Postergados por siglos, los trabajadores rurales uruguayos han conseguido
en los últimos años sentar las bases para revertir esta
situación. De la coordinación esporádica se ha logrado pasar
a un nuevo nivel organizativo constituyendo su organización
nacional sobre la base de los sindicatos locales ya
existentes: UTAA (Unión de Trabajadores Azucareros de
Artigas), SUDORA (Sindicato Único de Obreros Rurales y
Agroindustriales de Salto), UTRIA (Unión de Trabajadores
Rurales e Industriales de Azucitrus), OSDOR (Organización
Sindical de Obreros Rurales) de Paysandú, SIOMI (Sindicato
de Obreros de Mi Granja) y SORYDESA (Sindicato de Obreros
Rurales y Destajistas de San José).
Los mil trabajadores marcharon por el centro de la ciudad
reclamando contra la persecución de que son víctimas los
trabajadores que trabajan en la recolección de naranjas, que
han sufrido despidos y amenazas con armas de fuego por el
simple hecho de reclamar que se cumpla con la ley y se
respete el derecho de los trabajadores a una vida digna.
El Congreso comenzó con un homenaje a Raúl Sendic y Julia
Arévalo, dos lucha-dores sociales del siglo pasado, en
re-conocimiento a su trayectoria en defensa de los
trabajadores del campo.
Posteriormente se organizaron en grupos para discutir la
plataforma y el programa de la organización, así como para
discutir las reivindicaciones que el sector va a presentar
en el Consejo de Salarios.
El plenario final aprobó, por aclamación, los lineamientos
generales elaborados por los diferentes grupos de discusión.
Más de dos siglos de postergación y desconocimiento no serán
resueltos en un día, pero la lucha de los “peludos” que hizo
posible los avances organizativos y la convocatoria, por
primera vez en la historia del país, de un espacio de
negociación formal entre los trabajadores y las cámaras
empresariales, permitirá que ese camino no se interrumpa.
Ariel
Celiberti
© Rel-UITA
3 de mayo de 2005