Perú

Solidaridad de gremios afiliados a UITA

Entregan donación a poblaciones afectadas por desborde de ríos

Plantean medidas gubernamentales más allá de la emergencia

 

La última semana de enero y la primera de febrero fueron espe-cialmente duras para los hombres, mujeres y niños de los poblados de la selva central del país dedicados principalmente al cultivo de frutas. La furia de los ríos Huacará y Perené arrasó con las chacras, viviendas y todo lo que encontró a su paso tras el desborde producto de prolonga-das lluvias. La desgracia movilizó la solidaridad nacional de la que formaron parte gremios afiliados a UITA.

 

Chanchamayo, fértil valle de la Región Junín, ubicado a 760 metros sobre el nivel del mar, se vio afectado por los denominados huaycos, masa de agua y lodo expulsada por los ríos ocasionando pérdidas materiales y de vidas humanas. Se calcula que la provincia requiere de por lo menos un millón de dólares para su recuperación.

 

Los poblados de San Ramón y Chanchamayo han sido los más afectados por este desastre natural que ha destruido alrededor de 250 viviendas y averiado una cantidad similar. Autoridades locales y regionales estiman en seis mil el número de personas que han sufrido las consecuencias de los desbordes. A ello debe sumarse la irreparable pérdida de por lo menos 20 personas entre los que se cuentan varios menores.

 

El gobierno declaró en emergencia la zona y canalizó ayuda en alimentos, medicinas y materiales para la instalación de carpas. Gremios como la Junta Nacional del Café, la Confede-ración Nacional Agraria y el Sindicato Único Pescadores de Nuevas Embarcaciones del Perú (SUPNEP), afiliados a UITA, decidieron apoyar solidariamente a las familias y pobladores damnificados.

 

Reunieron 200 cajas de latas de conserva de pescado, así como tres centenares de pollos, los que fueron entregados a Caritas en la ciudad capital a través de un acta suscrita por la delegación de los tres gremios. Esta ayuda llegó el último lunes 11 a su destino, es decir a los caseríos y poblados anexos a San Ramón, una de las localidades de mayor devastación.

 

“Nuestros gremios quieren expresar su solidaridad con las familias que han vivido esta desgracia, queremos que sientan en este gesto un mensaje de esperanza, fe y coraje que los ayude a superar los actuales momentos de adversidad”, manifestó Antolín Huáscar Flores, presidente de la Confederación Nacional Agraria (CNA).

 

Por su parte Lorenzo Castillo, dirigente de la Junta Nacional del Café (JNC), puso de relieve los vínculos entre pescadores y agricultores al llamar la atención sobre los efectos en sus vidas y actividades económicas de los desastres naturales ocasionados fundamentalmente por la intervención desordenada del ser humano.

 

Ya sea cosechando los mares o sembrando la tierra, los gremios representativos de la pesca, de la producción agraria, y cafetalera específicamente, se sintieron inmediatamente convocados para apoyar los esfuerzos de recupe-ración de los hombres y mujeres de la selva central.

 

“La solidaridad es un valor que alienta UITA y que nosotros cultivamos. Hemos canalizado aportes recolectados en la capital, pero nuestras bases en la región central también se han movilizado en esta acción que no sólo quiere contribuir con nuestros hermanos de Chanchamayo y San Ramón, sino también llamar la atención de las autoridades sobre la necesidad de pasar de las medidas de urgencia a las políticas de Estado en materia de prevención de desastres”, expresó el dirigente cafetalero.

 

La próxima ocurrencia de nuevos y mayores desastres naturales es un riesgo que se cierne sobre Perú al ser el tercer país con mayor vulnerabilidad en el planeta por efectos del calentamiento global según ha reportado el Consejo Nacional del Ambiente. Las consecuencias se traducirán en lluvias torrenciales y desbordes de ríos, heladas o sequías, pero en grados severos.

 

Si bien esta situación es consecuencia de la emisión de gases del efecto invernadero desde hace 150 años, en la que han tenido alta responsabilidad países de Europa y Estados Unidos, Perú no puede evadirse de los efectos en su territorio. Tanto Antolín Huáscar como Lorenzo Castillo, coincidieron en demandar de las autoridades gubernamentales una intervención responsable para hacer frente a este panorama, pues de lo contrario los índices de pobreza se elevarán significativamente.

Antolín Huáscar de la CNA propuso medidas sostenibles para hacer frente a la tala indiscriminada en la selva central que está causando una deforestación acelerada, la que ha sido una de las causas de los últimos desbordes en Chanchamayo. “En este campo hay mucha corrupción y el Estado tiene la obligación de intervenir para garantizar que se repongan los árboles”, precisó.

 

En opinión de Lorenzo Castillo de la JNC, “los gobiernos en nuestro país han carecido de políticas de prevención de desastres, los que impactan de forma violenta en los sectores de mayor pobreza”.

 

Planteó que lo ocurrido en la selva central permita abordar con un enfoque global las políticas referidas al medio ambiente, yendo más allá de las dadas en este contexto de emergencia. Mencionó áreas claves como la reforestación, apoyo a la producción agraria sustentable, y conservación de los recursos naturales.

 

Las poblaciones de las localidades afectadas conviven ahora con el temor a nuevas lluvias y desbordes, al mismo tiempo que con sus esfuerzos de cada día por superar la desgracia. ¿Qué pasará si la ayuda no es suficiente?, ¿cómo se recuperarán las pérdidas de las hectáreas de cultivos cubiertas ahora por el lodo?, ¿encontrarán hombres y mujeres alternativas para no dejar sus tierras y migrar hacia otras localidades?.

 

Son preguntas sin respuesta hasta el momento, sin embargo, la urgencia no espera. El dirigente agrario Antolín Huáscar considera vital la formación de una Comisión de Alto Nivel conformada por autoridades locales, de la región y nacionales, así como representantes de la comunidad, para definir un plan de largo aliento que incluya la recuperación de las zonas devastadas así como políticas para promover la actividad agraria.

En Lima, Mariela Jara

© Rel-UITA

15 de febrero de 2007

 

 

 

 

 

 

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