Del 6 al 9 de mayo, en Toledo, sesionó
el 4to. Congreso de la Federación de Comercio, Hostelería,
Turismo y Juego (FCHTJ – UGT). Allí
tuvimos oportunidad de entrevistar a
Manuel Bonmati, secretario confederal de
Relaciones Internacionales de UGT.
“Manolo”, para quienes lo conocemos y
apreciamos, evaluó la marcha del
Congreso y los desafíos de la
Federación.
-Estás participando del 4to. Congreso de
tu Federación…
-Pues sí, yo vengo del sector de la
hostelería, de la Federación Unificada
de Hostería, Comercio, Turismo y Juego.
Fui el primer secretario general de la
entonces Federación Estatal de
Trabajadores de Hostelería.
-¿Cómo ves a esta Federación?
-La veo muy saludable. Hay algunos datos
que hablan de su salud: desde el último
Congreso a aquí, hace cuatro años,
notamos un incremento significativo en
la afiliación. Además hay una presencia
importante de delegados y delegadas
jóvenes, cosa a la que le damos una gran
importancia en la Unión General de
Trabajadores (UGT), porque creo que una de
las mayores dificultades que tenemos es
cómo afiliamos los colectivos jóvenes en
el movimiento sindical de cualquier
país, y lo más importante, en este
Congreso hay una representación de
mujeres que llega a un 44 por ciento del
total de delegados y delegadas. Un
reconocimiento que no es ficticio porque
los sectores que engloba esta Federación
son mayoritariamente femeninos. Por
tanto es un reconocimiento de facto del
papel real que la mujer tiene en los
sectores de la hostelería y del
comercio.
-Y el niño se ha hecho grande…
-Sí, el niño se ha hecho grande, es muy
cierto, y nos llena de satisfacción. Por
allá en los últimos años de la dictadura
de Franco, sobre todo a partir de
la reconstrucción de la democracia en
nuestro país, tuvimos que reconstruir
todas las estructuras sindicales. Y digo
que tuvimos que reconstruir, porque uno
no puede perder de vista que la UGT de España
es la segunda o tercera confederación
más antigua de Europa. Nació en
1888, hace 120 años, pero el golpe de
Estado y la dictadura prácticamente nos
aniquiló, tuvimos que reconstruirlo
todo, desde la nada, desde las células
clandestinas.
Cuando menciono la satisfacción de ver
al niño ya mayor, es porque uno ha
acompañado a la Unión General de
Trabajadores en su reconstrucción
durante estos 30 años. Y hoy uno puede
ver gente joven, mujeres con mucha
ilusión, con una estructura muy sólida
de representación de los trabajadores,
con grandes problemas que tenemos por
medio, pero al menos con un instrumento
que se consolida cada vez más para
defender sus intereses ante esta rapiña
del beneficio empresarial, esa visión
miope de que la desregularización y el recorte de derechos y
beneficios, es lo mejor.
Ésta es una Federación de futuro, de
mucho futuro.
Bueno, y yo, que voy camino a la
jubilación -éste es mi último mandato
como secretario internacional de la
UGT-, tengo
la satisfacción de que me puedo ir
tranquilo a casa con dos ideas: primero, lo que
me correspondía hacer en mi tiempo se ha
hecho, y segundo, los trabajadores
tienen un formidable instrumento en la
UGT y en esta Federación para
seguir defendiéndose.