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Vista general del
público en el Foro |
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El pasado 30 de mayo el auditorio del
Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) fue
colmado por la presencia de representantes de
gobiernos locales y departamentales, voceros de
empresas bananeras, organizaciones sociales,
estudiantiles, sindicales y la Rel-UITA
En este Foro, el Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Industria Agropecuaria (SINTRAINAGRO)
presentó un documento de evaluación y propuesta
sobre la profunda crisis que atraviesa el sector
bananero y platanero ante la devaluación del
dólar, además de la decisión gubernamental de
promover megaproyectos de cultivo de palma
africana para la producción de agrocombustibles.
Las exposiciones de Rel-UITA y la
Asociación de Bananeros de Colombia (AUGURA),
confirmaron las denuncias de SINTRAINAGRO,
UNAC y UITA respecto a la futura
depredación de vastas zonas agrícolas
productoras de alimentos, como son el banano y
el plátano, para ser sustituidos por una
producción que reduce fuertemente las fuentes de
empleo y amenaza la soberanía alimentaria. Es
clara la necesidad de construir un gran frente
común para la defensa del empleo, la soberanía
alimentaria y el desarrollo social, que
involucre al conjunto de la sociedad y sus
instituciones, especialmente organizaciones
campesinas, indígenas y afrodescendientes, que
están siendo desplazadas por dichos
megaproyectos.
Se aplaudió la actitud y propuestas de los
sindicatos, en defensa de los intereses
fundamentales de los colombianos y se apoyó la
convocatoria de SINTRAINAGRO, UNAC
y UITA a este foro con participación
incluyente. Por su parte, el gremio bananero
expresó su reconocimiento a través del doctor
Roberto Hoyos, presidente de AUGURA
(gremio bananero).
Aún frescas las conclusiones, empresarios
bananeros normalmente utilitaristas de bonanzas
y crisis, sin ningún reconocimiento sincero a la
acción sindical, antes bien, exhibiendo una
actitud cínica y sin escrúpulos, aplican una
doble moral: Por un lado, para beneficiarse del
proceso colectivo en marcha por la defensa de la
producción bananera como generadora de empleo, y
por otro, chantajean y presionan a los
trabajadores y trabajadoras con la amenaza de
pérdida de puestos de trabajo, para arrancarles
renuncias a los derechos salariales y de
prestaciones sociales consagrados en la
Convención Colectiva de Trabajo y, por tanto, la
violación a los derechos fundamentales de
asociación y libertad sindical.
Un sinnúmero de veces, hemos sido testigos que
AUGURA ha solicitado la gestión
participativa de SINTRAINAGRO-UITA ante
el gobierno nacional, e incluso en foros
internacionales sobre banano, por ejemplo,
cuando se dieron los grandes debates por el tema
de incremento arancelario que determinó la
Organización Mundial del Comercio, con la
presión de la Unión Europea. Pero, cuando se
trata de acciones repugnantes de algunos
empresarios contra los derechos de trabajadores,
trabajadoras y la organización sindical, se
impone el silencio cómplice del gremio bananero.
En la actualidad, se procura poner en práctica
las conclusiones adoptadas en el foro, pero a la
vez SINTRAINAGRO, UITA y UNAC
desarrollan una intensa labor ante el Ministro
de la Protección Social para Asuntos Laborales,
en procura de su intervención para que cesen la
presión y el chantaje, por ejemplo, del
empresario bananero Jaime Alberto Ortiz
Franco, quien con la anuencia cómplice y
permisiva de funcionarios del Ministerio del
Trabajo, continúa obligando a los trabajadores a
firmar supuestas actas de renuncia a sus
derechos salariales y convencionales.
En la reunión efectuada el 13 de junio de 2007
entre representantes de SINTRAINAGRO,
UITA, UNAC y el Ministro para Asuntos
Laborales, como casi siempre y ante las pruebas
contundentes y documentales, el Ministerio se
declaró perplejo y ofreció realizar una
“investigación exhaustiva”. La funcionaria
responsable a nivel nacional de investigación y
vigilancia para el cumplimiento del deber de
inspectores del trabajo, en una clara traición
de su subconsciente, afirmó en la reunión: “A
mí me informaron los empresarios de su actividad
para hacer firmar actas de renuncias a derechos
salariales y yo les dije: Dios quiera que el
sindicato no reaccione porque podría
denunciarlos ante un juez laboral”. Ahora,
con este ejemplo, se podrá entender mejor cómo
entre empresarios y funcionarios gubernamentales
existe una sintonía plena que contribuye a la
destrucción sindical y negociación colectiva,
utilizando de manera obvia una doble moral.
En Bogotá, Luis Alejandro Pedraza
©
Rel-UITA
15
de junio de 2007 |
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