El embate de
las políticas desreguladoras impulsadas por los gobiernos neoliberales ambientó
una serie de abusos contra los trabajadores que lentamente se van revirtiendo.
Es el Caso de Coca Cola Uruguay, donde se restablecieron beneficios que habían
sido suprimidos. Sirel dialogó al respecto con Gustavo Sotelo, presidente del
Sindicato de Trabajadores de Coca Cola (STCC), y con el abogado Hugo Infanzón,
quien participó en toda la negociación representando a la Rel-UITA.
-¿Gustavo,
cuáles son los antecedentes de este Convenio recientemente firmado?
- Esto se
remonta a que en 2001 y 2002 la compañía denunció varios Convenios y junto con
ello les quitó las primas por antigüedad y por presentismo a varias categorías
de trabajadores.
En noviembre
de 2010 le planteamos formalmente a la empresa que queríamos ordenar la
situación de los compañeros del Sector Comercial en este aspecto, lo que
implicaba el pago retroactivo de todos los beneficios suprimidos.
Desde
entonces mantuvimos numerosas reuniones que insumieron meses de negociación.
Finalmente la empresa hizo una propuesta que consistía en pagar el 50 por ciento
de la deuda por antigüedad, y comenzar a pagar el presentismo a partir de la
firma del nuevo Convenio, dejando la deuda sin saldar.
-El sindicato
rechazó eso...
-Sin duda.
Nuestra contrapropuesta fue el 100 por ciento de la antigüedad y del presentismo,
con reconocimiento del año en el cual cada trabajador ingresó a la empresa, y
con una retroactividad de cinco años que es lo máximo que nuestra legislación
admite reclamar, según nos asesoró el abogado de la Rel-UITA que nos
acompañó durante todo el proceso, el doctor Hugo Infanzón, quien cumplió
una destacada labor.
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El aspecto
más sobresaliente de este acuerdo es el político-sindical, ya que cuando se
realizaron estas reducciones de beneficios la economía y toda la organización
social estaban sufriendo una muy fuerte desregulación |
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Después de
nuevas reuniones, la empresa planteó que la negociación no daba para más y por
lo tanto iniciamos una acción judicial para continuar dialogando en ese ámbito
con base en la ley.
Ante el cariz
que tomaron las cosas, la compañía resolvió dar marcha atrás, nos convocó a
reiniciar el diálogo e hizo una propuesta que pareció viable.
-¿Cuál fue
esa propuesta?
-Pagar un 100
por ciento del valor de la prima por antigüedad con una retroactividad de 30
meses, esto es la mitad del tiempo reclamable, y pagar el presentismo de la
misma forma pero con una retroactividad de 24 meses.
Luego, en
Asamblea, se evaluó todo el proceso de negociación y la última propuesta de la
empresa que, finalmente, fue aceptada por los trabajadores.
Para nosotros
el aspecto más sobresaliente de este acuerdo es el político-sindical, ya que
cuando se realizaron estas reducciones de beneficios había un contexto muy
crítico en el país, la economía y toda la organización social estaban sufriendo
una muy fuerte desregulación. La empresa aprovechó esa coyuntura de debilidad de
los trabajadores organizados para eliminar beneficios.
Ahora
logramos revertir esa situación que ya llevaba más de diez años, lo que es muy
positivo para el Sindicato, para su fortalecimiento organizativo y para seguir
adelante con nuevas reivindicaciones.
-¿Cuándo se
firmó este Convenio?
-Quedó
firmado el pasado martes 10, y se empezará a cobrar a partir de los primeros
días de febrero.
-También
zanjaron otro diferendo que venían arrastrando con la empresa desde hace algún
tiempo...
-Afortunadamente pudimos llegar a un acuerdo también en otro punto que
comprendía a los compañeros de Distribución. En este caso se trataba de una
diferencia salarial que la compañía Coca Cola no estaba pagando de
acuerdo a los laudos vigentes.
-¿Cuánta
gente estaba con ese problema?
-Coca Cola
tiene una distribución de planta que emplea a unos 20 funcionarios, y lo demás
está tercerizado. Desde 2007 la compañía no venía pagando según lo marca el
laudo de nuestra Federación. Esta negociación nos llevó más de seis meses.
