-¿Cómo surgió este bloqueo a FEMSA?
-El grupo FEMSA tiene presencia en el país desde hace
cuatro años, cuando adquirió PANAMCO que, antes
de retirarse del mercado indemnizó a sus distribuidores.
Estos no tenían una relación de dependencia sino que
tenían rutas asignadas. Les pagó una buena cantidad de
dinero. No obstante, un grupo de esos concesionarios
iniciaron un juicio reclamando indemnizaciones que ellos
estimaban les correspondían. PANAMCO siempre
respondió en la vía judicial y demostró que ellos no
tenían ninguna dependencia con la empresa, por lo cual
los tribunales rechazaron los reclamos por
injustificados. No obstante, este grupo continuó con
apelaciones y recursos legales y fueron incrementando el
número de reclamantes integrando a otros fleteros, a
peones de los camiones y demás, y continuaron litigando
contra FEMSA. Hasta ahora, ninguna de las
instancias legales ha encontrado una base legal al
reclamo de esta gente.
-¿Pero cómo lograron tanta capacidad de movilización si
se trata de un pequeño grupo?
-Acudieron a la Asamblea Nacional, el Parlamento venezolano,
que es un órgano político y no judicial, donde
encontraron eco en un par de diputadas. Apoyados por un
grupo minoritario pero que está dentro del gobierno,
estas personas han difundido por todo el país que la
empresa FEMSA, que adquirió PANAMCO, debe
hacerse cargo de sus reclamos. FEMSA se avino
inclusive a concurrir a una Comisión parlamentaria que
estaba entendiendo en el caso y aseguró que si alguno de
los reclamantes presentaba pruebas suficientes de sus
dichos, ella pagaría lo debido sin inconvenientes. Pero
también dejó claro que sin pruebas no pagaría. Las
parlamentarias a las que hice mención pertenecen a un
grupo radicalizado liderado por la diputada Iris Varela
que ve en la Coca Cola a un símbolo del
imperialismo, y han dicho que si la empresa no paga los
más de 200 millones de dólares que ellos reclaman, le
pedirán a la Asamblea una ley para expropiar las
instalaciones y formar posteriormente una cooperativa
que produzca otras bebidas. Tienen una lista de empresas
a las que quieren expropiar, y esta metodología ya se ha
aplicado con éxito en algún otro caso, aunque los
emprendimientos en sí terminaron fracasando
comercialmente. Pero resulta incomprensible que se
intenté algo así con una empresa como FEMSA, con
más de ocho mil trabajadores en todo el país, con la
cual en líneas generales los sindicatos, los
trabajadores organizados no tenemos problemas con ella,
una empresa con la que estamos discutiendo los Contratos
Colectivos y con la cual las relaciones han sido
totalmente normales. Y en esto incluyo a sindicatos del
sector que se identifican políticamente con el
oficialismo, como los sindicatos de Valencia, de
Maracaibo, de Caracas, que están rechazando esta actitud
de ese grupo radicalizado que cerraron las plantas y
llevaron activistas ajenos a la problemática,
uniformados con camisas rojas, para impedir el ingreso
de los obreros a sus puestos de trabajo. Hasta ahora,
los sindicatos de FENTRIBEB como los “sindicatos
bolivarianos” estamos rechazando en conjunto esta medida
coercitiva porque consideramos que atentan contra
nuestro derecho al trabajo. Si este grupo tiene que
reclamar alguna cosa, que lo haga por las vías
correspondientes, pero sin poner en peligro el empleo de
otros trabajadores.
-¿Cómo piensan actuar de ahora en adelante?
-Hasta ahora nuestra actitud ha sido prudente, pero ya existe
una cierta desesperación entre los trabajadores.
Representantes de los sindicatos afiliados a la central
chavista UNT, en acuerdo con nuestra Federación,
acudieron ayer a la Asamblea Nacional para defender
nuestros derechos. Ellos calificaron a este movimiento
como una “asonada”, y reclamaron a los diputados
oficialistas que exijan cordura y moderación a las
diputadas que apoyan a los reclamantes. Estos compañeros
han preguntado en la Asamblea si la intención de la
diputada Varela es provocar un enfrentamiento violento
entre trabajadores, porque los sindicatos bolivarianos y
la Federación no admitiremos que esta situación se
prolongue, y advirtieron ante los asambleístas que, si
es necesario, tomaremos las fábricas y centros de
distribución por la fuerza. Desde hoy, jueves 26, a la
mañana los empleados de todos los niveles de la compañía
FEMSA nos hemos concentrado pacíficamente delante
de las plantas para intentar dialogar y desbloquear los
accesos. Hasta ahora se han evitado enfrentamientos
porque no queremos que haya violencia, pero es muy
preocupante que no haya una respuesta por parte de las
autoridades de gobierno ante una extorsión como esta.
Otras empresas han optado por retirarse del país ante
este clima de incertidumbre. Se dice que si esto no
cambia el próximo año son más de 500 las empresas que se
irán para Colombia. Finalmente se trata de una pugna
interna dentro del oficialismo, con el protagonismo de
un pequeño grupo radical que presiona al gobierno para
obtener mayor espacio político.
-¿No
hay reacciones oficiales a estos planteos?
-Se nos ha informado que tanto en la Asamblea Nacional como a
nivel de la Vicepresidencia de la República se iniciaron
gestiones para destrabar esta situación. Esperamos que
así sea, pero hasta que eso no ocurra los trabajadores
nos mantendremos delante de las plantas y en estado de
alerta.
Carlos Amorín
©
Rel-UITA
26
de octubre de 2006 |
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