Luego de prolongadas e
intensas negociaciones, el convenio colectivo acordado que
regirá durante los próximos dos años consagró la
conservación de todos los puestos de trabajo y un importante
incremento salarial.
-Ha culminado la negociación del convenio con Coca
Cola. ¿Cuál es el saldo de ese proceso?
-Hace un tiempo largo que se iniciaron las negociaciones para
el pacto colectivo en Coca Cola. Ese proceso no estuvo
exento de dificultades, como es lógico. Los efectos de la
globalización y los cambios en las metodologías de
producción y en el mercado plantean nuevos desafíos, tanto
para los trabajadores como para la comercialización de los
productos. En este caso nos enfrentamos al problema de que
una de las cuatro líneas de producción estaba obsoleta
porque sólo aceptaba envases de vidrio. En ella trabajaban
68 personas que debían ser reubicadas. Toda la negociación,
pues, estuvo marcada por este aspecto que exigía encontrar
una alternativa.
-¿Cómo lo solucionaron?
-La empresa planteaba que sería muy difícil reubicarlas, y
después de discutir muchas posibilidades se acordó que todas
serían absorbidas por la creación de nuevos turnos y
jornadas de trabajo en otros horarios. Ninguno se vio
perjudicado absolutamente en nada a nivel de su salario ni
en sus horas semanales de trabajo. El convenio colectivo se
terminó de firmar el pasado 3 de junio, y en este momento
estamos aguardando su homologación por parte del Ministerio
de Trabajo.
-¿Se obtuvo un incremento salarial?
-Se acordó un aumento del 6% en cada uno de los dos años de
vigencia del convenio, lo que es un buen resultado.
Carlos Amorín
© Rel-UITA
22 de
junio de 2005