Los delegados y
delegadas del 28º Congreso
General Ordinario del Sindicato
Argentino de
Trabajadores de la
Industria Fideera
(SATIF), constituido en
la ciudad de Bahía
Blanca, provincia de
Buenos Aires, del 15 al
16 de abril de 2009
DECLARAN:
El capitalismo está
viviendo una crisis de tal magnitud que
sólo es comparable con la de 1929. Sus
consecuencias, aún son desconocidas,
nadie ignora que serán de una gravedad
inusitada. Si bien se originó en el
sector financiero, rápidamente se ha
trasladado a la economía real y al campo
de la producción y del trabajo.
Lo que está en
crisis es el
propio sistema
social y
económico
vigente en la
inmensa mayoría
de los países. |
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Cierto es que hasta la
fecha no todos los países han sufrido la
crisis de igual manera, ni todos los
sectores o actividades han padecido su
impacto del mismo modo. En nuestro caso,
la industria de la alimentación, sus
efectos aún no son del todo visibles,
especialmente en el nivel del empleo. No
obstante, no nos engañamos, ya que
sabemos que la marea baja es la que
precede a la ola del tsunami. Por ello
mantendremos la guardia alta, para
evitar que el precio a pagar para salir
de la crisis sea la destrucción del
empleo, la rebaja salarial (vía
inflación o el congelamiento de las
remuneraciones) y el retorno de la
“flexibilidad” laboral (eliminación o
reducción de derechos y conquistas
sociales).
Este camino, al que nos
quieren llevar no es natural ni
inevitable. Sólo es una prueba más de la
capacidad del sistema capitalista de
reinventarse a sí mismo, haciendo recaer
el peso de la crisis sobre las espaldas
de los trabajadores y las trabajadoras.
Quienes se han beneficiado con él, eluden
hablar de los responsables de la crisis
o, en el mejor de los casos, se limitan
a marginales referencias a la "codicia e
ineptitud de algunos especuladores”. De
tal manera evitan hacer ostensible lo
que es una verdad incontestable: lo que
está en crisis es el propio sistema
social y económico vigente en la inmensa
mayoría de los países. Es así que las
presiones de los sectores vinculados a
los intereses responsables de la debacle
económica mundial, parecen estar
logrando desviar el eje de la discusión.
Los defensores del sistema social, económico y político vigente no se detienen ante nada, y sólo podrán ser derrotados con la concientización, organización y movilización de la clase trabajadora.
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El próximo paso es una
violenta ofensiva contra los derechos e
intereses de los trabajadores, agravando
aún más las desigualdades sociales.
La clase
trabajadora no puede quedar como rehén
de esta estrategia, que ahora rescata la
intervención del Estado, pero al sólo
efecto de socializar las pérdidas. Los
gobiernos intervienen, pero para lavarle
la cara al sistema y para dejar impunes
a los culpables de la crisis.
Vivimos momentos
difíciles y, posiblemente, vengan
peores, especialmente para los
trabajadores.
Por eso, hoy más que nunca, es
imprescindible la solidaridad y la
unidad del movimiento obrero organizado.
No sólo para resistir esta nueva
ofensiva de los sectores sociales
dominantes, sino para aprovechar esta
ocasión y mostrarle a los pueblos el
verdadero rostro del capitalismo
neoliberal, con todas sus lacras y
miserias. Para ello, es necesario
fortalecer las organizaciones gremiales
e intensificar la sindicalización, ya
que sólo la participación y la unidad de
los trabajadores podrá erigir una valla
al feroz ataque a sus derechos y
conquistas sociales que se avecina.
Pero, además,
para no quedarnos sólo en la lucha y la
resistencia, sino para construir una
alternativa social, política y económica
al modelo que nos quieren imponer.
La construcción de esa
alternativa sólo será posible si
previamente hemos sido capaces de
construir un sujeto social, múltiple y
plural, pero unificado y organizado, que
exprese y reivindique los intereses de
la clase trabajadora a nivel mundial.
Los defensores del sistema social,
económico y político vigente no se
detienen ante nada, y sólo podrán ser
derrotados con la concientización,
organización y movilización de la clase
trabajadora.
Esta crisis debe ser una
oportunidad. La de avanzar en pos de un
orden social diferente, en el que hayan
sido removidos los obstáculos que
dificultan la plena realización de todos
y cada uno de los trabajadores y
trabajadoras.
28º Congreso
General Ordinario de
Delegados del SATIF
Bahía Blanca, abril
de 2009