Mauricio
Funes y su coalición de Unidad Nacional,
encabezada por el Frente Farabundo Martí de
Liberación Nacional (FMLN), iniciaron el
pasado 1 de junio el primer gobierno de
izquierda en la historia de El Salvador. Las
organizaciones sindicales fueron las
primeras en proponer su candidatura y se
convirtieron en una pieza clave de la
campaña electoral y de toda la compleja
estructura que permitió la histórica
victoria. El pasado martes 8 se cumplieron
los primeros 100 días del nuevo gobierno, y
las expectativas de las organizaciones
sindicales tienen diferentes puntos de
aproximación.
Estela Ramírez |
Gregorio Venegas |
Atilio Jaimes |
Jaime Rivera |
La población en general ha
evaluado favorablemente la
administración Funes, las diversas
encuestas de medios de comunicación y
universidades han resaltado durante la
última semana esa percepción favorable. Pero
“amor no quita conocimiento”, dice el sabio
refrán popular, y diversos líderes sindicales señalan los
notables avances en este corto período, pero
también las dificultades y puntos pendientes.
Ministerio de
Trabajo: avances, pero estructura intacta
La Ministra de Trabajo y Previsión Social del gabinete
de Funes es la doctora Victoria
Marina de Avilés, una ex magistrada de
la Corte Suprema de Justicia y ex
procuradora de los Derechos Humanos. Desde
ambos cargos, la doctora “Vicky” de
Avilés, como se le conoce, ha logrado el
aprecio y el respeto de las organizaciones
sociales, sindicales, comunidades y en
general del movimiento social.
Jaime Rivera,
dirigente del Sindicato del Sector Eléctrico
(STSEL), y secretario general de la
Federación Sindical de Trabajadores de los
Servicios Públicos de El
Salvador (FESTRASPES),
manifestó que
uno de los principales avances que han
visto como Federación en el Ministerio de
Trabajo es, precisamente, la agilización de
casos emblemáticos, como el del otorgamiento
de personalidad jurídica a SITRAVX, el
sindicato de la empresa AVX-Kyocera, ubicada
en la zona franca San Bartolo, que llevaba
dos años esperando el reconocimiento por
parte del Ministerio de Trabajo,
tiempo que la empresa aprovechó para despedir e
intimidar a sus fundadores.
Asimismo, manifestó que los próximos días esperan un
hecho similar con el Sindicato de las
Comunicaciones (SITCOM), que lleva
seis años esperando su registro.
También resaltó como positivo la fundación de la
Escuela de Formación Sindical en el ámbito
del Ministerio de Trabajo, y manifestó que
espera “se le dé seguimiento y que no se
quede como un maquillaje, y que el tema de
los derechos laborales y las libertades
sindicales sean incluidos en los planes de
estudios de Secundaria y Bachillerato”.
Finalmente,
lamentó que muchos directores del Ministerio
de Trabajo no hayan sido removidos de sus
puestos, y que, al parecer, ésto dificulta
alcanzar aún mayores avances.
Por su parte, Atilio Jaimes Pérez, secretario
general del Sindicato de Empresa LIDO SA (SELSA),
integrante de la Federación de Alimentos (FESTSSAHBRA),
manifestó que la alternancia en el gobierno
es un avance significativo para el país, y
que
se han notado cambios positivos en la
manera de funcionar del Ministerio de
Trabajo, ya que es notorio que se están
realizando esfuerzos, sobre todo en las
inspecciones en materia de violaciones a los
derechos laborales.
Sin embargo, el SELSA ha sostenido en las
últimas semanas intensas negociaciones con
la patronal de LIDO en el marco de la
revisión de la cláusula salarial del
Contrato Colectivo vigente que, como estaba
acordado, debe actualizarse este año.
La empresa se ha negado a negociar en buena fe y ha
demandado judicialmente a los directivos
sindicales para intentar despedirles por el
simple hecho de hacer uso de sus permisos
sindicales sin goce de sueldo.
Asimismo, la empresa ha recurrido a tecnicismos
legales para evitar negociar un incremento
salarial, proponiendo un vergonzoso aumento
de 6 dólares mensuales, lo que queda muy por
debajo del aumento de hace un año de 14
dólares mensuales.
La fase de conciliación terminó el 18 de agosto
pasado, y el Sindicato aún espera la
notificación formal del Ministerio de
Trabajo para proponer un proceso de
arbitraje.
