Argentina

Declaración del Congreso General
de Delegados del SATIF

 

 

Sindicato Argentino de Trabajadores

 de la Industria Fideera

 

Los Delegados congresales del SATIF, representantes de las Seccionales del todo país, acreditados ante el 27º Congreso General Ordinario de delegados, celebrado en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, los días 22 y 23 de abril de 2008, declaramos:

 

Que una vez más, y como lo hacemos todos los años, hemos debatido y fijado posición respecto a la realidad de nuestro país.

 

A fines del año 2007 en Argentina asumió la conducción política un nuevo gobierno, aunque con una clara vinculación con el saliente. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió una economía cuyas principales variables dan bien, o muy bien. Una reserva de divisas cercana a los cincuenta mil millones de dólares, superávit fiscal y superávit en el comercio exterior, crecimiento de la economía con tasas del 8 y 9% anual, significativo descenso de la desocupación y reducción de la pobreza e indigencia.

 

Hereda, eso sí, un serio problema con la inflación y con la desconfianza pública hacia los índices que publica el INDEC.

 

Pese al muy buen comportamiento de la economía, se advierte que la existencia de 10.000.000 de pobres, 3.500.000 de indigentes y el 40% de la fuerza de trabajo en la informalidad, expresan un cuestionamiento a las pautas de distribución de la riqueza. Es claro que en nuestro país hubo crecimiento económico, pero ello no se ha traducido en desarrollo económico.

 

Desarrollo significa transformación de las estructuras sociales y económicas. Desarrollo implica un proyecto social diferente, con una base nueva, opuesta a la que nos dejara el neoliberalismo. Este es uno de los grandes desafíos que tiene el actual gobierno. Superada la grave crisis de fines del 2001 y el 2002, la meta debería ser un mejoramiento efectivo del bienestar de la sociedad, reduciendo significativamente las desigualdades conocidas.

 

En Argentina la modificación de la injusta distribución de la riqueza es una de las asignaturas pendientes. El crecimiento económico a tasas chinas no ha logrado, por ejemplo, que los trabajadores mejoren la parte que reciben de la riqueza generada anualmente. Hoy los salarios se llevan los mismo, o menos, que en 2001, cuando la distribución ya era desfavorable para los trabajadores como consecuencia de una década de políticas neoliberales.

 

Nadie discute que en Argentina hay más empleo, pero el trabajo precario o “en negro” es hoy proporcionalmente más alto que en los noventa.

 

Queda claro, entonces, que en nuestro país hay un importante crecimiento económico, pero con bajos salarios y empleo de mala calidad. El camino recorrido desde la crisis es auspicioso, pero lo que resta por modificar no es poco.

 

Demandamos del Estado políticas activas para crear trabajo digno, como parte de un nuevo modelo que debe erradicar la exclusión y las carencias que sufre un porcentaje elevado de trabajadores. Para ello es necesario modificar significativamente las pautas distributivas de la riqueza que aún están vigentes.

 

En este marco, no hay dudas que las retenciones, que intentan capturar una parte de las ganancias extraordinarias de los sectores concentrados del capital agropecuario, son una herramienta válida y necesaria. Pero el gobierno debe demostrar que se trata de un mecanismo redistributivo de la riqueza, y no un mero recurso para mejorar la recaudación. Tampoco deben ser usadas para subsidiar a los grandes grupos económicos.

 

Por otra parte, las autoridades deben definir políticas que protejan a los pequeños productores, a las familias agricultoras y a los trabajadores rurales. Es preciso que se diferencie claramente a los distintos sujetos que intervienen en el sector agropecuario, otorgándoles un tratamiento diferente.

 

Para finalizar y como corolario de todo lo dicho, apoyamos todas las medidas tomadas por el gobierno para mantener y consolidar el crecimiento económico, pero advertimos que un crecimiento que no tenga equidad y sin una justa distribución del ingreso, llevará al país a una nueva frustración. Para evitarla se deberá construir un proyecto de desarrollo de país, socialmente sustentable.

 

 

              Presidente                                                          Vicepresidente             

            Enrique Terny                                                    Emilio Romero      

 

 

              Secretario                                                               Secretario

           Mabel Altfater                                                       Elena Verdun

 

 

 

 

 

 

Rel-UITA

                25 de abril de 2008

 

 

 

 

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