Si bien la
compañía regularizó sus pagos en marzo de 2010 y volvió a incluir en los
salarios todo lo estipulado en los laudos, nuestro reclamo consistía en que se
les pagara a estos compañeros de forma retroactiva todo lo que no cobraron entre
2007 y 2010.
Finalmente se
consiguió que Coca Cola pagara la retroactividad entre enero de 2009 y
febrero de 2010.
En este tema
también nos dio una mano muy grande el doctor Infanzón.
-¿Quedan
otros puntos por dirimir?
-Tenemos
pendiente los mismos descuentos que se les impuso a los compañeros del sector
Electrónica, a los de Administracióin y a los jefes de Línea. Somos optimistas
de lograr también estos puntos y así podremos solucionar algo que venimos
debatiendo desde hacía casi dos años.
Los
aspectos legales
Consultado
por Sirel, el doctor Hugo Infanzón explicó que “Los beneficios que
la empresa suprimió figuraban en los laudos de la década del 80, cuando al fin
de la dictadura se volvieron a convocar los Consejos de Salarios que
posteriormente serían enterrados por los sucesivos gobiernos hasta que el de
Tabaré Vázquez, en 2005, los volvió a convocar -señaló-.
En aquellos
años, los trabajadores habían logrado las primas por presentismo, la antigüedad,
la categorización y otros beneficios y conquistas que en los años posteriores de
neoliberalismo fueron dejados de lado”.
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Logramos
revertir esa situación que ya llevaba más de diez años, lo que es muy positivo
para el Sindicato, para su fortalecimiento organizativo y para seguir adelante
con nuevas reivindicaciones |
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Refiriéndose
al caso concreto de la compañía Coca Cola, Infanzón expresó que
“La empresa excluyó arbitrariamente a varios grupos de trabajadores de algunos
de esos beneficios que habían sido acordados por Convenios avalados por el Poder
Ejecutivo. Esto ocurrió en aquel contexto de debilitamiento del movimiento
sindical en general, como consecuencia de la desregulación laboral de los años
90 y la crisis económica de principios de 2000.
La
metodología utilizada fue casi siempre mediante la firma de contratos
individuales en los cuales aparecían cláusulas abusivas como, por ejemplo, que
el trabajador aceptaba libre y voluntariamente el cambio en las condiciones de
trabajo y había tenido la oportunidad de asesorarse legalmente, etc, etc. Cosas
realmente bastante bizarras -calificó-.
Para mí
-continuó-, integrante de la Rel-UITA, fue muy importante tener la
oportunidad de participar como asesor del Sindicato directamente en las
negociaciones”.
Comentando la
estrategia utilizada, Infanzón comentó: “El primer objetivo fue
desvirtuar con argumentos legales una serie de conceptos que la empresa manejaba
erróneamente ante los trabajadores que, para el caso, carecían de la información
necesaria. El discurso de la compañía era legalmente equivocado.
Por otra
parte, Coca Cola había creado una serie de subcategorías para los
Vendedores y, por sobre el mínimo correspondiente, le acordaba una remuneración
variable relacionada a los volúmenes de venta y la ejecución de ciertas pautas.
Esto, de cierta manera, lo canjeaba por los beneficios suprimidos, lo que
legalmente es muy discutible, ya que un derecho laboral no se puede canjear, es
irrenunciable”, enfatizó.
Los
beneficiados por este nuevo Convenio son 101 trabajadores. “Afortunadamente
-agregó Infanzón- todo se desarrolló en un clima de escucha mutua, sin
confrontaciones, incluso cuando se trancaba la negociación en puntos que en
principio parecían irreconciliables. Eso también fue muy positivo para ambas
partes.
Me sentí
personal y profesionalmente muy satisfecho de haber podido aportar un granito de
arena a esta solución -expresó-, sobre todo porque creo que a partir de ahora la
empresa y el Sindicato entran en una nueva etapa de relacionamiento que estimo
como positiva. Y lo más importante es que se restablece un marco de legalidad
general para el futuro”, concluyó.
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