De enero a junio de este año, 6.550
trabajadores y trabajadoras perdieron su empleo
en el sector privado afectando gravemente la
estabilidad laboral en el país. De ahí el grito
de alarma que lanzó en conferencia de prensa la
Confederación Sindical de Trabajadores “José
Benito Escobar” (CST-JBE), que integra la
Federación Unitaria de Trabajadores de la
Alimentación de Nicaragua (FUTATSCON), afiliada
a la UITA
Sirel
conversó con Miguel Ruiz, de la
Confederación Sindical de
Trabajadores “José Benito Escobar” (CST-JBE),
para conocer cómo se generó esta crisis y cuáles
son las demandas de esta organización para
hacerle frente a esta situación.
-¿Cuál fue la denuncia que presentaron?
-Como CST-JBE, que aglutina a varias
federaciones y sindicatos a nivel nacional,
hemos visto con mucha preocupación cómo en los
últimos seis meses hubo un fuerte incremento en
los despidos de trabajadores y trabajadoras del
sector privado, y también el cierre de
operaciones de diferentes empresas. Cuatro
empresas han cesado su actividad y se han ido
del país sin pagarles sus prestaciones a los
trabajadores, y hay otras que están en este
proceso. Estamos hablando de aproximadamente
6.550 trabajadores y trabajadoras que perdieron
su empleo de enero a junio de 2007.
-¿Qué sectores han sido los más afectados por
esta situación?
-El de la maquila, pero hay problemas también en
el sector de la construcción y de la producción
de fármacos. Para nosotros representa un
problema extremadamente grave y tenemos que
averiguar qué es lo que está pasando. Si
Nicaragua firmó un TLC con Estados
Unidos, Centroamérica y República
Dominicana (CAFTA), que se supone les
otorga un sinnúmero de beneficios a los
inversionistas, ¿por qué estos cierres y
despidos indiscriminados?
-¿Cuál es la justificación de los empresarios?
-Se justifican diciendo que hubo una reducción
de las órdenes de compra por parte de las marcas
internacionales hacia los subcontratistas
nacionales, y que por esta razón se han visto
obligados a reducir la fuerza laboral e
inclusive, en algunos casos, a cerrar
completamente.
-¿Cómo evalúan ustedes esta justificación?
-La vemos como muy sospechosa, porque, por
ejemplo, en el caso de la maquila, Nicaragua
firmó el CAFTA en condiciones ventajosas
y goza de un TPL (Tratado Preferencial)1
de 100 millones de metros cuadrados de tela, por
lo que no debería haber justificaciones para que
existan despidos, ni mucho menos cierre de
empresas. Por otro lado, es aún más sospechoso
que las autoridades del gobierno y las empresas
no estén diciendo nada sobre esta problemática.
Es por eso que hemos decidido hacer esta
denuncia pública y pedirle al gobierno y a las
empresas que den una explicación de por qué no
se están tutelando los derechos de los
trabajadores, por qué estas empresas están
cerrando y por qué la reducción del 30-40 por
ciento de las órdenes de compra de las grandes
marcas estadounidenses.
-¿Ustedes ya tienen algunas hipótesis de lo que
podría estar pasando?
-Creemos que hay varias razones posibles. A
algunas de estas empresas se les está venciendo
su período de exoneración fiscal y arancelario
que es de diez años. Como ya ocurrió en el
pasado, estas empresas cierran, cambian de razón
social, despiden a la gente y vuelven a abrir en
otro lugar y con otro nombre. Otra hipótesis es
que exista una forma de presión hacia el
gobierno por parte de las marcas estadounidenses
para generar una crisis interna. Una tercera
hipótesis podría ser la presencia de China
en el mercado mundial y su capacidad de ofrecer
condiciones más ventajosas para los
inversionistas.
El Ministero de Industria y Comercio (MIFIC)
y el Ministerio del Trabajo (MITRAB)
deben explicar qué es lo que está pasando y qué
piensan hacer en los próximos meses, porque no
se trata solamente de empresas que cierran
operaciones, sino que en muchas de ellas siguen
también las violaciones a los derechos laborales
y sindicales de los trabajadores.
Pedimos también al Poder Judicial que resuelva
todos los conflictos de índole laboral que
tienen más de tres años de estar en esta
instancia, y que aún no han sido resueltos.
-El presidente Daniel Ortega acaba de inaugurar
la instalación de diferentes mesas de trabajo
entre gobierno y empresas privadas, para acordar
estrategias económicas y productivas en áreas
muy sensibles para el país, como son la zona
franca, la agroindustria y el sector
agropecuario, entre otras. ¿Como evalúan el
hecho de que no se haya invitado a las
organizaciones sindicales?
-Para nosotros es fundamental poder reunirnos
con el sector gubernamental y empresarial para
exponer la realidad desde nuestra perspectiva
socio-laboral, el tema de la inversión, de los
derechos humanos, laborales y sindicales y el
tema medio ambiental. Hasta la fecha no lo hemos
podido hacer porque no se nos ha tomado en
cuenta, y nos pareció desacertado por parte del
gobierno que en esta oportunidad ni siquiera se
invitara a los representantes sindicales del
país. Precisamente por esto estamos haciendo un
llamado al gobierno, para que reflexione. Aquí
no puede haber desarrollo marginando a la parte
sustantiva que somos los trabajadores y las
trabajadoras. Como movimiento sindical tenemos
una visión de desarrollo y planteamientos serios
que queremos hacer alrededor de qué tipo de
inversión y desarrollo necesita este país, qué
tipo de empleo y capacitación necesitamos los
trabajadores. En Nicaragua necesitamos
respuestas integrales y una inversión seria y
responsable, que no quite derechos laborales. No
necesitamos inversiones que vengan a pisotear y
a condicionar la libertad sindical y la
negociación colectiva.
Sin lugar a dudas, son importantes el capital y
los inversionistas, pero también es importante
nuestra fuerza de trabajo y lo que nosotros
podamos opinar. Si queremos desarrollo
económico, político y social tenemos que
ponernos de acuerdo los actores fundamentales y
las fuerzas productivas, y allí estamos los
trabajadores.
En Managua,
Giorgio Trucchi
© Rel-UITA
6 de julio
de 2007 |
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1
- Nicaragua es el único país en la región
en obtener un trato preferencial en el rubro
textil vestuario en la negociación del CAFTA
a través de los TPL, que permiten
importar tela de terceros países por un periodo
de diez años y que los productos terminados
entren al mercado norteamericano libres de
aranceles, considerados completamente como
“productos CAFTA”, es decir elaborados en
la región con materiales originados de esta.
Fotos: Giorgio Trucchi