Alegando una
disminución en las exportaciones, y además
de dar vacaciones colectivas a más de 12.000
trabajadores en todo el país, la empresa
Sadia rescindió el contrato con la empresa
frigorífica Nicolini ubicada en las
localidades de Garibaldi y Nova Araçá, en el
sur de Brasil. Esto dejó a miles de
trabajadores en la calle. Sirel dialogó con
Siderlei de Oliveira, presidente de la
Confederación Nacional de Trabajadores de la
Industria de la Alimentación (CONTAC), quien
comentó el impacto de esta acción de Sadia y
las medidas que tomará la Confederación para
paliar los efectos de esta crisis
-¿Cuál es la situación que se está viviendo
actualmente en la industria avícola en la
región sur de Brasil?
-Los despidos no se dieron directamente en Sadia, pero
sí por su acción de rescindir en el primer
año de vigencia un contrato de cinco años
que la unía a la empresa frigorífica
Nicolini. En función de ese contrato,
Nicolini producía exclusivamente para
Sadia en la región de la Sierra Gaúcha.
Esto provocó la pérdida de alrededor de
5.000 puestos de trabajo. En la ciudad de
Nova Araçá -que tiene una población de 3.000
personas- quedaron sin empleo 1.600
trabajadores, y otros 600 operarios que aún
están trabajando ya tienen fecha de despido.
-¿Cuáles fueron los argumentos de Sadia para
rescindir ese contrato?
-El argumento fue la crisis financiera internacional, que en
el caso de Sadia no le llega por la
reducción en las exportaciones o en la
producción, y sí por las actividades
financieras que la empresa realizaba con las
ganancias de las exportaciones, beneficios
que nunca regresaban a Brasil porque
la empresa los utilizaba para especular en
el mercado financiero internacional. Con
estas actividades Sadia ganó mucho
dinero, pero también perdió mucho en este
último tiempo debido a la inestabilidad del
sistema financiero internacional, y en esa
actividad arrastró también las ganancias de
la producción.
Se estima que Sadia ha
perdido alrededor de 1.300 millones de
dólares.
Aún así el balance financiero de la empresa es positivo en la
producción, pero en lo global, entre
actividades productivas y financieras está
en rojo;
actualmente Sadia debe más
que el total de su patrimonio.
-Tu mencionabas que rescindieron un contrato
de cinco años con un solo año de vigencia,
¿qué consecuencias legales tiene esto
para Sadia?
-Esto tendrá consecuencias legales, pero forma parte de una
serie de acciones administrativas que ha
tomado la empresa en el afán de recuperarse.
Con esto patea la pelota hacia delante:
mientras las empresas con las que rompió los
compromisos inician las acciones judiciales,
la compañía gana cierto tiempo en el cual
tal vez logre recuperarse.
Otro punto importante a destacar es que la pérdida de 6.000
puestos de trabajo en una región que por sus
características tiene acotado el mercado
laboral es dramática.
-¿Qué medidas está tomando CONTAC ante esta
compleja situación?
-En primera instancia, junto al Ministerio de Trabajo,
buscaremos una medida especial que prolongue
el seguro de desempleo de estos
trabajadores. Ya existe un precedente en el
país, con los obreros de la industria
metalúrgica. La idea es que en lugar de
cuatro meses de seguro -que es lo que
estipula la ley- se llegue a siete meses, ya
que en ese tiempo tal vez la empresa
Nicolini pueda recuperarse y retome a
estos trabajadores.
Por otra parte, mañana, viernes 20, se realizará una
movilización en la ciudad de Nova Araçá con
la participación de todos los sindicatos de
la alimentación que cuenten con trabajadores
de Sadia entre sus afiliados.
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