-¿Podrías hacer un breve resumen del
conflicto?
-Nuestro reclamo tenía base
esencialmente en la intención
manifestada nuevamente por
Quilmes-InBev de reestructurar su
relación con las distribuidoras. Si ese
propósito se hubiese concretado se
habrían perdido miles de fuentes de
trabajo. Adicionalmente, se había creado
otra zona de conflicto porque las
propias distribuidoras no habían pagado
completamente el salario de junio ni los
aguinaldos y premios correspondientes.
En ese marco, realizamos una
movilización que duró ocho días.
-¿Qué tipo de acciones se tomaron?
-De diverso tipo, desde distribución de
volantes, marchas, concentraciones,
hasta el intento de montar un campamento
frente a la embajada de Brasil
que fue reprimido por la Policía. Pero
lo más importante es que, en
coordinación con la Federación Argentina
de Aguas Gaseosas y Afines (FATAGA),
se paralizó la producción de Pepsi
Cola y de cerveza en todo el país, y
se bloquearon los depósitos y las
plantas. Fueron ocho días de permanencia
en la calle, desafiando el intensísimo
frío que azotó nuestro país, donde se
registraron temperaturas extremadamente
bajas, pero nadie aflojó ni un milímetro
en la lucha.
-Hasta que finalmente se produjo el
acuerdo. ¿Cuáles fueron las condiciones?
-Las condiciones fueron que las
distribuidoras pagaran íntegramente lo
adeudado. La gente ya está cobrando hoy
por la mañana. Y, por supuesto,
retiraron la propuesta de reestructura,
esperamos que de manera definitiva.
Quiere decir que no se perderá ningún
empleo a nivel de la distribución. Por
parte nuestra, se reiniciaron las
actividades en las plantas y procedimos
a desbloquear los depósitos.
-¿Cómo recibió la gente este éxito tan
rotundo?
-Ayer se realizó una concentración
callejera con la presencia de una enorme
cantidad de compañeros, y allí
anunciamos los resultados de la lucha.
La gente manifestó su alegría y su
agradecimiento a la organización gremial
que no hizo sino conducir una lucha que
ellos mismos sostuvieron en la calle.
Creo que hubo una gran satisfacción
general.
-¿Cómo evaluaron la presencia de la
solidaridad internacional?
-Fue fundamental, no sólo la
preocupación permanente del secretario
regional de la UITA, Gerardo
Iglesias, y la exposición
internacional que tuvo el conflicto,
sino también el material de antecedentes
que nos acercó para poder probar que
esta empresa transnacional utiliza las
mismas metodologías en todas partes, y
que ahora pretendía hacer lo mismo en
Argentina. Así que estamos muy
agradecidos por la calidad del apoyo
recibido.
Carlos
Amorín
©
Rel-UITA
13 de
julio de
2007 |
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Foto: AP