En Guatemala
acaba de asumir un nuevo gobierno de derecha a cuyo frente se encuentra Otto
Pérez Molina, un ex militar acusado de haber participado en el pasado en hechos
violatorios de los derechos humanos. Sirel dialogó con Noé Ramírez, secretario
general del Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izabal (SITRABI), para
conocer detalles sobre las condiciones de seguridad de los dirigentes
sindicales.
-¿Cuál es la
situación de seguridad para ustedes en este momento?
-Desde el
asesinato de nuestro secretario de Finanzas, Idar Joel Hernández Godoy,
el 26 de mayo de 2011, el caso más grave que estamos padeciendo es el de nuestra
secretaria de Organización, Prensa y Propaganda, Selfa Sandoval Carranza,
que viene siendo amenazada de manera constante.
Apenas un mes
después del asesinato de Joel, ella regresaba en un vehículo por la
ruta hacia Morales luego de realizar una actividad sindical, cuando fue
perseguida por dos hombres en moto que no lograron alcanzarla.
Cabe señalar
que éste ha sido el método más habitual de asesinato para muchos dirigentes
sociales: la emboscada en motos. Así mataron a Joel.
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La compañera Selfa recibe llamadas telefónicas insultándola y
amenazándola de muerte. |
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Selfa
también recibe llamadas telefónicas insultándola y amenazándola de muerte.
-¿Aún hoy
continúan?
-De manera
constante, y se podría decir que hasta el día de hoy.
-¿Cómo están
reaccionando ustedes ante este acoso?
-La semana
pasada se ha presentado otra denuncia por una llamada que le hicieron a su
celular.
-¿Qué han
hecho la Policía y la justicia al respecto?
-Ellos no
hacen nada, solamente reciben la denuncia pero las engavetan, no le dan trámite.
Nos empiezan a interrogar a nosotros, si sabemos quiénes eran, si tomamos la
matrícula de la moto, si sabemos por qué nos amenazan, en qué “estamos metidos”,
y a partir de ahí más vale salir de la estación de Policía... Simplemente nos
dicen que archivan el caso.
-¿Cuál es la
razón de estas amenazas?
-No lo
tenemos claro. No podemos poner este acoso dentro del marco de relaciones que
mantenemos con la empresa Bandegua, porque no tiene puntos en común.
Parece
tratarse más de una estrategia que surge de otros centros de decisión más
amplios, quizás a nivel nacional, de mantener una intimidación permanente contra
las organizaciones sociales de Guatemala.
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Desde enero, cuando asumió el nuevo gobierno de Otto Pérez Molina,
se me retiró la seguridad personal con el argumento de que no la
necesito. |
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-¿Cómo está
tu situación personal de seguridad?
-En estos
últimos tiempos las amenazas y seguimientos han amainado, sobre todo mientras
tuve custodia oficial de seguridad otorgada por el gobierno anterior. Pero desde
enero, cuando asumió el nuevo gobierno de Otto Pérez Molina, se me retiró
esa seguridad personal con el argumento de que no la necesito.
Hemos
solicitado una audiencia con el Ministro de Gobernación, el ex militar
Mauricio López Bonilla, pero nos recibieron solo unos asesores del
viceministro. Dijeron que harían una “evaluación de riesgos”, y en función de lo
que analicen, decidirían si es necesario proporcionarme seguridad personal o no.
-¿Cuándo fue
ese encuentro?
-La semana
pasada. Por supuesto también estamos pidiendo seguridad para Selfa, que
además coordina en Guatemala el departamento Mujer de la Coordinadora
Latinoamericana de Sindicatos Bananeros (COLSIBA) y es miembro del Grupo
Profesional de Trabajadores Agrícolas de la UITA (GPTA).
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