México

Con Enrique Ramos, del STIASRM

Se abre un impasse

para continuar negociando

 

 

La huelga estalló el pasado 16 de noviembre con el objetivo esencial de lograr la jubilación debida a más de 3.000 trabajadores que están esperando que la industria aplique el derecho que les da el Reglamento de Jubilaciones de 1998 al cumplir 60 años de edad y 35 de servicio. El conflicto entra ahora en una nueva etapa de negociaciones con un nuevo plazo que expira el 20 de enero de 2007. Si en esa fecha no se llegó a un acuerdo, se reiniciará la huelga.

 

-¿Cuáles eran las trabas en la negociación? 

-Los industriales proponían que antes que nada debatiéramos el incremento salarial y después los demás aspectos contractuales, dejando a consideración de una comisión el estudio del tema jubilatorio que, en su propuesta, debía ser tratado como último punto. Viendo que estábamos demorando en ponernos de acuerdo y se terminaba el plazo de la negociación, buscamos una prórroga para continuar las conversaciones. Evaluamos que era el momento de darle un nuevo aire a esta negociación, y hemos resuelto prorrogar el plazo sólo hasta el 20 de enero de 2007 –la patronal pretendía hasta el 31 de ese mes- para llegar a un acuerdo sobre las jubilaciones, que continuará siendo el punto primero y esencial de nuestra movilización.

 

-¿Por qué el 20 de enero?

-Esta fecha no es caprichosa, sino que es el momento en el cual los 58 ingenios de los 15 estados mexicanos están al 100 por ciento en su molienda, mientras que ahora sólo lo están tres de ellos. Si antes de ese día no hemos obtenido el acuerdo de la industria para el pago de las jubilaciones, estallará nuevamente el movimiento de huelga.

 

-¿Cómo se vivió la huelga en las bases?

-Podemos decir con todo orgullo que el acatamiento a nuestro sindicato fue total, no entró ni un solo trabajador a ninguno de los ingenios concernidos por esta huelga que, repito, son 58 en todo el país. Asimismo, y como muestra de  que este compás de espera no es producto de un desgaste ni desánimo, hemos obtenido el 100 por ciento del pago de los salarios y prestaciones correspondientes a los días de huelga.

 

-¿De qué manera incidió que simultáneamente con la huelga se estuviese desarrollando en México DF la III Conferencia Latinoamericana de Trabajadores de la Industria Azucarera?

-Fue muy oportuno, porque los trabajadores azucareros de los demás países latinoamericanos acordaron apoyar plenamente a nuestro sindicato. Y los telegramas y correos electrónicos que por cientos llegaron a la Presidencia de la República, así como a las secretarías de Trabajo y de Agricultura, nos dieron la pauta de que estábamos en condiciones de acordar esta prórroga en situación de gran fortaleza. Hemos rugido, y aún podremos sacar todas las garras. Las negociaciones continuarán ya a partir de la próxima semana, pero hoy mismo, martes 28, nos reuniremos con el secretario de Trabajo del gobierno entrante, el doctor Javier Lozano Alarcón.

 

-¿Cuál fue el aporte de la solidaridad internacional en este conflicto?

-Quiero subrayar especialmente que el Sindicato Azucarero, realmente no tiene cómo agradecer la solidaridad recibida de todas las organizaciones afiliadas a la UITA. Esto demuestra que la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Industria Azucarera, a pesar de haber sido creada en la reciente 13 Conferencia de la Rel-UITA, ya tiene una fuerte capacidad de movilización y de acción conjuntas. Y una vez más quiero resaltar lo oportuno de la III Conferencia y la decisión con la cual la Secretaría Regional nos acompañó en estos momentos, cuando inclusive nuestro secretario regional, Gerardo Iglesias, todavía se encuentra en nuestro país.

 

 

 

Eduardo Esquivel

 

En su condición de coordinador del Sindicato de Trabajadores de la Industria Embotelladora de México (STIE), participó en la III Conferencia Latinoamericana de Trabajadores de la Industria Azucarera que tuvo lugar entre el 22 y el 24 de noviembre en Ciudad de México. Durante su intervención se refirió a la huelga azucarera de esta manera:

 

“Compañeras y compañeros: estoy muy preocupado por el conflicto y la huelga que está llevando adelante nuestro sindicato hermano, el STIASRM. Pero quiero decirles que, a la vez, estoy muy tranquilo. Y lo estoy porque al frente de ese sindicato se encuentra el compañero Enrique Ramos, que es uno de los últimos dirigentes aún activos proveniente de una generación que hizo escuela en nuestro país. Enrique es un luchador, un trabajador incansable. A él nunca se le vio en las fiestas y banquetes, sino recorriendo palmo a palmo el territorio del sindicato, conviviendo permanentemente con sus bases, compartiendo su suerte, sus penurias y alegrías. Estoy seguro de que ‘Quique’ Ramos pondrá todo lo suyo para que esta movilización azucarera sea un éxito. Y así será”.

 

Carlos Amorín

© Rel-UITA

28 de noviembre de 2006

Carlos Amorín

 

 

 

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