Ante esto, Atilio Jaimes manifiesta que la
labor de mediación del Ministerio de Trabajo
sigue teniendo las mismas deficiencias, ya
que “existe un marcado desconocimiento de
los delegados para buscar una conciliación
verdadera, actúan solo como oyentes, y no
tienen mayor capacitación o habilidades para
realizar una mediación efectiva”.
También
coincidió en que la permanencia en puestos
clave de directores y jefes que provienen de
la administración arenera-conservadora es el
principal obstáculo para agilizar un cambio
de actitud, eficiencia y efectividad en la
labor del Ministerio de Trabajo.
Finalmente, reconoció los esfuerzos del gobierno en la
parte social, ya que hay un plan anticrisis
que va en beneficio de la gente. Tal es el
caso del anuncio de brindar uniformes y
zapatos a los estudiantes de bajos recursos
para el próximo año escolar, aumentar la
cobertura de salud en el Seguro Social de
dos a seis meses en caso de perder el
empleo, la eliminación de cobros indebidos
en los centros de Salud Pública, (práctica
conocida durante el gobierno de Arena como
“cuotas voluntarias”), la repartición de
insumos agrícolas, pensiones a los ancianos
y la escrituración de 3 mil títulos de
propiedad a igual número de familias
campesinas.
Acajutla: la
privatización del puerto bajo análisis
El principal puerto del país, Acajutla, fue
prácticamente privatizado en 2002, luego de
que el gobierno de ese entonces despidiera
de la empresa pública autónoma CEPA a
miles de trabajadores, cancelara el Contrato
Colectivo de Trabajo y entregara las
operaciones a varias empresas privadas
conocidas como “Operadoras Portuarias”.
En 2004, el STIPES, un nuevo sindicato de
trabajadores subcontratados por las
operadoras, intentó formarse pero enfrentó
rápidamente despidos, represión e
indiferencia de parte de las operadoras, de
CEPA y del gobierno.
Gregorio Elías Vanegas,
secretario general de STIPES, evalúa
como positivas las gestiones del nuevo
gobierno y señala que ya empezaron el
diálogo con la empresa para formar una
comisión de trabajo de alto nivel, en la
cual estará el Sindicato en representación
de los trabajadores, el secretario de
Asuntos Estratégicos de la presidencia,
Franzi (Hato) Hasbún y el
presidente de CEPA, Guillermo
López Suárez.
La labor de esta comisión será revisar si las
“operadoras” están cumpliendo con todas las
obligaciones de la ley, así como elaborar
una propuesta conjunta para el
funcionamiento del puerto que contemple la
seguridad, la estabilidad laboral, el
diálogo y negociación permanentes y, por
supuesto, solventar el caso de varios
trabajadores accidentados y fallecidos en
varios accidentes de trabajo ocurridos en
los últimos años.
Gregorio
Elías Vanegas manifestó que desde que se ha
visto la nueva actitud del gobierno, al
sindicato le ha sido más fácil conscientizar
y afiliar a los trabajadores, aún a los
subcontratados, por lo que su membresía ha
crecido de 250 afiliados a cerca de 600 en
los últimos meses.
El Consejo
Económico y Social
El Consejo Económico y Social (CES), fue
presentado públicamente por el presidente
Funes el pasado 3 de septiembre como un
organismo consultivo, y que estaría
conformado por 24 representantes del
movimiento social, 24 de la empresa privada,
diez representantes de Universidades y
académicos y cuatro del gobierno,
encabezados por Alex Segovia, el
secretario técnico de la Presidencia.
Sobre este punto, Jaime Rivera manifestó que el
problema de la representación del movimiento
sindical es que el llamado “movimiento
social” ha llegado dividido al CES,
ya que no se obtuvo la cuota ideal que el
movimiento sindical gestionaba que era de
diez de los 24 representantes asignados a
las organizaciones sociales.
El último intento de llegar a un acuerdo dejó a los
sindicatos con solo ocho representantes, por
cual éstos no han decidido aún integrarse al
trabajo del Consejo, en búsqueda de lograr
una mejor representación.
Pese a
que el Consejo sólo es consultivo, Rivera
mencionó la importancia de rescatar el
espíritu del Foro para la Concertación
Económica y Social (FCES), uno de los
convenios de paz del acuerdo de Chapultepec
de 1992, cuyas resoluciones eran vinculantes
y no sólo consultivas.
