Manuel Bonmati es secretario confederal de Relaciones
Internacionales de la Unión General de Trabajadores (UGT).
“Manolo”, como le llaman sus amigos desde siempre, viene del
sector de la hostelería y fue integrante del Comité
Ejecutivo Mundial de la UITA. Con él conversamos sobre la
huelga general del 29-M y sus repercusiones.
-¿Qué evaluación haces de la huelga?
-Ha sido un éxito. Los
trabajadores estamos muy molestos por las medidas que de
manera unilateral ha tomado el gobierno conservador del
Partido Popular en relación con la reforma laboral.
-La huelga contó con un trabajo previo muy importante…
-Llevamos aproximadamente
dos meses de asambleas locales en las distintas provincias y
comunidades autónomas de todo el país, así como en las
fábricas y en los centros de trabajo, motivadas por la
preocupación de los sindicatos con el objetivo final de esta
reforma.
Por esta razón, cuando se
hizo la convocatoria para la huelga general, la respuesta
fue muy satisfactoria.
El apoyo a la huelga se
expresó principalmente de tres maneras: en algunos sectores
se llegó al 85 por ciento de adhesión, principalmente en los
sectores neurálgicos como transporte, industria y,
fundamentalmente, los servicios públicos. Otro indicador
fue la caída del consumo eléctrico a niveles equivalentes a
los que se registran un fin de semana o un día festivo.
Finalmente, las manifestaciones que se desarrollaron el 29
al mediodía y por la tarde en 120 puntos distintos del país,
dejan en evidencia la importancia de esta medida.
-El gobierno no esperaba tanta adhesión.
-No. Como sabes, el
gobierno ganó las elecciones por mayoría absoluta. En primer
lugar ganó las elecciones municipales, luego los gobiernos
regionales, también los gobiernos de comunidades autónomas y
finalmente las elecciones generales.
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Podríamos asegurar que el clima político en este
momento en España ha cambiado, con una derecha
con mucho poder institucional, pero con una
devaluación paulatina muy acelerada, ante la
opinión pública y especialmente ante los
trabajadores. |
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Estaban aún pendientes los
resultados de las elecciones en Andalucía que, por lo que
venía sucediendo a nivel nacional, podía suponerse que allí
también tendría una victoria aplastante la derecha más
ultraconservadora española.
Entre las elecciones en
esa región y la huelga han pasado cuatro días. En Andalucía,
aún habiendo ganado, el Partido Popular, no puede constituir
gobierno y habrá un gobierno de coalición entre la Izquierda
Unida y el Partido Socialista. Y luego se han topado con
otro resultado que no esperaban: la contundencia de la
huelga y las manifestaciones de los trabajadores y
trabajadoras.
Podríamos asegurar que el
clima político en este momento en España ha cambiado,
con una derecha con mucho poder institucional, pero con una
devaluación paulatina muy acelerada ante la opinión pública
y especialmente ante los trabajadores.
-El clima de buena convivencia y coordinación entre las
Comisiones Obreras y UGT fue un mensaje muy fuerte para
todos los trabajadores.
-En España está muy
enraizada en la cultura sindical, la unidad de acción entre
la UGT y Comisiones Obreras, especialmente
para los grandes temas.
No es posible pensar en
una movilización de estas características si no están las
dos Confederaciones unidas. Esa unidad de acción se ha ido
fortaleciendo, y últimamente está muy consolidada. En estos
dos meses de campaña a los que hacía referencia antes, hemos
luchado, hemos estado en las distintas asambleas regionales,
barriales, de fábrica y fue un trabajo conjunto entre las
dos organizaciones.
Esto ha dado mucha
convicción a los trabajadores de que, ante a la situación
que estamos viviendo como consecuencia de la crisis en
Europa, las dos grandes Confederaciones de la clase
obrera española no vamos a permitir que se erosionen los
derechos de los trabajadores.
Esta unidad de acción ha
tenido un día histórico: por primera vez en los últimos 30
años de democracia en España, el pasado 9 de marzo se
reunieron por separado los órganos de gobierno de la UGT
y de CCOO para discutir como organizaciones y dentro
de sus estatutos, la decisión que se iba tomar.
Las dirigencias de ambas
centrales obreras se convocaron el mismo día en sus
respectivas sedes a las 9 de la mañana. Al mediodía, los
compañeros y compañeras de CCOO, que estaban reunidos
en su Consejo Confederal -órgano máximo entre Congresos-, se
desplazaron hasta la sede de la UGT y se reunieron
con el Comité Confederal de esta última y se hizo un acto
unitario para ratificar conjuntamente la decisión,
convocando a la huelga.
Esto fue un hecho histórico. Además, el mensaje inequívoco
que se desprende de esa Asamblea es que estamos juntos para
combatir las medidas impuestas por el gobierno.
-Y en ese día histórico estuvo la UITA…
-(Sonrisa). Es cierto,
contamos con tu presencia y la de Norberto Latorre. Y
vuestra participación representó el compromiso y la
solidaridad no solo de la Internacional, sino también del
movimiento sindical latinoamericano que el día de la huelga
se manifestó de una manera muy comprometida y entusiasta.
Por ello quiero aprovechar
la ocasión para hacer llegar nuestro agradecimiento por
intermedio de ustedes, a todas las organizaciones afiliadas
a la UITA, que el día de la huelga manifestaron su
respaldo frente a las embajadas de España en los
distintos países.