les
oriente decencia a sus funcionarios en vista del
espíritu de los Acuerdos de marzo. Fueron los
funcionarios del Mitrab quienes avalaron los cinco
despidos, y eso está violentando lo que el Ministro
había firmado y que, ahora, el nuevo gerente de Parmalat
Centroamérica S.A. no quiere reconocer.
Mientras el gerente Sales Costa no
mande señales claras de que la percepción que nosotros
tenemos de él es equivocada, vamos a seguir creyendo lo
mismo, y si hay que luchar, vamos a luchar.