La derecha
en la estructura del Estado
Con una lúcida crítica, Estela Marina Ramírez,
líder de las trabajadoras de la costura y la
maquila e integrante del Frente Sindical
Salvadoreño, no esconde tampoco las
limitantes del nuevo momento. “La gente no alcanza a
dimensionar que las instituciones del Estado
aún no están depuradas”, y señala que ese
problema es una cuestión de fondo que puede
traer serias consecuencias.
Estela
señala particularmente que el poder de la
derecha en la Asamblea Legislativa no
permite cambiar o derogar “aquellas leyes
que nos afectan como trabajadores, y una de
ellas –enfatiza– es la que permitió la
privatización de las pensiones y que, hoy
por hoy, tiene condenados a la miseria a
miles de trabajadores que no nos vamos a
pensionar”.
Estela
ve como una debilidad del nuevo gobierno que
“no hay una decisión clara por las opciones
socialistas”, y que algunas empresas
estatales autónomas siguen siendo manoseadas
por la derecha.
La seguridad
pública y la herencia del gobierno arenero
Ciertamente, una de las críticas más reiteradas al
nuevo gobierno ha sido el de la seguridad
ciudadana. Pese a que los crímenes,
asesinatos y secuestros han bajado en
términos numéricos,
la derecha y los grandes medios de
comunicación mantienen una fuerte campaña
para sembrar zozobra y temor en la
población, siendo que el Fiscal General en
funciones es una pieza clave dejada por las
administraciones conservadoras y el anterior
gobierno.
A pesar de que hay un nuevo gobierno, el Fiscal
General electo, que es la figura estatal
encargada de perseguir los delitos, terminó
su período el pasado 19 de abril.
Pero ARENA y el FMLN no tienen los votos
necesarios en el Congreso para elegir por sí
mismos al nuevo Fiscal.
Ambos partidos tampoco se han puesto de acuerdo en un
candidato de consenso, y se necesitan dos
tercios del Congreso para elegir a un Fiscal
cifra que no se puede alcanzar sin el
FMLN o sin ARENA.
Por lo tanto, está en funciones hasta el día de hoy
como Fiscal General Adjunto
Astor Escalante, un abogado proveniente
de la empresa privada, partidario de métodos
e ideas fascistas, quien ha conducido la
Fiscalía durante el último año por un
nefasto sendero lleno de encubrimientos,
fabricación de casos, negligencias y
contaminación político-partidaria de los
casos.
Basta recordar el caso del asesinato en 2004 del
sindicalista salvadoreño-estadounidense
Gilberto Soto, que fue manipulado por la
Fiscalía para acusar a la suegra del
fallecido de planear su crimen mediante una
descabellada y trasnochada teoría que los
juzgados rápidamente desecharon.
Por su parte, la Fiscalía siguió apelando en diversas
instancias en dicho caso, y ahora pretende
revertir la acusación contra la suegra de
Gilberto Soto y así evitar cualquier
posibilidad de que las verdaderas
motivaciones del asesinato del sindicalista,
miembro de los “Teamsters”, sean
investigadas a fondo.
En los últimos años, la Fiscalía General de la
República ha tenido este mismo patrón de
conducta en todos los crímenes que se
sospeche puedan tener motivaciones políticas
y/o sindicales: acusar a los familiares y
amigos de los asesinados.
La misma constante se verifica en el macabro caso del
asesinato de los esposos Manzanares,
padres de la locutora de Radio Venceremos
–la radio insurgente en los años 80–,
ocurrido en julio de 2005, o del activista
contra la explotación minera, el
ambientalista Marcelo Rivera,
desaparecido y asesinado en junio de 2009.
Por eso,
el primer paso para que el caso del
asesinato de Gilberto Soto y de otros
crímenes políticos no queden en la
impunidad, es lograr que ARENA y el FMLN
elijan un nuevo Fiscal General.
Éste debe tener capacidad y compromiso con la justicia, para imprimir un
nuevo rumbo, distinto al nefasto camino
recorrido hasta ahora.
Mientras el gobierno de Funes y el FMLN
no logren romper el boicot de la derecha
para designar a un Fiscal capaz y honesto
que pueda encaminar la institución por
nuevos caminos apegados a la ley, será muy
difícil combatir la impunidad, promover el
Estado de Derecho y la seguridad ciudadana.
|